Capítulo 12

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Durante la madrugada, Crystal se despierta por un ruido que proviene de las afueras, su mal dormir la alertó, el olor a cuerpo descompuesto la ha mantenido incómoda durante la noche.

El ruido proviene desde los árboles, en las copas, como si algo se estuviera moviendo arriba, algo gigante, le aterra la idea de que sean las extrañas criaturas, descendiendo de los árboles. Pero para su mala suerte, escucha aleteos, es una especie de ave gigante, que rasga los árboles de manera violenta. No logra entender cómo es que los demás no han despertado. Incluso el aleteo de animal, hace que el aire frío se levante con más fuerza, haciendo que un poco de nieve entre en la cabina del avión por las pequeñas aberturas que no alcanzaron a cubrir.

—Dían—susurra mientras lo mueve de manera brusca—. Dían, despierta.

—Estoy despierto—dice Dían mientras se levanta y recoge su arma rápidamente.

—¿Escuchas eso? —Crystal mira un punto en el vacío, mientras agudiza su oído para escuchar con más atención lo que está ocurriendo afuera.

—¿Qué mierda es eso?

—Es un ave, o algo gigante con alas—Crystal se aferra a Dían—. Tengo miedo.

—Tranquila, no nos hará nada si no nos movemos o hacemos algo brusco.

En ese momento, esa cosa que está en los árboles toca tierra, y hace notar su presencia cuando la tierra se remece y el avión se sacude. Este ligero movimiento telúrico es suficiente para despertar a la mayoría de los supervivientes.

—¿Qué fue eso? —musita Feith con los ojos extremadamente abiertos.

—No lo sabemos—susurra de vuelta Dían.

Greg se comienza a despertar, entre jadeos, da un ligero grito, posiblemente tenía una pesadilla.

—Shhht...—dice Dían con su dedo índice entre sus labios.

—Amor ¿Qué sucede? —musita Amber despertando por los movimientos de Greg.

—Fue una pesadilla—responde el chico abrazándola para encontrar calor humano.

—Silencio—rebate Crystal molesta, Greg y Amber le hacen una mueca para saber qué demonios ocurre—, sólo escuchen.

El sonido del asecho y las grandes alas van creciendo a medida que los adolescentes despiertan en el avión. Los grandes y crujientes pasos sobre el hielo y la nieve se hacen cada vez más fuertes. Los aleteos se hacen presentes levantando viento, y una ráfaga helada de aire se cuela por entre los espacios abiertos y agrietados del avión.

—¡AH! —chilla Amber, cayendo al suelo y arrastrándose de espaldas, apunta con su dedo tiritón la ventana del avión, una ventana que está un tanto apegada al tronco del árbol. Amber apunta a unos ojos gigantes y negros como el oscuro cielo nocturno.

Misterios Profundos [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora