♦Final♦

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Narrado por TN

-Lo siento. –bajó la mirada– Lo siento tanto, por mi culpa tu vida está en riesgo.

-Germán, no hagas esto ahora. –ya sabía a donde estaba llegando con eso. Se sentía culpable de todo

-No, si tengo que hacerlo, por eso he decidido algo. –hizo una pausa– Cuando salgamos de esto, no podemos seguir.

-¿A qué te refieres? –sabía perfectamente a qué se refería, pero de alguna de otra manera quería convencerme que entendí mal 

-Tú y yo, no seguiremos juntos. Será lo mejor para los dos.

-¡Como puede ser eso lo mejor! –me alteré

-No quiero que algo como esto tenga que pasar de nuevo. Alejarte sería la mejor opción, no quiero que tires tu vida.

-No creo que entiendas, yo tiraría toda mi vida para seguir contigo y eso es lo que planeó hacer, con o sin tu permiso.

-... –sacude la cabeza– Esto va a terminar una de las siguientes maneras; Los dos morimos ó yo termino en una celda.

-No vamos a terminar muertos. –el aseguré– Y si alguien te encierra, yo te ayudaría a fugarte.

Se rió un poco con mi declaración.

-Wow, como voy a extrañar tu humor.

-Germán, no vamos a morir, no te vas a ir a la cárcel y tampoco nos vamos a separar. –unas lágrimas estuvieron a punto de salirse de los ojos, pero logré aguantar.

-Lindo que pienses eso. Aunque después de eso no vayamos a seguir juntos, quiero que sepas que me alegra haberte tenido en mi vida aunque sea un rato. –se rió débilmente– Aún recuerdo el dia en que por fin te convencí en salir en una cita, y después también te convencí de escaparte de tu casa para salir juntos, o todas esas veces que nos juntábamos en la biblioteca porque eras mi tutora, y hubo unas veces que no fui porque me estaba portando como un imbécil contigo.

-Germán...–no pude aguantar más, después de tanto estar hablando de separarnos y no volvernos a ver, las lágrimas salieron incontrolablemente de mi.

Todos esos recuerdos me traen nostalgia. Aunque varios de esos en su momento parecieron una mala idea, ahora, me alegra de haber vivido todo eso, ahora me doy cuenta que eso ha hecho mi vida más interesante, sino, probablemente estaría en mi habitación estudiando pero no sacándole provecho a mi vida.

-Quiero decirte una última cosa. –me quede callada, atenta en lo que estaba apunto de decir– Habla con Kevin. Dile lo que pasó, tiene que saberlo, será la única manera en la que podrás dejarlo en el pasado. Jura que lo harás. –asentí

Él no siguió hablando más, yo seguía llorando, creo que pensó era mejor hablar con sus acciones. Me tomo de la cintura pegandome junto a él, pegando sus labios contra los míos, este beso fue diferente a cualquier otro; se sentía como un beso de despedida.

Fue en él momento justo, porque después de eso pudimos escuchar cómo se abría furiosamente la puerta.

Fabián entró, de inmediato nos vio debajo del escritorio. De nuevo me tomó del cabello, más firme que la otra vez, me sacó de donde me encontraba hasta ponerme de pie casi pegado a él, podía sentir sus palpitaciones. Germán estaba apuntando desde poca distancia diciéndole que me soltara.

-De verdad nunca he entendido que tiene de especial. –le dice a Germán, para después envolver su brazo en mi cuello inmovilizandome, y con la otra apuntando la pistola en mi cabeza. Me tense, igual que Germán– Pero en fin, te di tu oportunidad.

-¿Qué te hace creer que aún no te puedo parar? –creo que solo preguntaba eso para ganar tiempo, para él en su mente hacer un plan o esperar a que llegara la policía. Al menos eso espero que esté haciendo.

-Vamos, deja de hacer preguntas estúpidas. No vas a disparar, eres demasiado cobarde y nadie vendrá a salvarlos

-¿Qué tal Aurora? –contesté, lo dije solo para recordarle que no estábamos completamente solos

-Ella no podrá ayudar a nadie, nunca. –lo dijo en un tono frío

-¿Q...que? –tartamudeo un poco– ¡Dónde está! ¡Qué le hiciste! –empecé a patear y sacudir mi cuerpo, pero no tuvo ningún resultado

-Diré que al principio dio buena pelea, aguanto bastante. Pero no lo suficiente. –no había ninguna gota de arrepentimiento

No había forma de expresar en palabras lo que estaba sintiendo, estando en las manos de una persona como él no era el mejor de las situaciones. Los dos seguían en sus mismas posiciones; firmes.

Se escuchó desde lejos puertas que estaban siendo abiertas a la fuerza, la policía ya estaba adentro.

-Tick Tock, Tick Tock Germán. Se acaba el tiempo. Tu aun puedes salvarte

-No me moveré de aquí.

-Bueno, siendo así, quiero intentar algo. –estaba confundida con lo que se refería.

Fue hasta después que entendí. Me liberó del agarre de su brazo, sólo para poder nuevamente tomarme del pelo. Me miró a los ojos por unos instantes, como si estuviera analizando cada parte de mi rostro. Luego se inclinó a besarme, sus labios eran duros y fríos, me besaba con desesperación. De nuevo empecé a sacudirme y a patear, que repito, fue algo inútil. Lo siguiente que sentí fue un gran empujón departe de Germán, que le estaba ardiendo la sangre, a Fabián. A mi, Fabián me empujo a un lado, perdí el balance hasta caer cerca del escritorio pegando mi cabeza contra una de las esquinas, termine en el piso desorientada.

Mi vista se nubló, con mi mano me toqué donde me pegué, había sangre.

-¡Es la policía! ¡Abre de inmediato! –gritó una voz desde afuera de la puerta, que al parecer la habían cerrado con seguro. Nadie hicimos caso

Por lo que podía alcanzar a notar, Germán y Fabián estaban dándose palizas uno después del otro, destruyendo todo que estaba a su paso. Hasta que las cartas se cambiaron, Fabián empezó a golpear seguidamente a Germán en él estomago, no dándole oportunidad de respirar o golpear de vuelta.

Germán cayó al suelo rendido, usando sus brazos para proteger su cabeza, le empezó a dar patadas. No creo que pueda aguantar más.

Todo lo que pude pensar era "No, no, no"

-!_________! ¡Se que estas adentro! ¡Abran ahora sino lo haremos nosotros! –escuche a Armando gritar desde el otro lado, pero no lo procesé, estaba muy envuelta en esto.

Tenía que hacer algo, por algo más mínimo que sea, tengo que intentar algo. Me levanté, con las fuerzas que me quedaban corrí y básicamente lo tacleo, quitándolo de encima de Germán.  Pero a mi de nuevo me tomó y me aventó contra el piso.

Se escuchó un disparo. Alcance a ver él ahora cuerpo de Fabián sin vida, caer al suelo. Al otro lado del gatillo estaba Germán.

El silencio fue el único sonido que nos acompañó en ese momento.

Cubrí mi boca con mis manos, aun observando el cuerpo. ¿Eso de verdad sucedió? ¿Lo acaba de matar? Él me volteó a ver, creo que notó mi cara de horror por lo que estaba viendo. Rápidamente corrió hacia mí, se inclinó junto a mi, me tomo de los hombros y me dijo:

-Tú sabes porque lo hice. Él te quería lastimar, no iba a dejar que eso pasara, pero perdí el control al final. –a diferencia de Fabián, a él si se le notaba arrepentimiento. Pero no se si eso era una razón válida.

Abrió la boca para decirme algo más, pero la puerta se abrió, unos cuantos policías armados sin pensarlo se llevaron a Germán, colocando unas esposas. Traté de correr tras de ellos, pero unas manos me lo impidieron.

-Porfavor Armando, aunque sea dejame despedirme de el –le rogué, con lágrimas en los ojos

-Te vamos a llevar a casa.–Fueron sus últimas palabras

Dos lados de ti (German Garmendia Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora