Capítulo 8

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Luego de un rato caluroso buscando el perdido yate, lo encuentra en la distancia. Desde una distancia prudente comienza a escuchar que están discutiendo. Escucha su nombre, están discutiendo algo sobre ella ¿Por qué sería ella un tema de conversación? Probablemente piensan que está muerta. Le sorprende que Dían diga firmemente que hay que buscarla, al parecer si ha cambiado, de verdad la quiere, de verdad quiere que estén de vuelta juntos. Crystal quiere escuchar quienes están a favor de ir en busca de ella, y quienes no, así que Crystal se acerca poco a poco al yate, sube lo más silenciosa que puede, y agudiza su oído para escuchar la calurosa discusión.

—No podemos dejarla allá afuera—la voz de Amber es la primera en rebotar en las paredes del yate—. No sabemos si está viva ¿Y si lo está? No podemos dejarla sola.

—Ahora te preocupas por ella—la voz de Dagobert resuena contra la de Amber, más fuerte y grave.

—Guarda silencio, idiota— es raro, pero Greg está defendiendo a Amber y la vida de Crystal al mismo tiempo—. Es una vida la que está allá afuera ¿No te bastó con las muertes que hubo en el naufragio?

—No debemos ir a buscarla y punto— Crystal no puede creer que Dagobert, después de sus fallidas veces que intentó conquistarla ahora la de por muerta, y se niegue en ir a su búsqueda—. Ella ya murió, es alguien menos de que quién preocuparnos.

Crystal escucha un puñetazo. Asegura que fue de parte de Dían hacia Dagobert. Y su voz lo confirma.

—Ella está viva e iremos a buscarla.

—Tiene razón—dice Walter al cabo de un rato.

—No tienes cara para decir que te preocupas por ella—obviamente Dagobert se dirige a Dían, pero ¿Por qué lo dice?—, ella está malditamente muerta, ya se está descomponiendo, es un cadáver, a lo mejor podemos ocupar su cadáver como carnada o algo— esas palabras son suficientes para que Crystal sienta un fuego creciendo dentro de ella, que impulsa sus manos haciéndolas estrellar sobre la puerta del deteriorado Yate, acercarse muy violentamente a Dagobert y volarle un diente de un puñetazo. Todo pasa muy rápido, y de la nada comienza a reaccionar. Pero el odio sigue, ahora es algo que no podrá perdonarle a Dagobert.

—¡NUNCA MÁS TE VUELVAS A ACERCAR A MÍ! —exclama Crystal—¡ERES UN ASCO DE PERSONA, TE ODIO Y TE PROMETO QUE SI NO TE ALJEAS ME ENCARGARÉ YO MISMA DE MATARTE CON MIS PROPIAS MANOS! —se debilita, como si los gritos que dio la hubieran agotado violentamente.

—Tranquila—susurra Dían en su oreja. La sostiene entre sus brazos pues Crystal se tambalea.

—Crystal... pensé que estabas muerta—Dagobert tiene la expresión en su rostro que Crystal tanto odia, trata de ser tierno, trata de caer bien, trata de persuadir, pero eso no quita lo asqueroso que es como persona.

Misterios Profundos [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora