Resentimiento

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Un mes se había ido mucho más rápido de lo que cualquiera pensaría que los días pueden pasar, una parte de mi sentía que en un solo parpadeo se me habían pasado los días y que no había logrado hacer nada. Era una vil mentira, claro, pero así lo sentía.

Cuando corrí de Mello aquella vez, nunca pensé que terminaría pasando un mes entero con él.

—Vacaciones al fin, por eso ahorro todos mis putos días —Mello dijo mientras estiraba los brazos hacia arriba—. ¿Que va de pedir dos días a casi un mes completo?

—No conozco el sistema para dar vacaciones, pero suena bastante diferente —dije mientras veía a las personas pasar.

—Es una mierda, ni lo intentes entender, —dijo, haciendo una mueca antes de empezar a caminar de nuevo—. Aunque seguiré diciendo que buscar nuevos caminos hizo que el mes pasara más rápido.

La declaración me hizo sonreír nuevamente, se seguía sintiendo tan bien que lo reconociera, se sentía tan bien que no se arrepintiera de haberse acercado a mí.

Caminamos por la calle hasta llegar al departamento que ya conocía tan bien y me adentré en él después de que él lo hiciera, mirando a su mascota que correteaba para saludarlo, apoyando sus patas delanteras sobre sus piernas y meneando la cola. Me hubiese gustado tener un perro, ahora que lo pienso.

—En este tiempo nos dedicaremos a investigar cosas para ti, —dijo mientras aventaba la mochila lejos de él, como si no quisiera ni estar cerca de ella por el tiempo que tenía libre.

—Bueno...

La idea no me agradaba y era más que obvio, prefería mil veces enfocarme a él y su situación que recordar si quiera mi situación, aunque bien sabía que era un error; Mello algún día tendría la vida mejor y mi presencia ya no sería necesaria para él, cuando eso pasara yo volvería a mi soledad y eso ya no sonaba tan bien.

—Ya no te quejes tanto y confía.

Confiar. Era una palabra tan fuerte que podía moverle el piso a cualquiera, yo no había confiado en muchas personas a lo largo de mi vida y nada me daba la certeza de que mejoraría ahora que estaba muerto, pero estaba hablando de Mello y después de todo lo que habíamos pasado me daba una idea de que quizá sería diferente.

—Confío en ti. —Dije, mirándolo de reojo y como se ponía completamente rojo de la cara, como queriéndose ir a esconder a algún lado.

—Bueno... yo también lo hice.

Confianza mutua, se supone que las cosas salen bien cuando eso existía, ¿no?

◊◊◊

Los primeros días de sus vacaciones, Mello se dedicó a limpiar su departamento, yendo de un lado a otro con cajas llenas de cosas viejas que fue apilando en la entrada, teniendo a Lana detrás de él todo el rato y a mi viéndolo desde la esquina.

—Esto también necesita un cambio, —dijo—, así como cambié los caminos debo cambiar todo lo de acá.

En eso tenía razón, recuerdo que mi madre había dicho alguna vez que mantener la casa organizada y acomodada de cierta manera ayudaba en la vida cotidiana, un día se había puesto a leerme un libro de ese tema después de volver el hospital y aunque no entendía la mayoría de las cosas, la tarde se había hecho más amena.

Mirando a la caja que acababa de dejar, de repente me sentí mal de no hacer nada para ayudar, aunque era bastante consciente de que no podía hacerlo como tal, el verlo moverse de acá para allá mientras yo estaba solo ahí me hizo sentir mal.

Suspirando me acerqué hasta una de las cajas y miré sus contenidos, viendo los libros y hojas sueltas que estaban regadas, si Mello las acomodara en lugar de aventarlas, seguro cabrían más cosas, pero no se lo iba a decir. Estirando una mano hacia ellas, deslicé mi dedo por el filo de la hoja, recordando que hacer esto antes habría acabado con una cortada de esas que molestan en todo momento pero que ahora ni siquiera aparecían.

Diferentes mundos. [Mello x Near]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora