7.- La ecuación Connor

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Llevo dos días enferma lo que es muy extraño. Jamás me había enfermado por tanto tiempo de un simple resfriado, aunque por lo que me ha dicho Connor es una gripe fuerte. Dice que debí haber agarrado algún virus cuando iba a la ciudad. Aunque no deja de ser extraño que me enferme de esta forma. Nunca me había pasado... al menos no tan fuerte por tantos días seguidos. 

No he querido decirle a nadie sobre esto. No a mamá ni a la señora Walk. Sé que puede sonar un poco irresponsable no haberle dicho a mi jefa que estoy enferma y que puedo contagiar a sus queridos hijos, pero es que me da miedo perder mi trabajo y eso no es un lujo que pueda darme. Necesito el trabajo, necesito el dinero que me va a proporcionar. 

Necesito poder estudiar y salir de este maldito pueblo.

¿Por qué no se lo he dicho a mamá? Supongo que desde la muerte de papá dejamos de ser tan cercanas. Ella vive su vida y yo vivo la mía. Además, su único consejo sería que fuera al médico y esa no es una opción para mí. En absoluto.Odio los hospitales. No puedo soportar ni el aroma de un hospital. No desde que fue en ese lugar en el que me enteré que mi papá había muerto. 

Creo que solo podrían llevarme a un hospital estando completamente inconsciente porque jamás daría mi aprobación para meter mi cuerpo en ese maldito lugar.

Al menos no ha sido necesario ir al hospital. Me he estado sintiendo cada día mejor y según yo debí salir de la cama hace días atrás, pero Hayley y Connor no me dejan hacer mi trabajo. Ambos dicen que lo mejor es que descanse y me recupere por completo.

Justo ahora estoy en mi cama, leyendo un libro. Ya estoy aburrida. Lo único que quiero es pararme de aquí y salir de mi habitación para hacer algo productivo de mi vida. Cocinarle a los chicos, limpiar un poco, conversar con Hayley, jugar con ella... lo que sea que haga que el dinero que me darán al final de las vacaciones sea ganado por mi trabajo y no solo por un favor o algo parecido, porque eso me está pareciendo ahora.

Cierro el libro, enojada. Ya quiero salir de aquí y solo por la insistencia de Hayley es que no lo hago. Diría que también Connor me ha insistido, pero lo que él ha hecho es obligarme a quedarme aquí con esa sutileza tan característica de él. 

Maldito Connor.

Tengo que aceptar que se ha comportado muy bien estos días. No es la persona más agradable del mundo, suele ser grosero y muchas veces idiota, pero me ha cuidado todos estos días. Me trae agua y remedios cuando es la hora de ellos. Me cocina sopa de pollo junto con Hayley y la trae él porque no quiere que su hermana pequeña se contagie con lo débil que está su sistema inmune. 

No entiendo a Connor. Realmente que no lo entiendo y créanme que he intentado hacerlo, pero es casi imposible. Cuando viene a traerme los remedios suele quedarse sentado un par de minutos en la silla que aun no sé de donde vino. Me mira fijamente mientras me tomo el remedio. Cuando termino le devuelvo el vaso de agua y se queda junto a mí, sin hablar, sin hacer un comentario. Nada. Y luego simplemente se va.

¿Quién hace eso? Solo Connor.

-Parece muy interesante lo que tu descerebrada cabeza debe estar pensando para ni siquiera darte cuenta de que estoy aquí-escucho su irritante voz y pego un salto que por poco no me deja pegada en el techo.- Y además te asusto, debes ser bastante tonta.

-¿En algún momento vas a dejar de insultarme, Walk?

-Lo dudo, Blair- responde y yo ruedo los ojos. Es un idiota- No ruedes los ojos. Es mejor que te insulte, créeme.

-Claro, porque a todos les gusta que los insulten

-Confía en mí. Es lo mejor

-¿A qué te refieres?

La Ecuación de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora