Cuando Justin llegó al árbol de los besos, no vio a nadie. Nada.
Y se desesperó.
¿Habría elegido Casanova un lugar nuevo para cometer sus crímenes? ¿Dónde estaba Selena? Si Vic era Casanova, ¿dónde la habría llevado?
Justin salió del coche con una linterna en la mano. No sabía qué estaba buscando, pero tampoco sabía en qué otro lugar podía buscar.
No había indicación de que alguien hubiera pasado por allí. La hierba alrededor del árbol parecía intacta. Sin embargo, algo le rondaba por la cabeza… El silencio.
El silencio nunca había sido tan abrumador en aquel sitio. No oía ningún insecto, ningún animalillo nocturno, ni un signo de vida.
Era un silencio irreal, como si los árboles y las criaturas nocturnas estuvieran conteniendo el aliento.
En ese momento, la luz de la linterna iluminó un objeto a lo lejos. El corazón de Justin empezó a latir con violencia. Era el coche patrulla de Vic.
—¡Vic! —gritó, lleno de rabia.
Justin aguzó el oído mientras se acercaba, pero solo podía oír los violentos latidos de su propio corazón. No había nadie dentro del coche, pero estaba seguro de que Selena había estado allí, que Vic la había sacado violentamente de su casa y la había llevado a aquel paraje desierto para dar rienda suelta a sus criminales apetitos.
—¡Vic! —volvió a gritar, apuntando frente a él con la pistola. ¿Cómo era posible que su propio ayudante, su amigo, lo hubiera traicionado de esa forma?
Quizá Vic solo estaba patrullando y no tenía nada que ver con la desaparición de Selena. Pero, aunque buscaba excusas, sabía en el fondo de su corazón que Vic y Casanova eran la misma persona.
Justin había estudiado suficientes perfiles de criminales como para saber que Vic tenía el perfil de un violador. ¿Cómo no lo había visto antes?
—¿Justin, eres tú? —escuchó la voz de Vic, que apareció por detrás de unos arbustos. Estaba sin aliento y parecía nervioso—. Me alegro de que hayas venido. Aquí está pasando algo raro.
Justin se acercó con la pistola en la mano, luchando contra la furia que amenazaba con ahogarlo.
—¿Dónde está?
—¿De qué estás hablando? Estaba patrullando por aquí y vi a alguien correr entre los arbustos. He estado investigando.
—Voy a preguntarte otra vez, Vic. ¿Dónde está Selena?
Justin tenía que hacer un esfuerzo para no estrangular a aquel hombre.
—¿Y yo cómo voy a saber dónde está Selena? —dijo Vic, con fingida inocencia.
—Si la has tocado, te mataré. Si le has rozado un pelo, te veré en el infierno.
La voz de Justin temblaba con la fuerza de sus emociones.
—No sé de qué estás hablando.
Los dos se volvieron al escuchar pasos entre los arbustos. Selena apareció entonces. Estaba magullada, tenía el camisón rasgado y cojeaba un poco. Llevaba los brazos por delante, como para evitar un golpe.
—¿Justin?
El corrió hacia ella.
—Estoy aquí —dijo, tomándola entre los brazos—. No pasa nada. Estás a salvo, cariño.
Ella sollozaba sobre su pecho, murmurando palabras incoherentes, aterrorizada.
—Dios mío —exclamó Vic—. ¿Qué te ha pasado?
El alguacil dio un paso hacia ellos, pero Justin lo apuntó directamente al pecho con la pistola.
—No te muevas.
—Justin, no puedes creer que yo haya tenido algo que ver con esto —dijo, mirándolo con ojos de terror—. Yo pasaba por aquí y…
—Vic es Casanova.
Las palabras de Selena sonaban firmes.
—Eso es una locura. No sabes lo que estás diciendo —se defendió Vic.
—¿Estás segura? —le preguntó Justin.
Selena tomó aire, intentando calmarse.
—Vic, entraste en mi habitación y me ataste los tobillos y las manos. Me pusiste una cinta en la boca para que no gritara y después me llevaste al coche.
—No es verdad —empezó a protestar el alguacil.
—Supe que eras tú en cuanto entraste en mi habitación. Conozco tu olor. Eras tú, Vic.
El hombre abrió la boca para protestar de nuevo, pero después se derrumbó.
—Fue la leyenda —murmuró, con lágrimas en los ojos.
—Tira la pistola, Vic —le ordenó Justin.
—Pero necesito que lo entiendas.
—Tira la pistola y hablaremos —repitió, y el otro obedeció—. Voy a tener que ponerte las esposas.
Justin sacó las esposas del cinturón y le ordenó que se sentara en el suelo.
—Justin, solo quiero explicarte…
—Voy a llamar a Shelly y Sam desde el coche y después podrás hablar todo lo que quieras —lo interrumpió el comisario.
—¿No puedes llamar a otros? Shelly y Sam tenían una cita esta noche —dijo Selena.
Por un momento, Justin se quedó sin habla. Allí estaba ella, sangrando, herida y asustada, pero su primer pensamiento era para una pareja que disfrutaba de su primera cita.
—No creo que les importe mucho ser interrumpidos —murmuró. Después de hacer la llamada desde el coche volvió con
Selena, que se había sentado en el suelo—. ¿Te encuentras bien?Ella asintió.
—No me ha hecho… me escapé. Salí corriendo y me caí en… —Selena no podía seguir. Estaba exhausta.
—Yo no le habría hecho daño —dijo Vic—. Tienes que creerme, Justin. No le habría hecho daño. Solo quería que la leyenda se hiciera realidad. Es todo lo que quería. Solo las besaba bajo el árbol, eso es todo.
—¿Y Maggie? —preguntó Joseph.
—Yo no tuve nada que ver con lo que le pasó a Maggie —protestó Vic con vehemencia—. Nunca le haría eso a una mujer. Yo no violé a Maggie. Yo solo las besaba, Justin , te lo juro.
Por alguna razón, Justin lo creyó. Y sintió una tristeza enorme. ¿Cómo una leyenda tan bonita se había convertido en algo tan retorcido?
—¿De verdad creías que si besabas a una chica bajo el árbol ella te amaría para siempre?
—Dicen que las leyendas a veces están basadas en un hecho real y yo esperaba… —Vic no pudo terminar la frase y dejó caer la cabeza, avergonzado.
En ese momento, escucharon el sonido de una sirena. Cuando Sam y Shelly salieron del coche, Justin le pidió a Shelly que llevara a Selena al hospital.
—Yo iré en cuanto pueda.
—¿Qué vas a hacer? —pregunto ella.
—Sam y yo vamos a llevar a Vic a la comisaría y después vamos a detener a un violador —contestó el comisario.
Faltan 2 capitulos para terminar la novela 😢😢😢
ESTÁS LEYENDO
El Árbol De Los Besos
FanfictionAunque él la conocía bajo el nombre de Cecilia Webster, su verdadero nombre era Selena Gomez y, hacía tan sólo algunas semanas, lo tenía todo en la vida, hasta que una tragedia le arrebató la vista. La ceguera era sólo temporal, al igual que su nuev...