⟮ las crónicas de alaska ryddle: libro 2 ⟯ siguientes libros disponibles en mi perfil.
Conocerse a sí misma y aprender acerca de su pasado trajo consecuencias que nunca hubiera imaginado, y Alaska pronto comenzó a interrogarse si hubiera sido mejor...
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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑆𝐼𝑋𝑇𝐸𝐸𝑁 ) 𝚞𝚗 𝚗𝚞𝚎𝚟𝚘 𝚍𝚎𝚜𝚌𝚞𝚋𝚛𝚒𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘.
Las vacaciones habían terminado y rumores sobre la desaparición de Hermione Granger corrieron por los pasillos cuando el resto del colegio regresó a Hogwarts, naturalmente todos creyeron que la habían atacado pero nada estaba confirmado. Eran tantos los alumnos que se daban una vuelta por la enfermería tratando de echarle la vista encima, que la señora Pomfrey quitó las cortinas de su propia cama y las puso en la de Hermione, por lo que nadie sabía que pasaba realmente con ella.
—Si estuviera petrificada, no se tomarían tantas molestias en esconderla. —Razonaba Blaise, pues él y Alaska se habían mantenido en una discusión durante los últimos minutos de su clase de Historia de la Magia.
—¿Van a seguir discutiendo sobre eso? —Se quejó Ann—. No prestaron atención a la mitad de la clase por ello y estoy segura, de que si les pregunto, no sabrían nada sobre La Asamblea Medieval de Magos de Europa.
—Por eso tenemos un buen amigo que nos prestará sus apuntes de la clase.
—Ni en tus sueños. —Le respondió Ann.
—No hablaba de ti —Le hizo saber el chico y se volteó para mirar a Theodore, quien iba junto a ellos pero se había mantenido ajeno a la conversación—. Theo, ven aquí, no te quedes atrás. —Comentó, pasando uno de sus brazos por su hombro.
Ann puso los ojos en blanco y se adelantó al grupo, caminando a paso rápido pues estaba frustrada y no quería estar junto al moreno en ese momento.
—¡Oh, vamos! —Dijo Blaise—. No te molestes, tú también eres increíble.
Entonces fue tras ella, intentando alcanzarla sin soltar a Theo. Alaska se quedó atrás, riendo tras la divertida situación sin preocuparse de seguirles el paso. Pero cuando dobló en uno de los pasillos está expresión se borro de su rostro, se había topado de cara con Harry Potter y Ron Weasley, ambos parecían estar esperándola y le obstruian el paso, esperó a que dijeran algo pero eso no ocurrió, solo se miraban de manera nerviosa.
—¿Y ustedes qué? —Preguntó Alaska con fastidio—. Si van a preguntarme algo sobre el tema del heredero, juro que les echaré una maldición a cada uno, aquí mismo.
Ron soltó un quejido involuntario.
—Nosotros queríamos saber, tu apellido, ¿cuál es su origen? —Se atrevió a preguntar Harry.
La chica alzó las cejas y no pudo evitar soltar grandes carcajadas, aunque la realidad era que la situación no le causaba ninguna gracia.
—Si estuviera al tanto de aquello Harry, no estaría tan interesada en conocer a mis antepasados. —Responde finalmente.
