!oh OH!

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Sonó el timbre.

Cristóbal vendría a visitarme, no era mucho que quisiera verme, sino que quería tener sexo conmigo, lo sabía, pues en la escuela era el chavo más guapo y el menos irresistible.

Pobres chavitas que no sabían lo que era bueno, como mi amor Diego.

Le abrí la puerta. Se apresuro a besarme.

-¿ya te sientes mejor?

-claro, pasa.-cerré la puerta.

-¿y tu padre?

-tiene guaria.

-¿y el otro tipo que siempre anda tras de ti…?

-es Diego.-lo mire. Algo molesta.- y también tiene guardia.-cambie mi expresión.- ¿Por qué crees que te invite hoy?

A este punto, me importaba muy poco tener sexo con él. Todas decían que era un animal en la cama, bien, pues lo tenía que comprobar.

Le sonreí, así como me recargaba en el pasa manos.

Me miro de la cabeza a los pies.

Me voltee y comencé subir.

-¿no vienes?

Rápidamente subió y yo corrí a mi habitación.

Al atraparme, me deje caer a la cama. Subió en mi.

-¿de verdad quieres esto?-pregunto.

-tú eres el que quiere.

-si no quieres, yo no te puedo obligar.

-¿lo harás?

Se sentó, me quede recostada.

-¿es tan difícil?

-no, es solo que…

-creíste que no era igual que las otras.

-por una parte si.-se acostó a un lado.-pero realmente quería esto desde hace mucho tiempo.

-no sé porque lo acepte. Eres mi mejor amigo, creo que por lo que dicen de ti.

-¿Qué cosa?

-ay, no digas que no lo sabes.

-es en serio, dímelo.

-que eres muy bueno en la cama.

Se soltó riendo.

-¿estás bromeando?

-no.-me subí en el.-de verdad, solo quería comprobarlo.

Me miro y toco mi pierna, luego me giro de tal modo que quedo arriba de mi.

-si eso dicen, hare que te convenzas de ello.

Caímos rendidos, jadeábamos mucho, demasiado.

-¿y?

Me acorruque en mi almohada.

-¿Qué?-pregunte, tenía un poco de sueño, ahora entendía eso de la siesta después de tener sexo.

-dame tu opinión.

-¿de…?-asintió. No estábamos ni abrazados, yo estaba boca abajo.-bien.-conteste y me reí.

Sentí que se subía en mi.

-¿Qué tomo por respuesta, el bien o tu risa?

Comenzó a besarme la espalda. Realmente, quería dormir, apenas eran las 10, solo lo hicimos media hora y estaba exhausta.

-la que te guste mas.

Escuche que la cochera se abría.

-espera.-me levante de la cama con un pánico enorme.

-¿Qué pasa?

-creo que es mi padre o Diego.-ahora era más que pánico.

Me puse una bata y mis sandalias.

-quédate aquí.

-estás loca si crees que bajaría a recibirlo desnudo.

Salí de la habitación, me recargue en la puerta, pensando que decir.

-¿niña?

Me deje caer al suelo. Hubiera sido mejor que fuera mi padre.

¿Qué demonios voy a hacer?

sweet dreams...againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora