Con Connor deberíamos comenzar a movernos para ir a casa, pero no podemos hacerlo. Creo que en verdad ninguno de los dos quiere hacerlo. Seguimos sentados en el mismo lugar en donde hemos estado todo este tiempo. Dejamos de hablar, pero me siento cómoda junto a él.
Me siento tan cómoda y tan confiada que decido que sus piernas están perfectas para ser usadas como almohada, así que me recuesto de tal manera que uso sus piernas como una cómoda almohada.
-¿Te molesta?- pregunto un poco avergonzada porque no había pensado en eso
-En absoluto, Blair- responde con una sonrisa en la cara
Nos quedamos así y volvemos al silencio. Todo parece demasiado tranquilo cuando estamos callados. Debo admitir que el silencio, muchas veces, está sobrevalorado. Me gusta tener un momento de tranquilidad y silencio, pero cuando ya es mucho, me aburro.
No es que esté aburrida con Connor justo ahora, pero me gustaría hablar con él. Siento que estamos en una buena situación justo ahora para conversar.
-¿Qué pasó con Hayley?- pregunto como para romper el hielo
-¿A qué te refieres con eso?
-Creo que tú sabes muy bien a que me refiero, Walk
Connor me sonríe con ternura. Cada vez más me sorprendo por el hecho de que él me esté sonriendo con ternura. El chico que es, muchas veces, un maleducado y pesado, me está sonriendo con ternura
Este es el verdadero Connor. Puedo notarlo. Podría apostar por ello.
-Hayley... es una chica muy sensible- comienza a decir- pero sé que ya te diste cuenta de eso
-Es verdad- confirmo
-Muchas veces, se siente culpable de todas las cosas que pasan en la vida. No sé como se le metió en la cabeza que ella era la culpable por la muerte de papá. Todo eso y la presión de ser modelo hizo que desarrollara un trastorno alimenticio.- cuenta Connor con una expresión de tristeza en su cara- Muchas veces, papá me decía que Hayley era demasiado buena para este mundo. Que en vez de ser una persona, ella debería ser un ángel.
-¿Qué le respondías tú?
-Que era nuestro ángel- responde, y en ese instante, sus manos comienzan a jugar con mi cabello. Una sensación extraña comienza a sentirse en mi interior, pero no sé muy bien qué es.- Supongo que ahora Hayley es solo mi ángel.
Le doy una sonrisa amable y me dan unas ganas enormes de darle un abrazo y decirle que todo va a estar bien. Que Hayley va a estar bien y que su padre se va a asegurar de eso, pero como que algo me lo impide así que lo único que hago es tomar una de sus manos que juegan con mi cabello y apoyarla en mi estómago. Entrecruzo nuestros dedos y ahora soy yo la que, con la mano libre, juega con la mano de Connor.
Nunca había creído que la expresión de "Mariposas en el estómago" fuera cierta, pero me parece una buena analogía para lo que estoy sintiendo en este momento.
-Todos tenemos un ángel- vuelve a hablar Connor- Algunos tienen más de uno, pero mínimo se tiene uno.
-En eso creo que tienes razón- respondo sintiendo un poco de nervios por la cercanía que Connor y yo estamos sintiendo.
-¿Quién es tu ángel?
-Mi padre- respondo por inercia- Puede que ya no esté vivo, pero estoy bastante segura que me está cuidando en el cielo. Fue mi ángel cuando estaba a mi lado y ahora sigue siéndolo y sé que siempre lo va a hacer.
Connor se queda en silencio. Ya no está jugando con mi cabello. Lo veo y está mirando al horizonte. Tiene la mirada perdida, como si no estuviera realmente mirando, sino que pensando.
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La Ecuación de mi Vida
ChickLitThalia Blair es una chica de dieciocho años que vive en el campo, tímida y no muy sociable, pero es muy buena en un aspecto... las matemáticas y ve cada problema como si fuera una ecuación que debe resolver. Un verano acepta un trabajo al otro lado...