Ya me siento mejor, un doctor llamado Víctor me ha curado estos días (He estado tres días en cama). Hoy, Erick debe ir a hacer unos negocios.... apenas me ha explicado las cosas. Estará fuera de casa, mientras tanto, Víctor se quedará conmigo. Aún no lo conozco, el me revisa cuando el sedante hace efecto en mi, para dormirme y no sentir dolor cuando me desinfecta las heridas.
Erick está a punto de irse, camina hacia la habitación y besa mi frente.
-Alice... volveré pronto...
-Me dejarás aquí sola?
-Víctor te va a cuidar pequeña. Tengo cosas importantes que hacer fuera de aquí, te llamaré seguido. Víctor, ven aquí.
Un hombre alto y de piel clara, ligeramente voluptuoso. Lleva una camisa celeste y encima una bata blanca; ojos café oscuro, sin barba y usa lentes negros. Cabello oscuro, rostro bien fino y delgado.
-Él es Víctor, el doctor de nuestra familia. Te cuidará mientras no estoy en casa.
-Hola, señorita Clarck.
-Hola, Víctor... llámame Alice.
-Bien, es hora de irme.
Se acerca a mi, besa mi frente y acaricia mis labios.
Estrecha su mano con Víctor y sale de la habitación. Víctor me observa un instante, toma una silla y se sienta cerca de la cama.
-Entonces... algún dolor agudo?
-No, no siento ningún malestar.
-Muéstrame tu cuello.
Saco la manta y la bajo hasta arriba de mis senos, giro mi rostro y dejo a la vista mi cuello.
-Duele si toco aquí?
Examina alrededor de la herida.
-Levemente, si.
-Bien, no tienes contusiones internas, no hay derrames ni ningún tejido herido permanentemente, todo está en orden. Si sientes lo más mínimo, me dices de inmediato.
-Está bien, gracias.
-Cuéntame sobre ti Alice.
Me siento un poco incómoda, no lo conozco, es intimidante, grande y posee una mirada extraña.
-Pues... qué quieres saber sobre mi?
-Mm... edad?
-Dieciocho años. Y tu?
-Veintiocho. Eres una jovencita Alice.
-Se podría decir que si. También eres mafioso?
-Directo al punto... no, no lo soy. Aunque me pagan para sanar a cada herido de esta mafia.
-Entonces si?
-Técnicamente.
-Sabes porque tengo estas heridas?
-Cariño, conozco a Erick de toda la vida, claro que lo sé.
Guardo silencio y suspiro.
-Todo bien?
-Sí claro... debes pensar que soy una más de sus putas...
-No... por supuesto que no es así. Ese anillo demuestra todo lo contrario.
Un rubor se hace presente.
-Crees que Erick... no me mate algún día?
Su rostro se torna serio.
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Extravagante Tentación
RomansaElla, un diamante en bruto; Alice Clarck Él, un posesivo y controlador; Erick Stone. Nada en común, simple destino, basado sólo placer y satisfacción personal. Envueltos en un mundo reinado por la mafia, dinero y por sobre todo, el sexo.