—Es la mejor cena de mi vida —dijo Selena , mientras comía el filete y la patata asada que Justin había cocinado sobre el fuego.
—No hay nada mejor que la comida que se hace sobre una hoguera.
—Ha sido un día precioso. Habían pasado varias horas sentados sobre la roca, hablando sobre cosas poco importantes o en silencio, disfrutando de la compañía del otro.
Cuando volvieron a la tienda, Selena se sentó de nuevo en el tronco mientras Justin preparaba la cena. Él le contaba historias sobre otras acampadas que la hacían reír, incrédula.
Chicago y su vida anterior le parecían muy lejanos mientras los insectos nocturnos empezaban a revolotear, llenando el aire de sonidos. En aquel momento, el mundo parecía consistir en ellos y la noche que se acercaba.
Durante toda la tarde, la presencia del hombre la había agitado. Cuando él tomaba su mano, despertaba un deseo que
la turbaba.Quería volver a saborear sus labios. Pero era un deseo loco y lo sabía. ¿Qué podía sacar besando a Justin? No tenía intención de quedarse en Mustang. Además, no confiaba en sus razones para desearlo.
¿Lo deseaba porque estaba enamorándose de él? ¿O sus razones eran más complejas? El representaba seguridad en un mundo lleno de peligros.
¿Estaría confundiendo acaso la gratitud con el deseo?
—¿Has pensado en el caso? —le preguntó, para no pensar más.
Justin suspiró y, en ese suspiró, Selena escuchó una profunda frustración.
—Sí, pero no saco nada en claro —contestó él, sentándose a su lado—. Lo que me molesta es que conozco a todo el
mundo en Mustang y no me imagino a nadie secuestrando y violando a una mujer.—¿No es posible que Casanova sea alguien de fuera?
—Sí, pero no lo creo —suspiró él de nuevo—. Ese hombre parece saber demasiado sobre sus víctimas. Que son solteras, que viven solas, a qué hora están en casa…
—Cuéntame los detalles de las víctimas y los asaltos. Quizá se te ocurra algo mientras los repites o puede que se me ocurra algo a mí.
Selena estaba ansiosa por apartar la mente de Justin y cómo le gustaría meterse en la tienda y hacer el amor con él.
—¿Seguro que quieres oírlo?
—Claro —contestó, dejando su plato vacío en el suelo.
Mientras él le contaba los detalles, Selena intentaba desesperadamente concentrarse en las palabras que oía.
Deseaba verle la cara. Quería ver el brillo de sus ojos, observar su expresión y, más que nada, quería ver su fantástica sonrisa.
Quizá el destino estaba siendo compasivo no permitiendo que lo viera. De esa forma, volvería a Chicago y no tendría recuerdos visuales que la atormentaran.
—Al menos, con tus alguaciles pasando cerca del árbol durante toda la noche no ha habido más incidentes —dijo cuando él había terminado.
—Sí, pero no tengo hombres suficientes para tener vigilancia veinticuatro horas al día y cada noche ese monstruo tiene varias oportunidades. Además, podría cambiar de sitio.
—Has dicho que las mujeres eran todas más o menos de la misma edad, ¿no puede eso ser una pista?
—Claro, pero podría significar muchas cosas. No es una pista que me ayude mucho.
—Y no ha dejado ninguna evidencia, ningún rastro.
—Ninguna. Pero si es Casanova quien violó a Maggie, puede que haya cometido su primer error. Ahora sabemos que quien la violó es A positivo y con una prueba de ADN podemos usar esa información para condenarlo. El problema es que primero hay que encontrarlo.
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El Árbol De Los Besos
FanfictionAunque él la conocía bajo el nombre de Cecilia Webster, su verdadero nombre era Selena Gomez y, hacía tan sólo algunas semanas, lo tenía todo en la vida, hasta que una tragedia le arrebató la vista. La ceguera era sólo temporal, al igual que su nuev...