°Capitulo 27°

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Maratón - 2/4

Después de pasar toda la mañana y parte de la tarde en medio de baños de lodo, rocas volcánicas, chocolate por todos lados, mascarillas naturales entre otras muchas cosas que ni recuerdo, por fin llego a casa.

Lo bueno es que me siento muy relajada, debí haber hecho esto antes, pienso mientras me tiro en medio de Nate y Nathan en el sofá, ellos están jugando Play, están tan distraídos que aprovecho para ponerle mi cabeza a Nathan en las piernas y mis piernas en las de Nate, así que quede ocupando todo el sofá, Ryan entro a la sala y vio como estaba yo, así que él se encogió de hombros y se sentó en mi abdomen, claro sin ponerme todo el peso, veo la pantalla, no sé qué están jugando pero por lógica veo a Nate perdiendo, sonrió de lado, levanto mi pierna derecha y Mi mano derecha al mismo tiempo golpeando los mandos que tenían cada uno en sus manos, del golpe cayeron los mandos haciendo perder a los dos, Ryan se ríe al ver las caras de sus hermanos, Nate me guiña un ojo con complicidad y Nathan está al borde del llanto.

-¿Por qué? ¿Por qué me haces esto? - pregunta Nathan haciendo como si estuviera llorando.

-Porque me estaba aburriendo - me encogí de hombros y Ryan ríe más fuerte.

-No es justo - se cruza de brazos y me mira "mal".

- Oye - chuzo el brazo de Ryan con mi dedo índice - ¿Que te dan de comer? - pregunto seria.

-Comida ¿Por qué? - su ceño se frunce.

- Porque pesas como por veinte, quítate - dije moviéndome hacia un lado provocando que cayera de golpe al suelo.

Sonrío mientras él se soba el área afectada en este caso, su trasero.

- Eso dolió - se quejó parándose.

-No te quejes que a mí me dejaron caer de cara - dijo Nathan mirándome con reproche y yo sonreí lo más inocente que pude.

-Quien sabe que persona mala pudo haber hecho esa cosa tan horrible - dije negando con la cabeza.

-Si quien sabe ¿Verdad? Porque tú eres un angelito - me mira divertido.

-Con cuernos - susurró Ryan.

Lo fulmine con la mirada y luego de eso sentí el suelo a un costado mio, Si, me tiraron al suelo

Todos se rieron, me pare como si nada y me senté de nuevo en el sofá.

-¿No te dolió? - dijo Ryan frunciendo el ceño.

-Alguien debe ser el valiente de la familia - dije encogiéndome de hombros.

-¡Hey! - gritaron los tres.

Iban a decir algo más pero Mónica nos interrumpió.

-Vayan a arreglarse que nos vamos a las 7 - dijo para luego subir las escaleras y perderse en ellas.

Todos asentimos y cada uno se fue a su habitación, cuando llegue a la mía tome una bata de baño blanca, mi ropa interior negra de encaje y entre al baño, hice mis necesidades, salí con la ropa interior y la bata puesta, cuando mire mi vestido sentí una presión en el pecho, algo no va bien, abrí la bolsa donde venía el vestido, nada, todo estaba bien, fruncí el ceño, quite esa ideas locas de mi cabeza y empecé a arreglarme.

Seque mi cabello con la toalla y luego con el secador, tome la plancha de cabello, me alise con cuidado el pelo, cuando estuvo bien tome la plancha - que no me acuerdo como se llama - para ondular el cabello, solo lo hice en las puntas - tome un cepillo que use para darle volumen, mire el resultado y conforme de como quedo seguí con el maquillaje.

Hoy tampoco me maquillare tanto así que tome el delineador negro para los ojos, hice una línea muy fina para que diera el toque que quería, luego tome la máscara para pestañas aplique varias capas para que las pestañas lucieran más largas, las ondule, luego tome el labial negro mate para luego ponerme un poco de mi perfume -que poco usaba- Chanel N° 5.

Entre a mi armario y tome unos tacones de plataforma negros que no había usado, los saque para ponerlos al lado de la cama, me puse el vestido, me mire en el espejo, perfecto, tome una cadena de plata con un pequeño Zafiro que combinaba con mis ojos, me lo puse con una pulsera a juego al igual que los aretes, tome una liga que tiene funda para el arma y el cargador, lo puse en mi muslo izquierdo para después comprobar si mi arma estaba cargada y con seguro  para guardarla junto a su cargador, tome una pequeña bolsa de mano para meter dinero, llaves, mi celular con toda la batería completa, el labial por si acaso y un cuchillo afilado en su funda de seguridad, me puse los tacones y lista.

-¡Zoe! ¡Hora de irnos! - grita Mónica.

Aquí vamos.

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