El resto del día no veo a Connor. Parece que está encerrado en su habitación y ha estado así desde el desayuno. Con Hayley almorzamos, pero él dijo que no tenía hambre y que si le daba hambre iba a bajar él mismo a buscar algo para comer, pero no lo ha hecho.
Después de almuerzo me fui a mi habitación y estuve unos largos minutos jugando con mi celular. Luego, miré mi computadora y busqué un par de lugares cerca de aquí donde pudiera comprar un par de libros para pasar el tiempo porque creo que me volveré loca si solo paso los días jugando, viendo mi universidad por la computadora y, sobre todo, haciendo las malditas ecuaciones de mi cuaderno que es justo lo que hago después.
No tengo mucho dinero para comprar algo que no necesito con mi vida, pero puedo darme esos pequeños gustos de vez en cuando. Un libro no dañará a nadie, ¿verdad?
Normalmente guardo el poco dinero que tengo en alguno de mis cajones, pero aquí prefiero tenerlo en una pequeña caja de vidrio que traje de casa. Era de mamá y creo que papá se lo regaló hace muchos años atrás. Todas las cosas de mi papá siguen encerradas en cajas en el sótano de la casa porque mi mamá no tiene la fuerza suficiente para ver sus cosas todos los días. Eso incluye lo que le regaló él a ella e incluso su anillo de bodas. Yo logré salvar algunas cosas como esta pequeña caja, pero mamá no lo sabe así que tengo que asegurarme de que eso siga así.
Sacó el dinero máximo que estoy dispuesta a gastar en un libro y lo guardo en mi bolsillo. Hay un pequeño centro cerca de aquí que funciona especialmente en la época de vacaciones y tiene un par de tiendas, entre ellas está la tienda de libros usados.
Paso a la habitación de Connor y dudo si es que debo entrar para avisarle que voy a salir unos momentos. Probablemente la respuesta a eso sea que no. No parece ser un chico al que le guste que una desconocida llegue y abra la puerta de su habitación. No, muy mala idea.
¿Seguirá siquiera en el cuarto? Espero que si, porque si se escapa y después se pierde creo que sería mi culpa porque soy la responsable en este lugar a pesar de que creo que Connor y yo tenemos la misma edad. A mí es a quien le pagan por estar aquí.
Con mucho cuidado de no hacer ruido, pego mi oreja a la puerta de Connor. Espero escuchar algo, lo que sea que me diga que hay alguien dentro. Movimiento de unas páginas, quizá música... lo que sea. Incluso ronquidos porque significaría que está durmiendo, pero ni eso escucho.
Es como si no hubiera nadie allí.
Intento agudizar mi oído. Creo escuchar a alguien hablando solo, pero muy muy bajo. ¿Está hablando o está cantando? Puede que sea la segunda. No puedo distinguir si canta bien o mal...
-¿Qué haces?- escucho la voz de Hayley detrás de mí.
Doy un salto enorme del susto. Creo que estoy lista para ir a los juegos olímpicos en la especialidad de salto. Pongo mi mano en el pecho y respiro con dificultad. Hayley me mira con diversión. Parece que le agrada casi haberme provocado un ataque al corazón.
-Me asustaste, Hayley- digo con dificultad
-Lo noté- responde ella entre risas- ¿Qué hacías en la habitación de mi hermano?
-En teoría estoy afuera de la habitación de tu hermano
-Ya sabes a lo que me refiero, Thalia- dice mientras rueda los ojos.
Tomo el brazo de Hayley con cuidado y la encamino hasta mi habitación. No quiero que Connor escuche y piense que soy una psicópata o que lo estaba espiando o algo por el estilo. Bueno, solo espero que no haya escuchado las palabras de Hayley y halla estado muy en su mundo como para escuchar las voces de quienes no lo estamos.
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La Ecuación de mi Vida
ChickLitThalia Blair es una chica de dieciocho años que vive en el campo, tímida y no muy sociable, pero es muy buena en un aspecto... las matemáticas y ve cada problema como si fuera una ecuación que debe resolver. Un verano acepta un trabajo al otro lado...