Capítulo 19

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Hoy era el día del entierro...

Me levanté a desayunar y me encontré con mi madre en la cocina.

- Hola - agarro su café y le dio un sorbo  - ¿Cómo estas?

- Bien, ¿vos? - Me senté a su lado agarrando un cupcake de la mesa.

- Bien, tenemos que hablar - dejo a un lado su café y se volteo para verme  - Yo lo mate Emma.

- ¿Por qué?

- El mato a Emanuel. Tenía una amante, la profesora que desapareció el año pasado, él la mato - lágrimas empezaron a caer por sus mejillas - Y tu hermano, para que no hablara, lo mato - se acercó a mi para abrazarme.

- Ya lo sabía - la mire a los ojos tratando de captar su atención- Pero hay algo más, alguien me sigue.

- Contrate a alguien para que te proteja de él - volvieron a salir lágrimas de sus ojos - no te preocupes, le diré que ya no necesita seguirte.

- Está bien - le di un abrazo y subí a mi habitación.

Me senté sobre mi cama y me quedé mirando el techo. Ahora entendía todo. No iba a ir al entierro de ese hombre que ni siquiera reconozco. Escuche como la puerta principal se cerraba, me acerque a la ventana y vi a mi madre que salia en su auto. Agarre mi valija y guarde todo lo que pude. Necesitaba alejarme de todo esto.

Le deje una nota  no tan explicativa de a donde iría.

"Me voy. No te preocupes por mi"

La deje sobre la mesada y subí todo a mi auto. No podía irme sin despedirme de Enzo, pero ya estaba en el entierro seguramente. Le deje una nota también.

"Perdona que no me despida pero sería mucho más difícil dejarte. Gracias por estar todos estos momentos para mí. Creo que lo mejor a partir de ahora es que cada uno siga por su propio camino. Te amo y te voy a amar siempre, Emma. "

La pase por debajo de la puerta de su casa y me subí al auto. Lo primero era pasar por la policía. Tarde unos 15 minutos en llegar al lugar.

Entre y fue a la secretaria del otro día.

- Hola, necesito hablar con algún oficial - Me incline sobre la barra que nos separaba - Rápido.

Al minuto un oficial me llamo y fui hasta su oficina. Esta vez tardaron menos en atenderme.

- ¿Si señorita? - Se sentó en su escritorio.

- Tengo que declarar algo - deje mi mochila sobre el suelo y me tense en una de las sillas.

- Bien, diga - Agarro su anotador con un bolígrafo y espero a que hablará.

- Eh, bueno. Mi madre mato a mi padre - hice una pausa procesando si estaba bien esto -  y mi padre mato a la maestra de la que le hable - Hable de corrido quedándome sin aire - y también mato a mi hermano, su hijo.

- El oficial me observó un instante y luego escribió en su anotador - Tu madre es la que está en el entierro ahora. ¿Verdad?.

- Si - no me podía quedar quieta de los nervios.

- Bueno, se puede ir ya - se levantó y me acompañó hasta la puerta - Gracias por venir.

Me subí a mi auto y maneje sin rumbo.

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