Las cosas ya se han normalizado. Hayley cada día está mejor y parece estar superando muy bien el tema de Adam. Él también está bien y lo vamos a visitar casi todos los días. Está despierto, un poco adolorido, pero la mayoría del tiempo con buen humor y con un brillo en los ojos cuando ve a Hayley.
Esos dos hacen una linda pareja.
En cuanto a Connor y a mí, las cosas siguen un poco extrañas. A veces nos tratamos como siempre nos hemos tratado desde que nos conocimos, pero otras veces se escabulle a mi habitación en las noches para decirme buenas noches y besar mis labios tiernamente.
No puedo evitar sentir mariposas en mi estómago cada vez que él hace eso. Es como si tuviéramos algo que solo nosotros podemos entender, aunque para que sea eso creo que yo también debería entenderlo, cosa que no es siempre así.
Ahora estoy sentada en el pasto que está afuera de la casa de verano de los Walk, con mi cuaderno de ecuaciones en mis piernas, un lápiz en una mano y una goma de borrar en la otra. Intento descifrar matemáticamente el resultado de la ecuación Connor, y aunque he hecho muchos avances, la cosa sigue sin resolverse. Sigo sin entender completamente a Connor y sigo sin entender como entro yo a esta ecuación.
¿Por qué debería pensar si quiera de que yo puedo entrar en la ecuación? No lo sé, es solo uno de esos presentimientos matemáticos en donde sé que algo es así, pero no sé como demostrarlo.
Quiero demostrarlo.
Y me encantaría ser una de las soluciones de la ecuación Connor. La persona que hace que ese adolescente complicado se entienda a si mismo para poder yo entenderlo a su vez.
Solo quiero entender de quien me estoy enamorando.
Intento no tomar este ejercicio matemático tan personalmente, pero no puedo. No dejo de comparar todas las incógnitas que tengo con los detalles de la vida de Connor que me faltan por conocer, pero he descubierto que de esta forma es como hago más avances.
-Thalia- escucho la voz de Hayley que me saca de mis pensamientos- ¿Cómo está la amante de las matemáticas que yo quiero tanto?
Río mientras Hayley se sienta a mi lado. No puedo notar que está mejor vestida que los días anteriores. Está usando una pequeña falda ajustada con una blusa floreada y holgada en la parte superior que deja ver un poco su ya no tan pequeño estómago.
Hayley está ganando peso lo que me alegro porque significa que está mejorando y el hecho de que muestre su lindo cuerpo y lo luzca de esta manera me hace pensar que ya no se siente incómoda con su cuerpo.
-¿No has pensado que tu ecuación es uno de esos misterios matemáticos que nadie puede resolver?- pregunta Hayley mirando con cara de horror mi hoja de cálculos.
-Espero que no sea así- suspiro mientras pienso en Connor.
-Tienes más ecuaciones en tu cuaderno, Thalia. ¿Por qué sigues tratando de resolver esa?
-Digamos que me gustan los desafíos- digo y le doy una sonrisa para que esté más tranquila- Te ves muy bella hoy
Noto como las mejillas de Hayley se sonrojan. Como he dicho antes, ella ya está mejor en muchos aspectos de su vida y me da gusto conocer a esta pequeña Hayley que se siente segura consigo misma y con su vida.
-Gracias- responde con dulzura- ¿Me acompañas a casa de Adam? Ya lo dejaron salir del hospital y sus papás me dijeron que podía ir a visitarlo ahí.
-Claro, no hay problema
Nos levantamos y caminamos en silencio. Hay unos pocos niños jugando alrededor. Niños llenos de dulzura e inocencia. Niños que piensan que el único tipo de dolor es el físico que sienten cuando se caen y se golpean fuerte. Incluso así, algunos niños siguen jugando a pesar del dolor.
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La Ecuación de mi Vida
ChickLitThalia Blair es una chica de dieciocho años que vive en el campo, tímida y no muy sociable, pero es muy buena en un aspecto... las matemáticas y ve cada problema como si fuera una ecuación que debe resolver. Un verano acepta un trabajo al otro lado...