Peataí Daonna↪Byun BaekHyun

10

—¡Nayeon!

—¡BaekHyun! —los dos se abrazaron— ¿Como ha estado él minino mas lindo?

—Bien. JiEun es muy buena —sonrio mirándome.

—Sabia que ella era la indicada para cuidarte.

—Espera —interrumpi— ¿Como sabias eso?

—Veras —se acerco a mi— Yo veo en otras personas como sera él futuro con esa mascota. Además de saber como es.

—¿Eres como un psíquica?

Asintió —Algo así.

—¿Como has estado Nayeon? —hablo Baek.

—Bien —le sonrió. Que deje de sonreír que me da miedo— Sabes, estos días alguien anduvo preguntando por ti —levanto y bajo las cejas pícaramente.

—¿Taeyeon? —Nayeon asintió.

¿Quien es esa tal Tayeon? ¿Por que andaría preguntando por mi BaekHyun? ¿Acaso era su antigua novia?

—No, no lo fue. Él dijo que nunca había tenido una —me dije a mi misma.

—¿Dijiste algo JiEun? —me di cuenta de que se había escuchado.

—No Baekkie.

—Bien, como iba diciendo —procedio Nayeon— Dijo que quería volver a tener una salida contigo y que te preguntara cuando vinieras —rio— ¿Le digo que si?

—Esta bien.

—¿Cuando estarás desocupado?

—Podria ser mañana —me miro.

—¿Mmm? —me hice la tonta.

—¿Puedo salir mañana?

—¿Ah?... ¡Ah! Si, claro —podria haber respondido mejor. Valla tonta.

—Entonces le diré a Taeyeon que mañana se veran —le entregó un celular— Lo necesitarás —le guiño un ojo— Tae te mandara un mensaje de en donde se encontraran.

—Gracia Nana.

                                [...]

Cuando dieron las ocho en punto de la noche decidimos volver a casa. En mi mente todos rondaba él nombre de aquella chica. Se que no debería estar celosa, pero lo estoy ¡Lo admito!. No quiero que él salga con otra chica, no quiero.

Llegamos a casa y no encontramos a nadie. Parece que salieron o se fueron a visitar a su familia. Subí a mi habitación seguida de BaekHyun y me tire a la cama con él, también.

—¿Estas bien? —me pregunto BaekHyun.

—¿Quien es Taeyeon? —fui directo al grano.

—Es una vieja amiga felina ¿Por que?

—Por nada —mire al techo.

—¿Estas celosa?

—No, ¿deberia? —trate de negar mis notables celos.

—No se, tu dime —apoyo él codo en la caca y su cabeza se dejo caer en su mano.

«Solo eres una mascota y amigo» dije mentalmente o eso creí.

No respondí y me di la vuelta dándole la espalda. No quería sentirme así, no debería sentirme así.

—No me vuelvas a decir así —se levanto enojado de la cama.