<<Quindici>>
''Nada te persigue, nada te atormenta, no es tu miedo... Eres tú''
Las personas dormidas hacen caras graciosas. O bien aflojan tanto la cara que sus facciones lucen como de goma. Algunas duermen con la boca abierta. Otras rechinan los dientes entre sueños. Muchas se mueven por toda la cama y hay un pequeño porcentaje de quienes hablan dormidos.
Pero la persona que estaba a mi lado no hacia nada de las cosas que mencioné arriba. Era más bien todo cabello revuelto pero que aún así parecía peinado, el ceño ligeramente fruncido y los labios rosacéos entreabiertos por los que salía su cálida respiración. Ahora con la cabeza despejada y más o menos descansada me daba cuenta de algunas cosas:
Número uno: No había estado alucinando.
Número dos: Luke el rubio si estaba durmiendo en mi cama y su mano que mantenía agarrada la mía ahora descansaba sobre su estómago y yo no pensaba en otra cosa en que no fuera lo tierno que se veía durmiendo.
Me incorporé hasta quedar sentada y lo miré un buen rato. Tenía la piel muy blanca y en sus mejillas tenía pequeñas manchitas que podría considerar pecas, el mentón, sus cejas que eran más oscuras que su cabello ¿Cómo rayos pasé de conocerlo, toparmelo un par de veces, desear volver a verlo, encontrarme con él en circunstancias extrañas y luego ser ayudada por él en uno de mis peores momentos de desesperación?
No era tiempo de ponerse tan profunda a las... Diez y media de la mañana por lo que opté por levantarme por completo y con cuidado y salir sin hacer ruido de la habitación. Bajé las escaleras y llegué a la cocina donde Ashton estaba sentado en un banco alto apoyando ambos brazos en la encimera, sostenía una taza de té y se miraba pensativo.
-Al fin despertaste -dijo luego de que pasé por su lado para tomar un vaso y servirme agua en él.
-Buenos días Ashton para ti también.
-¿Qué pasó con el chico?
-¿Luke? -pregunté dando un sorbo de agua grande y tardando en contestar-. Arriba durmiendo.
-Tocó a la puerta hace unas horas, dijo que venía a ver como estabas ¿De dónde lo conoces ______?
-Me lo topé un par de veces en la primera semana que llegué aquí. Lo vimos en la playa, recuerdalo.
-Si lo recuerdo, sólo ... Es extraño porque apenas has cruzado palabra con él y ya te trajo a casa a las cinco de la mañana y regreso dos horas después preguntando como estabas.
-¿A qué quieres llegar? ¿Tan malo es o preferirías que me dejara tirada en la calle?
-No. -dijo estremeciéndose y tomando de golpe el resto de su bebida-. Aún no hemos hablado de lo que pasó exactamente. Lo hablaremos después, justo ahora tengo que salir por unas cosas que encargo mamá.
Se acercó para abrazarme y entonces tomó las llaves del auto y salió por la puerta de la cocina.
''Bien, eso fue extraño''
''De las conversaciones más serias que has tenido con Ashton''
Como fuera, dejé el vaso en el lavavajillas y subí de nuevo a la habitación topandome con el mismo chico dormido de hace un rato ¿Por qué actuaba tan natural teniendo a un chico en mi cama, durmiendo, siendo que la conversación más larga que habíamos tenido era de unos tres minutos? Vale, era extraño y sólo pasaba en películas americanas de universitarios dejando dormir a otros universitarios en sus dormitorios universitarios. Pero a menos que el chico fuera un asesino en serie encubierto, parecía ser buena persona. Por lo que sin preocuparme por si despertaba o no tomé ropa del closet y me encerré en el baño para cambiarme. Pantalones ajustados y una camiseta blanca que predicaba ''We'll never be as young as we are now'' en letras negras y por último una chaqueta de jean. No era de esas chcias que se hacían cosas muy elaboradas en el cabello, este tendía a ondularse y ahorrarme trabajo al ponermelo solo de un lado así que no le hice nada. Converse y listo. ¿Para qué me vestía? No tenía idea, me había salido mi momento ''feménino'' del día, supongo.
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Forte Oscurità [Hemmings] |Editando]
FanfictionSe arrojó desde lo más alto del London Eye porque sentía que no podía más con su vida. Al despertar, una enfermera le acomodaba la intravenosa en el brazo. -Oh no -gimoteó escondiendo la cara entre las almohadas. -Tuvimos que sedarla, porque desde l...