Boy With Luv

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¿Cómo hacen dos seres sin experiencia para vivir una relación romántica? La pregunta, en un inicio, no me dejaba pensar en nada que no fuera la inseguridad de que las cosas se arruinaran mucho antes de empezar. Era la primera experiencia para los dos y no sabía cómo iban a parar las cosas.

A Mello parecía no importarle.

Aquel día salió sin los audífonos y habló conmigo en todo el trayecto, ignorando las miradas de extrañeza que las personas le lanzaban al verlo pasar hablando con el aire; se reía y movía como si el resto del mundo pudiera verme caminando a su lado y esa sensación, aunque extraña al inicio, me reconfortó de una manera extraña e hizo que la ansiedad que no me dejaba hacer nada se fuera evaporando con cada paso, así hasta que llegamos a lo que parecía ser una cafetería.

—Sé que no puedes comer, pero conversar en un ambiente diferente da la ilusión, —Mello dijo mientras se acomodaba en un sofá alejado de la entrada y de un grupo de personas que platicaba ruidosamente del oro lado—. Esto es lo más extraño que he hecho.

—También yo, —dije con una leve sonrisa, sentándome a su lado—. Pero gracias por hacer el esfuerzo...

—No lo llamaría esfuerzo como tal... lo cierto es que realmente me enamoré de ti, aun sabiendo la locura que era y lo improbable de todo, —dijo mientras se hacía para atrás sobre el respaldo—. Grábate bien en la cabeza que no lo hago por lástima.

Que lo aclarara me hacía sentir mejor, parecía que ni siquiera me había dado cuenta, pero sí había una parte dentro de mí que creía que Mello lo hacía por lástima y que era una obligación que terminaría convirtiéndose en una carga. 

—Quizá me tome un poco de tiempo acostumbrarme, —dije calladamente, pero sonriendo levemente—. Creo que nunca espere que las cosas se desarrollarían así.

—¿Qué te hace pensar que yo sí? —Mello dijo mientras se apartaba el cabello de la cara—. Mientras creces no esperas tener de pareja a un fantasma, pero eso me da un punto a favor en experiencia.

—Para que eso contara a tu favor tendrías que estar enviando tu currículum a una agencia de adivinos o algo por el estilo. —Reí, esperando por él cuando se levantó para recoger su café—. De esos que solo mienten.

—Aunque me siento mal por las personas que les creen, realmente no tienen a nadie, —Mello arrugó la nariz mientras se sentaba a mi lado otra vez—. Les sacan miles de libras.

—Así es... que alguien no mintiera hubiera sido agradable, —suspiré otra vez—. Fueron demasiados años.

—Si hubieras encontrado a alguien, no tendrías pareja ahora.

Casi me caigo del sillón, pero tenía razón.

—¿Cómo imaginaste que sería tu primera cita?

Su pregunta me tomó por sorpresa y dado que apenas me estaba recuperando de lo que había dicho antes, me quedé sin saber qué decir por varios segundos—. Mi primera cita... —como en otras ocasiones, sí había formado imágenes para ese futuro que no tendría, pero no estaba seguro de que lo supiera bien—. No lo sé, quizá solo estar con alguien que me quisiera... estar en su compañía, no era la clase de persona a la que le gustaba gritarle al mundo lo que hacía con cosas extravagantes.

—Cuando aún iba a la universidad había una chica que a todos le gustaba, era la niña bonita de cabellos castaños y ojos avellana que traía locos a todos, —empezó, tallando la orilla de la taza con el dedo—. Aline fue a la primera que le dije que me gustaban los hombros, éramos amigos y fue ella quien me preguntó cómo quería que fuera mi cita ideal.

—¿Qué le contestaste? —Pregunté, curioso entre la relación de aquella chica con la pregunta.

—Le dije que no creía en esas tonterías, le dije que un homosexual jamás tendría la cita de ensueño que pudiera tener en mente porque siempre habría un imbécil que arruinaría la experiencia, —rio, recargando la cabeza en el puño.

Diferentes mundos. [Mello x Near]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora