Deseos.

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~¡Llegué, llegué!

Pido perdón de nuevo por la enorme espera u.u Pero muchísimas gracias por todo su apoyo, realmente ha sido lo más hermoso que he podido recibir <3

Enjoy!~

Me sentía confundido.

No, confundido se quedaba corto a lo que realmente sentía en mi interior después de lo que había ocurrido un par de horas atrás. Una persona me había visto a los ojos, había sido capaz de percibir mi presencia.

Resultaba ilógico y hasta tonto pensar que el derrumbamiento dentro de mí se debía a la simple acción de intercambiar la mirada con alguien, poniéndolo en un contexto normal, claro está. Pero en todo lo que llevaba de existencia, jamás me había sentido tan alterado.

Quería saber por qué había podido verme, por qué había podido hacer algo que nadie, ni siquiera los supuestos espiritistas que aseguraban estar libres de espíritus aun teniéndome en frente, había podido. Quería saber qué tenía de especial aquel chico, que es lo que lo hacía diferente al resto.

Ahora me encontraba seguro de que jamás en mis años de estar vagando aquí lo había visto, ni siquiera de niño. Estoy consciente de que el mundo es mucho más grande que la calle que yo "habito" que hay millones de personas allá afuera que jamás he visto ni veré pero creía que, por lo menos, conocía a las personas que transitaban por aquí, incluso conocía a los visitantes ocasionales que iban en determinadas épocas del año—. Seguramente ni siquiera vive por aquí —me dije, soltando una risa sin emoción al darme cuenta de algo.

Había volteado mi mundo por alguien que jamás volvería a ver.

Mañana caminaría de nuevo a la calle, me pararía en la lámpara del día anterior, vería pasar a las personas hacia sus destinos, darían las nueve de la noche, volvería al callejón que había adoptado como casa y me pasaría la noche mirando el cielo, esperando no encontrar nubes para poder ver las estrellas que, anunciaron, se verían diferente esa noche.

Y así fue... Por lo menos hasta la parte donde me paraba en la lámpara.

Ahí estaba él de nuevo, con esos ojos azules que tan nervioso me habían puesto el día anterior, con el cabello rubio medianamente largo siendo mecido por el gélido aire que circulaba ese día.

—Ni se te ocurra largarte.

¿Realmente me estaba hablando a mí? No, era imposible, esto salía aún más de mis manos. No sabía cómo manejarlo, mi inexistente corazón latía con demasiada fuerza.

—¿E-Estás hablándome a mí? —Atiné a decir.

—Sí —noté como se dio cuenta de que las personas comenzaban a mirarlo extrañadas, después de todo, parecía que estaba hablando con el aire, probablemente creían que estaba loco—. Muévete a un lugar donde haya menos personas.

Sonaba a orden pero debía estar loco si creía que le haría caso. Aun así, quería encontrar una respuesta al por qué mis piernas se estaban moviendo para seguirlo.

Me detuve cuando él lo hizo, notando que estábamos en un callejón aledaño al que yo tengo por hogar. Pocas personas pasaban por ahí y las que lo llegaban a hacer estaban más concentradas en sí mismas como para notar que alguien más andaba ahí.

—¿Qué clase de broma estás jugando? —Preguntó en un tono de voz que denotaba molestia—. Haciendo que las personas finjan no verte, parado como idiota en ese lugar y mirándome sin decir nada.

—Y-Yo no estoy jugando a nada... Realmente, me he parado en ese lugar por muchos años y no había tenido problema alguno.

Veía todo aquello sin creerlo, estaba hablando con alguien, alguien estaba dirigiéndome la palabra, era capaz de escucharme, de verme, ¿qué se suponía debía hacer? Diez años me habían hecho olvidar lo que era hablar con alguien, relacionarme... Aunque quizá nunca lo hacía.

—Y una mierda con eso —dio un paso hacia mí, haciéndome retroceder por instinto, se supone que nadie puede tocarme pero a estas alturas, más vale ser precavido—. Dime, ¿conoces a las personas que pasan por aquí? ¿Qué haces para que finjan?

—N-No fingen —me detuve, ¿cómo debía de continuar? Decirle que era un fantasma directamente probablemente lo enojaría más—. Realmente nadie puede verme... nadie además de ti.

Vi la expresión de genuina confusión cruzar por sus facciones por unos segundos antes de ser reemplazados por uno de enojo mezclado con burla—. ¿Qué? ¿Me dirás que eres un fantasma? Por favor.

Ante su contestación, mi única reacción fue inclinar la cabeza y permanecer mirando el suelo, no me resultaba agradable el que alguien más me recordara lo patético y ridículo que era mi existencia.

—¡No jodas! ¿Realmente crees que creeré algo tan estúpido como eso? —Volvió a reír, cualquier atisbo de emoción que sentí cuando alguien me estaba hablando desapareció al escuchar sus burlas y palabras despectivas.

Yo tampoco podría creer si alguien me dijera algo como eso si no es porque el que carga con la maldición soy yo. Era consciente de que nadie me creería.

—Lamento causarte molestias, dejaré de estar en ese lugar —murmuré, girándome para alejarme de él, no queriendo escuchar más sus burlas.

Empecé a caminar, sintiendo su mirada de incredulidad y contrariada recaer sobre mí—. ¿Quién te dijo que puedes largarte? —Un grito de sorpresa y casi terror estuvo por escapárseme de la garganta cuando sentí su mano sostener por unos segundos mi muñeca antes de traspasarla como lo hacían las demás personas—. ¡¿Qué demonios?!

Sintiéndome más inseguro que antes me alejé aún más de él, notando su mirada de pánico y sorpresa ante lo que acababa de pasar. Estuve tentando a salir corriendo, a simplemente desaparecer pero algo me hizo quedarme en el mismo lugar.

—D-Dime qué demonios acaba de pasar... —murmuró, mirando entre su mano y la mía.

—Eres libre de creer lo que desees —respondí, no quería decirlo y, principalmente, sentía que no podía.

—I-Imposible —tartamudeó.

Sin realmente pensar de manera correcta, salí corriendo del lugar, dejándolo detrás con un grito de "espera" que permaneció grabado en mi mente. Corrí como nunca lo había hecho, sentía como si todo mi organismo hubiese sido traído de vuelta a la vida, el cansancio en las piernas, la respiración agitada, el corazón latiendo fuertemente contra mi pecho.

Tuve que detenerme en algún momento, las piernas me dolían, sentía que no podía respirar correctamente, me resultaba realmente increíble. Mirando hacia atrás, me deslicé por la pared hasta caer de sentón en el suelo, ¿cómo había sucedido esto? ¿Cómo pudo haber pasado algo así en un momento como este?

Aún podía escuchar su voz, esa combinación entre miedo y sorpresa seguía retumbando dentro de mi cabeza. ¿Cómo es que mi vida se había alterado tanto por la aparición de una sola persona? ¿Cómo es que alguien había podido verme? ¿Por qué? Me sentí estúpido por haber abandonado a aquel chico en ese lugar, había alejado de mí a la única persona que era capaz de cambiar mi rutinario y aborrecible vida.

Una sensación de enojo cruzó por mi mente, haciéndome sentir completamente ridículo por haber actuado de una manera tan infantil, morí a los dieciocho años, no a los cinco.

—Tú solo arruinas aún más tu propia "vida", Nate...

~Las cosas con Near se complican... Creo que me enfocaré más a sus pensamientos y desarrollaré más la historia en base a él, creo... Sin adelantar mucho pero más adelante tanto él como Mello comptatirán mucho so, se sabrá qué pasa en ambas partes~

Sé que el capítulo es corto pero necesitaba enfatizar eso~ Espero les haya gustado.

Pronto, pronto responderé sus hermosos comentarios así que no se preocupen, no olviden dejar un comentario allá abajin ^^

Annyeong!~


Diferentes mundos. [Mello x Near]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora