Capítulo 2

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Son las cinco de la mañana, y Crystal está corriendo por toda la casa para buscar un atuendo hermoso para irse al puerto, su larga cabellera, nuevamente mojada por la ducha que se ha dado, se ve aparecer y desaparecer por todas partes de la casa. Su madre está en la misma situación que ella, mientras que su hermano y su padre siguen durmiendo, en cinco minutos estarán listos. A las seis de la mañana zarpa el crucero y deben de estar listas ahora ya.

De pronto lo recuerda, el vestido color turquesa que su abuela le dio ¿Qué importa que lo hubiera usado el día anterior? Para ella ese vestido significa mucho, su mirada decisiva lo confirma, se vestirá igual que el día anterior. Hace unos días atrás llegaron al acuerdo con sus amigos, de que cuando salieran de sus casas para irse al puerto, saldrían del grupo por donde se comunicaban y respondían sus dudas sobre el viaje, salir del grupo les daría la referencia de que esa persona ya había llegado al puerto o había salido de su casa. Crystal está ansiosa por presionar el botón que dice "Abandonar grupo", pero sus nervios, y el hecho de que aún no se siente lista para dejar la casa, pues siente que olvida algo, la retienen a quedarse dentro. Se limita a mirar el grupo en su celular, y se percata de que Amy, Landon y por alguna razón muy rara, su amiga Amber también han abandonado el grupo, eso quiere decir que se levantó temprano como lo prometió. Miguel no ha salido de su casa, tampoco Dían, no es la única que quizás llegue algo tarde. Sin darse cuenta, su padre y su hermano ya están en el auto, metiendo las maletas de Crystal, ella observa de la ventana, y siente un gran nudo en la garganta y en su estómago, va hasta su puerta, se voltea, da un último vistazo a su habitación, respira profundo, y suelta las primeras palabras que salen de su boca.

—Hasta pronto, querida habitación—sale de su habitación, baja las escaleras—. Hasta pronto escaleras—sale hasta la puerta principal, su familia ya está dentro del auto con el motor encendido, se apoya levemente en la puerta trasera, mira su casa—. Hasta pronto casa—sube al auto y su padre se pone en marcha, los primeros rayos de sol están por asomarse, para dar su calor al vecindario y a todos a los que le llegue la radiante luz del sol, mira por la ventana las casas de sus vecinos—. Hasta pronto vecindario.

Crystal, en su absoluto silencio, siente que sus maletas hacen que el auto ande más lento, no cree verlo moverse como antes lo hacía, que parecía que volaba sobre una nube, no hace mucho caso de sus pensamientos, y se centra en la música de su MP4.

Trata de cerrar los ojos durante el camino, pero la experiencia que le espera le prohíbe hacerlo del todo, cada vez que logra cerrarlos, la imagen del crucero, cada parte del mundo y sus amigos, hacen que su corazón se alborote y no pueda conciliar el sueño. El camino es largo, y aburrido, no hay nada bueno que ver durante el viaje, salvo por una vieja casa, conocida como la casa de la muerte, muchas leyendas se han levantado acerca de esa casa, y todo comenzó con la muerte de una adolescente, era una chica que Crystal conocía, muchas veces se la cruzaba por el instituto. En las noticias dijeron que la habían asesinado, otros dicen que se había suicidado, pero para Crystal, la versión más coherente es la del asesinato. La mejor amiga de la chica asesinada dijo que desapareció durante una fiesta, fue ella quien la encontró, siguió durante toda una mañana las tiras de ropa que habían por el camino, la preocupación de esa chica creció cuando encontró su brazalete de la amistad de oro en el suelo, ensangrentado y roto por la mitad, metros más adelante estaba la casa, y por intuición femenina, supo que algo estaba horriblemente mal, dicen que ella al entrar a la casa, se encontró con la escena más asquerosa y horrible, como si sacaran una escena de una película de terror y la pusieran en la vida real, la chica describió que las tripas de su amiga cubrían una vieja alfombra, sus ojos fuera de su órbita, y uno de los ojos sacados de cuajo, la mandíbula de abajo estaba descolocada, como si le hubiesen abierto la boca a la fuerza, los huesos de la pierna izquierda estaban al descubierto, los gusanos yacían dentro del estómago de su amiga, y unos cuantos dientes estaban tirados por el suelo. Nunca se encontró al asesino, no quedó rastro. Por dos años el mundo vivió con terror, después de las seis de la tarde nadie vagaba las calles, sólo los valientes salían, y si se salía era en grupos, como mínimo de cinco personas, así se estaba más seguro. Crystal, después del asesinato de aquella chica, escuchó comentarios, de que si pasas por ahí durante la noche, escucharás los gritos de auxilio de la pobre chica, y quienes acuden a su ayuda, mueren, desaparecen sin dejar rastro alguno, y si pasas de día, podrás ver una silueta blanca asomada por las ventanas, que muy probablemente te visitará durante la noche. Esta es la primera vez que Crystal se anima a verla, cree que un fantasma no cruzará el mar para atormentarla, aun así, ve que la casa es totalmente normal, sí, está muy vieja y arruinada, pero no parece extraña, pero le asusta la idea de algún día entrar, y ver la mancha de sangre que quedó en una de las alfombras.

Misterios Profundos [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora