Dieciséis - Más sorpresas

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 Podía decir que estaba un poco celosa de Sasha, solo un poco; siempre estaba celosa de la gente que se casaba, incluso si no los conocía. Siempre me imaginé con el perfecto vestido blanco y un novio esperándome en el altar, que mientras me acercara a él lo miraría directo a los ojos y pudiera ver reflejado en ellos todo el amor que sentía por mí, solo esos minutos serían suficientes para estar completamente segura de dar ese paso, ni antes ni después, exactamente ese momento.

Apagué el despertador antes de que comenzara a sonar, Noel estaba dormido a mi lado, tenía la boca media abierta, Jesús, incluso así se veía sexy. Me levanté procurando no despertarlo pero me jaló y caí de espaldas en la cama.

— ¿Te ibas a levantar sin darme mi beso de buenos días? – dijo aún con los ojos cerrados.

— No quería despertarte – se encogió de hombros y me dio un pequeño beso, me ayudó a levantarme y cuando lo hice me dio una fuerte palmada en el trasero, le di un empujón cuando pasé por su lado.

Una vez que salí de la ducha y terminé de vestirme encontré a Noel esperándome en la sala ya cambiado, enarqué una ceja mientras él me entregaba una taza humeante de café, los dos cascos estaban sobre la mesa ratona.

— ¿No pretenderás llevarme, verdad? – dije mientras soplaba mi café, frunció el ceño

— ¿No pretenderás irte en un medio de transporte público?

— ¿Qué tiene de malo viajar con el resto de la gente? Vamos, Noel, tienes que soltarme la mano un poco, no puedo depender de que me lleves a todos lados todo el tiempo... — oh oh, ahí estaba aflorando de mi interior los celos porque Sasha se iba a casar, ¿por qué no podía callarme la maldita boca alguna vez?

— Ouch, nena, ¿me estás diciendo que quieres que te de algo de espacio? Sabes que no podemos estar separados...

— No me malinterpretes, amo estar todo el tiempo contigo...

— Pero...

— Pero nada, solo eso, que amo estar todo el tiempo contigo, es que todo este asunto de Sasha y Sebastián me ha dejado un poco trastornada; no es que no esté feliz por ellos, solo que estoy algo celosa – se acercó a mí y me rodeó con sus brazos mientras apoyaba su cabeza sobre la mía.

— ¿Celosa tú, Danila Subranni, celosa? ¿Quieres algo que ellos tienen y nosotros no?

— No lo sé, quizá nunca dejé de desearlo y estoy casi segura de que tú, Noel Santos, jamás estarás listo para ese tipo de compromiso.

— Un momento, ¿me estás diciendo que por ser quien soy le huyo al compromiso? ¿Solo por mi nombre? – Seguía con la cabeza apoyada sobre su pecho, no podía mirarlo a la cara cuando le estaba confesando esas cosas – ¿Tan poca confianza tienes en mí, pequeña?

— Tengo una fe ciega en ti, Noel, pero no creo que seas del tipo que se case – desarmé su abrazo y fui a hacerme una tostada a la cocina, él me siguió y se quedó sentado en la barra.

— Iba a esperar hasta la noche para decírtelo, pero creo que ahora es sumamente importante y vital que te lo diga – dejé de untar el dulce en la tostada y me di vuelta para mirarlo, esperando la bofetada a la realidad – Anoche el bastardo se fue de mi casa – sentí mi corazón rasgarse ante la posibilidad de que Noel regresara a su casa y que no estemos juntos todas las noches.

— Bien, ya era hora – dije con una sonrisa que sentí algo forzada — ¿Necesitas que te ayude a juntar tus cosas para llevártelas? – me giré para seguir untando el pan, pero en realidad quería ocultar mi tristeza.

Incandescente - Parte de mí {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora