Enzo.
Hoy era el gran día. Finalmente volvería a mi casa, a esa ciudad. Pensé durante mucho tiempo volver. Volver para decir la verdad. La gente de ahí pensaba que yo había matado a Emanuel, sé que fue estúpido que esa noche me fuera de la ciudad, de esa manera todos desconfiaron de mí. Mi único problema era si iba directo a la policía; me hicieran miles de preguntas, ¿Por qué sabes todo eso? ¿Qué hacías esa noche en el bosque? ¿Estabas involucrado en su muerte? ¿Por qué no confesaste ese mismo día? Y miles de preguntas más que no quisiera responder. Hablaría pero a mi manera. Durante el año pasado le estuve mandando varias pistas a Emma, su hermana, pero como terca que es seguramente no se habría dado cuenta.
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Era lunes y estaba volviendo a mi casa, había pasado por el cementerio a visitar la tumba de Emanuel. Nunca fui a su funeral. Ya no podía soportar la idea de ver como la persona que lo mato estaba presente fingiendo que le duele su pérdida, y pensar que sigue suelto como si nada, no puedo seguir callándome.
Cuando paso por enfrente de su casa, su hermana mayor sale. Siempre había estado enamorado de ella, pero no sabía cómo decírselo. La única idea para poder hablar con ella era molestándola. La vi venir caminando hacia mi auto y me bajo para saludarla, pero solo logre enojarla.
Siempre solía mandarle cartas, o algunas veces paquetes con pistas, ella nunca se enteró para que servían. No siempre era divertido molestarla con mis estúpidas cartas, pero ver como se enojaba me encantaba. Al principio le mandaba cartas de amor, de odio, o haciéndole bromas. El día que me fui empecé a mandarle las pistas. Ahora que regrese la voy a ayudar a que se dé cuenta de lo que le quería decir con todas esas palabras sueltas. Cuando nos cruzamos me pregunto qué quería y lo único que salió de mi boca fue decirle que volví para seguir nuestro juego. Me moría de ganas de decirle que la había extrañado, hubiera ido directo a ella y la hubiera besado, pero estaba soñando muy alto, nunca me atrevería a confesarle mi amor.
Me había inscrito en la escuela nuevamente, necesito terminar mi último año para hacer alguna carrera. Pero cuando entre en mi primera clase estaba ella, hay sentada. Cuando me vio con esos ojos marrones, no sabía qué hacer o decir, me senté en el asiento vació a su lado. Era incómodo, no podía aguantar que ella me viera con tanto odio por acusarme de algo que no fui responsable.
Después de esa clase me fui de la escuela. Me fui a mi casa y pensé en darle algún regalo a ella, pero sería raro de mi parte. Había venido para decirle la verdad, pero lo iba a descubrir ella, yo solo la ayudaría. Busque entre mis cajas y encontré el pedazo del saco de su padre que arranque sin querer esa noche en el bosque.
Y durante toda la semana no asistí. Todas las tarde iba a visitar a Emanuel, no me importo más si la gente me miraba raro.
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Volver Al Pasado
Teen Fiction¿Podrá volver a salir adelante después de la traición de su familia?