Tras aquel curioso hecho, Mihael no dijo nada más y se dedicó a trabajar en un bonche de papeles que tenía sobre el escritorio mientras yo empecé a entretenerme con el perro que parecía ya no tenerme miedo y que, muy por el contrario, me encontraba bastante entretenido y se acercaba a olisquearme antes de corretear a mi alrededor.
—Le has gustado, normalmente no se pone así con extraños —Mihael comentó cuando el animal saltó queriendo recargarse en mis piernas pero que yo evité haciéndome hacia atrás—. Cuando recién la adopté, mordió a Matt y correteó al baboso de su novio.
—Quizá es la primera vez que ve algo como... yo —murmuré, podía ser eso o que el animal simplemente tenía curiosidad por mí porque soy nuevo.
—Quiero pensar así, de otro modo sería bastante interesante que todas la veces en las que ladra sea por ver a alguien como tú —se encogió de hombros, sus ojos haciendo contacto con los míos por unos segundos.
—Lo dudo —como había dicho, eran contadas las personas en la misma situación.
Aquella tarde se fue sin más cosas que crearan un impacto demasiado grande en ambos, él empezó a trabajar en algunas cosas en aquella computadora que no tenía ni la mitad del tamaño que yo recordaba tenían las primeras mientras que yo decidí quedarme cerca de la ventana y observar la ciudad desde lejos.
Sabía que era estúpido pero me preguntaba qué es lo que pensaban los animales de mí, por qué algunos reaccionaban de manera tan violenta y otros parecían querer salir corriendo hasta el otro lado del mundo por el miedo que sentía.
—¿Duermes? —La voz de él me volvió a sacar de mis ridículos pensamientos.
—No he sentido cansancio... —repetí, cruzando mis brazos mientras continuaba mirando hacia la ventana.
—Bien... Iré a dormir... Sí quieres algo pues ahí están las cosas —murmuró, tomando al perro en brazos y caminando hasta la habitación del fondo, cerrando la puerta tras echarme una última mirada.
Nuevamente no supe que hacer dentro de los siguientes minutos, en las noches gustaba de ver el cielo estrellado y pensar en cosas que había visto en el día o incluso lo poco que recordaba de mi vida. En esta ocasión no sabía que pensar, habían sido tantas cosas de golpe que me sentía demasiado confundido como para pensar de nuevo en ellas. El encontrarme con Mello había significado demasiados cambios y dolores de cabeza que no sabía que podía sentir. Quería saber cómo alguien como yo podía ayudarle para que las cosas no lo agobiaran si ni siquiera sabía cómo era su vida o la mía, me asustaba hacer algo incorrecto que le hiciera cambiar para mal, no quería perjudicarle en vez de ayudarle.
En algún momento pensé en salir corriendo de nuevo, dejar el apartamento e irme a otro lugar apartado de aquí, un lugar donde él no pudiera encontrarme, pero terminé descartándolo más rápido de lo que pensé, algo dentro de mí repetía que sería el peor error que pudiera cometer.
Suspirando, empecé a caminar alrededor de su casa, mirando las cosas que tenía por ahí. La sala era la estancia dónde habíamos estado la mayor parte del tiempo, en el centro había un sillón para dos personas con una televisión enfrente, detrás había un librero pegado a la pared con una mesa pequeña en frente. Podía darme cuenta de que era alguien muy ordenado, los libros en el estante estaban bien acomodados y los dos que estaban fuera tenían varios papelitos entre las hojas que, al acercarme a ver vi que tenían fechas y algunas palabras que imagino era lo que él había buscado en esos momentos. Por ningún lado había destrozos del perro ni suciedad, cerca de la entrada a la cocina habían dos platos, uno con croquetas y el otro con agua, arriba de ellas había un pequeño gancho de donde colgaba una correa y una cosa que imagino servía para recoger las heces y varias bolsas. La cocina era pequeña, solo una estufa, un fregadero una pequeña barra para preparar las cosas, al final de este había otra puerta que daba al patio de lavado, no había trastes sucios y los limpios estaban bien puestos en la alacena arriba del fregadero. Al final del departamento estaba su habitación a la izquierda, con una pequeña caja de juguetes para perro a lado y justo saliendo estaba la puerta hacia el baño.
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Diferentes mundos. [Mello x Near]
FanfictionSoy algo que, se supone, no debería existir. Una entidad que sólo es usada para asustar a los niños que se portan mal. Algo a lo que algunos temen. Un fantasma, literalmente. Nadie puede verme, nadie me puede escuchar, mi "vida" no afecta en lo m...