5.- Intentando ser amable

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Los días siguientes me concentro en no meterme en el camino de Connor Walk, lo cual no es muy difícil tomando en cuenta que él parece querer exactamente lo mismo que yo. 

Al menos comemos juntos. Desayuno, almuerzo y cena. Todo. Parece que eso es gracias a Hayley porque el primer día ella iba a buscarlo a su habitación cada comida y lo traía prácticamente de la oreja para la cocina. No decía ni una palabra, al menos en mi presencia, pero Hayley estaba feliz teniendo a su hermano allí sentado a su lado así que valía la pena sentir que alguien, Connor, no me quería cerca.

Me he vuelto muy cercana a Hayley. Me he dado cuenta que es solo una chica con problemas de confianza que radican en que todos han intentado controlar su vida desde que era una bebé. Nadie nunca le preguntó qué es lo que quería o algo por el estilo. Todos decidían todo por ella. Me siento un poco protectora con ella. Quiero que se de cuenta que es su vida y que nadie aparte de ella debe decidir lo que pasa en su vida. Creo que Connor concuerda conmigo en eso. No porque me lo haya dicho ya que no me ha dirigido la palabra desde el primer día que llegó aquí, pero el otro día cuando le decía estas cosas a Hayley él tenía una sonrisa en la cara mientras me miraba. Fue extraño y me sentí sumamente incómoda.

Ahora me encuentro leyendo "Drácula" en mi habitación. No soy de las que leen de forma compulsiva así que me he demorado mucho en terminar de leer este libro. Incluso, aun me falta más de la mitad. 

Siento que alguien golpea mi puerta y entra. Es Hayley. Lo sé sin tener que levantar mi mirada del libro porque estoy bastante segura que Connor no es.

-¿Qué pasa, pequeña?- digo cerrando el libro

Hayley se sienta frente a mí en mi cama y me mira con una sonrisa adorable. Si no supiera que ella tiene dieciséis creería que tiene a lo más catorce años.

-No sabía que usabas lentes- comenta con diversión.

Caigo en la cuenta que aun llevo puestos mis lentes de lectura los que odio bastante usar y me los saco de inmediato. Los guardo en su estuche y los dejo encima de mi mesa de noche.

-Los uso solo para leer- explico- No me gustan

-Creo que te veías muy linda e intelectual con ellos

-Si, como toda una secretaria sexy

Hayley y yo reímos. Jamás pensé que me iba a llevar bien con alguien de la forma en la que nos llegamos ella y yo. Supongo que es porque ella no sabe mi pasado como todas las personas con las que convivía antes así que no tiene con que juzgarme de antemano, aunque por lo que veo de la personalidad de Hayley, ella jamás me hubiera visto con malos ojos después de saber lo que hice después de la muerte de papá.

Me doy cuenta de que Hayley mueve nerviosamente una cadena de plata que lleva puesta alrededor de su cuello. Nunca la he visto sin ella. Tiene colgado una figura de un señor de la mano con una niña pequeña. Supongo que es un regalo de su padre. Tiene sentido que nunca se lo saque. 

-¿Todo bien, Hayley?- pregunto sin dejar de mirar como mueve la cadena- Pareces un poco nerviosa.

-Digamos que no es un buen día- dice tratando de esbozar una sonrisa, pero no lo logra- A veces tengo días buenos, otros malos. Hay días que me miro al espejo y me encuentro gorda y me da ansiedad. Comienzo entrar en pánico. Supongo que no quería estar sola hoy.

-Hey, nunca estás sola, pequeña. Aquí estoy yo y estoy segura que tu hermano también está ahí para ti siempre y cuando yo no esté cerca

Hayley ríe y mueve la cabeza, negando. ¿Qué quiere insinuar con eso?

-Mi hermano tiene serios problemas, no tienes que ponerle atención.

-¿A qué te refieres?

-Le agradas, Thalia. Le agradas mucho y por eso no te quiere cerca

La Ecuación de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora