Escena V

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Termino mi comida, y observo a Erick, no ha comido mucho, se concentra en su celular.

Me siento adolorida y ligeramente exhausta. Me levanto, y voy a lo que es mi habitación. Erick no quita su mirada de su teléfono.

Llego a mi habitación y entro al baño a asearme. Luego de estar completamente limpia, salgo desnuda y Erick está sentado en la orilla de la cama observando en mi dirección.

-Da una vuelta.

Me observa fijamente, no siento vergüenza ni mucho menos enojo. Estoy neutra, sigo pensando en mi madre... Hago caso, y lentamente me giro.

-Ven aquí

Camino hacia Erick

-Arrodíllate

Me arrodillo y miro hacia el suelo.

-Mírame

Me toma del mentón y lo observo fijamente, cada detalle de sus ojos.

-Labios perfectos... haz dado tu primer beso?

-Sí

-Con quien?

-Quisieras saber en realidad?

-Es una orden.

-Tenía 16, por dinero, hice una mamada y me besó, repugnante.

La ira recorrió todo mi cuerpo. La expresión de Erick seguía neutra, se acercó y me besó. Era cálido, jamás había experimentado algo tan placentero, nuestras lenguas se mezclaron, me sentí envuelta, no sentí repugnancia, no fue desagradable, me gustó.

-No besas nada mal Alice.

Mi cara se cubrió de un rubor apenas acabó de besarme.

Narra Erick:

Es tan inocente, es inmadura e impulsiva, pero no la veo como a una hija. Quiero adiestrarla, enseñarle el arte del sexo. Su piel se erizó evidentemente, su rostro se tornó a un rosa leve, y sus ojos avellana no mantenían contacto visual conmigo, noté de inmediato su reacción, es como un perrito que se alegra cuando lo premian.

-Amo...

-Dime?

-Podría hacerlo otra vez?...

Maldición, como me hace sentir esta niña. Su rostro figuraba a una súplica inocente, su cabello negro caía por su torso de una manera hasta placentera. Alcé mi mano, y acerqué su boca hacia la mía. Me quedé observando sus labios un segundo y noté un ligero temblor, está un poco asustada podría atreverme a decir.

La tomé y la senté en mi regazo, besé su frente y un impulso enorme, me suplicaba abrazarla, pero me contuve. Junté nuestros labios, y fui un poco más rudo esta vez, al final de aquel beso, mordí su labio haciendo que diera un pequeño salto.

-Te haz portado bien Alice.

-Gracias amo.

-Hoy debo ir a trabajar Alice.

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