Capitulo 13.

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Eran las 9 AM y ya estaba lista. Hoy no me pondría vestido, quería estar cómoda y elegí un jean de mi armario y una remera suelta. Mientras esperaba que viniera Enzo a buscarme baje a buscar algo para tomar.

Se escucha el sonido del timbre y fui a abrir pensado que era Enzo. Pero había un policía al otro lado de la puerta.

- Hola oficial - abrí la puerta permitiendo que entre.

- Hola, ¿como estas Emma? - pregunto preocupado.

- Bien , ¿paso algo? 

- Sí, bueno... Encontramos a Melissa - hablo mirando el suelo.

- ¿Enserio? ¿Dónde está? - dije  un poco entusiasmada.

- Mira... su cuerpo fue encontrado sin vida. Junto al de Matías silver - puso su mano en mi hombro y dijo que lo lamentaba.

Cuando escuché que había aparecido sin vida no escuche nada más. Logré entender que Matías también estaba muerto. No sé en qué momento estoy sentada en el sillón con Enzo tratando de que reaccione.

- Emma - sentí las manos de Enzo sobre mis hombros - ¿Qué paso?

- Encontraron a Melissa  - dije sin fuerzas, en un suspiro - Muerta...

- ¿Quieres ir a dónde está? - se sentó a mi lado acariciándome la espalda

- No, vamos al cine - agarre mis cosas y salimos de mi casa .

Nos subimos en su auto y condujo hasta el cine. No podía creer que ya no éste, habíamos podido volver a ser amigas. ¿Porque todo el mundo que está cerca mío muere?

Durante toda la película no hable, no podía dejar de pensar en Melissa. Enzo se dio cuenta y me dijo si queríamos ir a otro lado.

- ¿Segura que no quieres ir a su casa? - desvió sus ojos de la película para mirarme.

- No, no quiero arruinar esto - agache la cabeza mirando la hora para saber cuando faltaba para que termine.

- No arruinas nada, vamos - junte mi bolso y salimos del lugar.

No estaba segura de ir a su casa; pero tenía que ver si su madre estaba bien. Llegamos y estaba lleno de policías. Nos bajamos y fuimos hacia adonde estaba ella. Cuando nos vio vino corriendo y me abrazo.

- Ésta.. - y partió en llantos - Muerta.

No se sabía que hacer, ni que decir, sólo me quede hay quieta como un adorno. Las horas pasaron y ya era muy tarde. No puede evitar ver al hombre de vuelta. Esta vez pude ver su cara, tenía una enorme cicatriz por toda su cara.

Le pedí a Enzo que me llevara y asintió.

- ¿Estás bien? - pregunto mientras conducía.

- Si - gire hacia la ventana mientas lágrimas corrían por mi mejilla.

- ¿Te llevo a tu casa? - Giro en su asiento esperando mi respuesta.

-  ¿Puedo quedarme en la tuya? - pregunte nerviosa.

- Claro - me miro con una sonrisa.

Llegamos a su casa, por suerte sus padres ya estaban acostados. Subimos a su habitación y él me dio su cama nuevamente. Cuando me acosté pensé que me dormiría apenas tocara la almohada, pero no era así. Di mil vueltas y no encontraba la forma de dormirme. No se si hice demasiado ruido y desperté a Enzo. O si él tampoco podía dormir.

- ¿Emma? - se inclino sobre su cama para mirarme.

- ¿Sí? - gire mi cabeza hacía donde estaba él.

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