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»Huí en inundaciones de vergüenza.
Nunca diré lo cerca que estuve mientras cruzaba Holland Road.
Fuiste a la izquierda y yo a la derecha mientras que la luna cuelga orgullosa y blanca.
Habrías amado esta noche…
Dos semanas después.
─ ¡Vamos Summer, debes comer aunque sea un poco! ─ Ordenó en tono desafiante, cansada de rogarme día tras día que comiera algo. No me sentía bien y debía entenderlo, pero comprendía su enojo… sentía el cuerpo débil y los huesos de la clavícula sobresalían más de lo normal.
Acepté el té que ella traía y le dejé un lugar en la cama para que me hiciera compañía.
─ ¿Es por él? ─ Cuestionó mirándome a los ojos y tomando mi mano.
─ En absoluto… Es por mí. Yo sabía que esto pasaría pero no sabía que me sentiría mal otra vez.
─ Pero quizás el tiene cosas que hacer, recuerda que se estrenó la película y son estrenos mundiales, viajan de aquí para allá.
─ Entonces creo que no debería volver a verlo, sería solo una carga para él y su trabajo.
─ ¿Te gusta?
─ No, y tampoco es eso… Es solo que me habría gustado una llamada, quizás otra carta.
Besó mi frente y se levantó para ir a cursar, tomé el té muy lentamente y decidí que debía levantarme, hace días estaba en cama y casi no había ingerido alimento alguno. Me sentía un poco débil, así que tomé el complejo vitamínico y me di una ducha.
Tenía decidido ir al asilo donde trabajé hace un tiempo, sería bueno visitar a George y Mary, la pareja de tortolos que se conocieron allí. Tenían una historia parecida ambos, ya que sus familias no tenían el tiempo necesario para cuidarlos y al tener edad avanzada decidieron –junto a los ancianos- que los enviarían a aquel lugar.
Realmente el asilo era un lugar hermoso, con vista al lago. Una gran casa al estilo colonial, color blanco y ventanas azules. Tenían un jardín muy bien cuidado, lleno de flores que le daban un aroma al aire. Las personas que trabajaban allí estaban muy capacitadas y eran, por sobre todas las cosas, amables.
Luego de cambiarme, salí hacia la parada de autobuses para tomar uno e ir al asilo, ya que caminando me llevaría un par de horas, debido a que quedaba a las afueras de la ciudad.
─ ¡Cariño, que bueno verte! ─ Dijo Amber, la pelirroja encargada de las actividades de diversión para los abuelos. ─Creí que no te volveríamos a ver por aquí…Ya sabes.
─Le tengo mucho aprecio a todos ustedes, no podría abandonarlos.
─ ¿Cómo estas desde…─
─ Bien─ Dije interrumpiéndola antes que decidiera pronunciar las palabras. Ella sabía lo que había pasado y me apoyaba, pero no tenía ganas de tocar ese tema. ─¿Se encuentra George y Mary?
─ Sí, te han extrañado mucho. Preguntan por ti muy seguido.
Me guió hacia el jardín y los divisé sentados juntos. Ella levaba un sombrero floreado y un vestido. Lucía fresca y feliz, enamorada… Él tomaba su mano delicadamente y leía lago en voz alta para ella.
─ Siempre tan románticos. ─ Dije en un tono bastante alto para que pudieran oírme, George a veces no llevaba su audífono y no escuchaba bien.
Ellos voltearon al mismo tiempo y su rostro se volvió sonriente. Se levantaron de la banca y vinieron a abrazarme, tal como lo habrían hecho mis abuelos. Tenía esa relación con ellos, que a veces podría sentir que eran como mis propios abuelos.
─ Bird of the Summer─ Canturreó Mary en mis brazos. Esa era la canción que siempre les cantaba a ellos dos.
─Los extrañé
─Nosotros a ti, preciosa. Te ves más delgada.
─ Es que tengo ciertas cosas prohibidas comer. Sabes... Mi enfermedad.
─Lo sé cariño, solo creí que ya habías mejorado. Se te ve muy delgada.
Luego de varios regaños por parte de ambos, se sentaron nuevamente en la banca y yo en el césped, frente a ellos.
─ ¿Le recitabas poemas nuevamente? ─ Pregunté.
─ Así es, mi dulzura necesita su dosis diaria de literatura. ─ Dijo George, ella le dio un tierno beso en la mejilla.
─ Cuéntanos que ha sido de ti en este tiempo. ─ A Mary y George no podía mentirles, ellos eran importantes para mí y sabían cuando mentía.
─Las cosas no han ido muy bien desde… Ya saben. He vuelto a verlo y no puedo superarlo. No quiero cruzarlo más, pero siempre está ahí, con esa mujer. ¿Con qué necesidad? Sabe que estoy destrozada y aún así se empeña a joderme la vida. ─ Mary apretó fuerte la mano de George y su rostro cambió, parecía estar triste.
─ Cariño, debes dejarlo ir y conocer a otras personas. Quizá él no era el indicado después de todo.
─ Hace dos semanas salí con un muchacho, el sueño de toda chica. ¿Me creerían si les digo que salí con un famoso?
─Mmm. No lo sé. Pero puedes contarnos igual. ─ Dijo en broma George y los tres reímos.
─ Se llama Jamie Campbell Bower. Nos conocimos de una forma bastante peculiar en Holland Road, yo estaba tendida en la calle con la presión sanguínea en las nubes y no pude verlo bien. Me llevó al hospital y cuando desperté no estaba. Y no sabía quién era hasta ese entonces. A los días llegó una carta de él, diciendo que tenía mi campera y que quería tomar un café conmigo y devolvérmela. No podía creerlo, porque normalmente no me pasan cosas buenas.
─Esto es demasiado romántico. ─ Suspiró Mary.
─ A mi me parece algo loco, pero también romántico. ─ Dijo George, siempre estaba de acuerdo con su mujer.
─Bueno, entonces nos encontramos en el café de Holland Road, frente al parque y la pasamos bien. Pero no volvió a llamarme en estas dos semanas y yo no tengo su celular ni alguna forma de comunicarme con él.
─ ¿Te gusta?
─ No lo sé Mary, no podría decir si me gusta luego de haber salido una sola vez con él.
─ No te equivoques Summer, yo amé a esta mujer desde el primer momento en que la vi. ─ Dijo George con una sonrisa y eso hizo que mi corazón latiera rápido, me sentía muy bien estando con ellos. Con sus corazones llenos de amor y alegría. Su amor me hacía bien.
Hablamos por horas, comimos frutas y cantamos un par de canciones. George leyó sus poemas y Mary me regaló un sweater que había tejido para mí hace un par de meses, uno que nunca me pudo dar puesto a que no la veía hace tiempo.
El sol se estaba yendo y me tuve que despedir de ellos porque debía llegar a mi departamento.
Y como quien no quiere la cosa, había perdido la última línea de colectivo que se dirigía al centro de la ciudad. Y como para rematar mi mala suerte, debía hacer autostop.
Pero para sellar todo tipo de infortunios, una tormenta se formó en la inmensidad de cielo. Llovería en cuestión de minutos.
Corrí un poco por la carretera, pero esta parecía desierta. Estaba un poco desesperada por que alguien cruzara y me llevara al menos, a la ciudad. Mi brazo se estaba cansando de estar extendido debido al autostop. Un par de autos pasaron pero me ignoraron. Me sentía enferma por saber si alguien en este jodido planeta sería buena persona y me alcanzaría hasta la ciudad.
Y cuando me iba a dar por vencida y llamar a Prim para que viniera por mí, la bocina de un auto hizo que volviera a la tierra, descartando mis pensamientos de que todo el mundo era egoísta, estaba decidida a subirme al auto… La lluvia se largo torrencialmente al momento en que caminé hacia la puerta y me apresuré a subir al coche tratando de no mojar el interior del mismo.
Y cuando crees que la vida te patea el trasero… A demás te sorprende.
Y de la mejor forma...
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Nuevo capítulo, espero que les guste. ¡Comenten! En un rato subo el proximo.
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Holland Road <Jamie Campbell Bower>
RomancePara Summer la alegría se marchó junto con él. Trata de cambiar su vida pero los recuerdos del pasado no la dejan avanzar. Para Jamie, su carrera está en la cima, siempre de un lado a otro, con su banda, su trabajo. Nunca estático. Holland Road es...