⟮ las crónicas de alaska ryddle: libro 2 ⟯ siguientes libros disponibles en mi perfil.
Conocerse a sí misma y aprender acerca de su pasado trajo consecuencias que nunca hubiera imaginado, y Alaska pronto comenzó a interrogarse si hubiera sido mejor...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑇𝐻𝑅𝐸𝐸 ) 𝚎𝚕 𝚘𝚝𝚛𝚘 𝚌𝚊𝚕𝚕𝚎𝚓𝚘́𝚗.
Compartir los últimos días de las vacaciones con Draco estaba siendo como un sueño, allí Alaska no tenía porque tener precaucion con sus palabras, podía hablar de magia y todo lo que quisiera junto al chico sin el constante temor de que alguien pudiera escucharla. Podía ser libre.
Lo emoción por volver a Hogwarts se presentó con más fuerza cuando una mañana, solo días antes del inicio de curso, llegó una lechuza con las cartas de la escuela. La primera hoja indicaba que debían tomar el tren a Hogwarts el 1 de septiembre, como de costumbre, en la estación de Kings Cross. Y se adjuntaba una lista de los libros de texto que necesitarían para el curso:
Los estudiantes de segundo curso necesitarán:
-El libro reglamentario de hechizos (clase 2), Miranda Goshawk.
-Recreo con la «banshee», Gilderoy Lockhart.
-Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.
-Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.
-Recorridos con los trols, Gilderoy Lockhart.
-Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.
-Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.
-Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.
A la rubia le extraño que la mayoría de los nuevos libros estaban escritos por aquel mago, Gilderoy Lockhart.
—¿Te has dado cuenta de que nos han mandado todos los libros de Lockhart! —Exclamó Draco luego de revisar la lista—. El nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras debe de ser un fan suyo; apuesto a que es una bruja.
—¿Quién es Gilderoy Lockhart?
—Claro, no lo conoces —Murmuró Draco—. Es mago famoso por ser el autor de muchos libros acerca de monstruosas criaturas y su encuentro personal con ellas. Todas las brujas están enamoradas de él, pero sólo es un idiota arrogante.
Alaska enmarcó una ceja ante el comentario y miró a Draco, sin creer que él hubiera dicho tales palabras.
—¿Hablas en serio? —Preguntó Alaska, queriendo confirmar que aquello no se tratara de una broma—. Me refiero a que, ¿no crees tener ninguna semejanza con ese tal Gilderoy Lockhart?
