𝒕𝒉𝒊𝒓𝒕𝒆𝒆𝒏

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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑇𝐻𝐼𝑅𝑇𝐸𝐸𝑁 )
𝚎𝚕 𝚍𝚎𝚜𝚊𝚜𝚝𝚛𝚘𝚜𝚘 𝚌𝚕𝚞𝚋 𝚍𝚎 𝚍𝚞𝚎𝚕𝚘.

Las clases de Pociones se impartían en una de las mazmorras más espaciosas. Era común que la hora fuera bastante tranquila y sin sucesos dignos de recordar. Pero aquella clase de la tarde del jueves sería distinta, la clase se desarrollaba con completa normalidad mientras veinte calderos humeaban entre los pupitres de madera, en los que descansaban balanzas de latón y jarras con los ingredientes. El profesor Snape rondaba por entre los fuegos, haciendo comentarios malintencionados sobre el trabajo de los de Gryffindor, mientras la mayoría de los estudiantes de Slytherin se reían a cada crítica.

Draco Malfoy, quien era uno de los alumno favoritos del profesor Snape, hacia burla con los ojos a Harry Potter y Ron Weasley, que sabían que si le contestaban no tardarían en ser castigados en menos de lo que se tarda en decir «injusto».

Alaska y Ann estaban trabajando en equipo para preparar con éxito la Pócima Infladora, aunque la rubia estaba haciendo gran parte del trabajo, pues la castaña sólo se dedicaba a entregarle los ingredientes que le pedía, aún así estaba saliendo bastante bien. Eso fue hasta que sin quererlo Alaska dejó caer más bazo de murciélago de lo que indicaban más instrucciones, todo debido al sobresalto que se llevó cuando una bengala se puso a silbar y echar chispas, y como si se tratara de arte de magia, la bengala aterrizó dentro del caldero de Goyle, que para su suerte estaba a varias mesas de distancia de las chicas.

La poción de Goyle estalló, rociando a la mayoría de la clase, los alumnos chillaban cuando los alcanzaba la pócima infladora. A Draco le salpicó en toda la cara, y la nariz se le empezó a hinchar como un balón; Goyle andaba a ciegas tapándose los ojos con las manos, que se le pusieron del tamaño de platos soperos y Blaise que había tratado de protegerse el rostro tenía ambos brazos creciendo al tamaño de su propio cuerpo. El profesor Snape trataba de restablecer la calma y de entender qué había sucedido.

—¡Silencio! ¡Silencio! —Gritaba el profesor por sobre los gritos—. Los que hayan sido salpicados por la poción, vengan aquí para ser curados. Y cuando averigüe quién ha hecho esto...

Draco se acercó con prisa hacia la mesa del profesor, con la cabeza caída a causa del peso de la nariz, que había llegado a alcanzar el tamaño de un pequeño melón. Mientras la mitad de la clase se apiñaba en torno a la mesa de Severus, unos quejándose de sus brazos del tamaño de grandes garrotes, y otros sin poder hablar debido a la hinchazón de sus labios, Alaska intentaba reparar su poción.

La puerta de la mazmorra se abrió unos centímetros y al darse cuenta de esto, Ann golpeó el brazo de su compañera para que observara. Hermione Granger entraba a hurtadillas en la mazmorra, con un bulto debajo de la túnica y siendo sigiloza para que el profesor no pudiera verla.

—¿Qué crees que estén planeando? —Murmuró Ann sin quitar su mirada sobre la Gryffindor.

—Se me ocurren bastantes ideas, pero ahora estoy más interesada en restaurar nuestra poción.

heredera de slytherin ² ━━ harry potter sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora