Volver Al Pasado

Epílogo

Ya pasaron 5 años de ese día, donde todo había salido a la luz. A ambos le dieron cadena perpetua. Desde aquel día todavía no volví, no pensaba volver.

Habíamos terminado la Universidad y comenzamos una carrera. Nos mudamos juntos a un nuevo departamento frente al mar, un poco alejado de la ciudad. ¿Qué era lo mejor de todo? Hoy era nuestra boda. Ya teníamos todo listo sólo faltaba mi vestido.

-Me encanta - me acomode la parte de adelante, di la media vuelta para observarlo de atrás - gracias, está divino.

- Hola, llegue... - entro a la habitación y quedo como boba viéndome - Ay!!! Me encanta, estas hermosa!

Era ella Barbara, mi mejor amiga. Este último año se hizo muy cercana a mi ya que no éramos de hacer muchas amistades.

- Bien, ya está todo listo. ¿Lista para ir? - me ofreció su mano para bajar los dos escalones, me acerque a ella y me abrazo - ¿Te dije que estás hermosa?

- Si, unas mil veces - nos reímos, pude notar que mis ojos estaban brillosos a punto de llorar - basta de tanta emoción, se me va a salir el maquillaje.

-Si, perdona - me ofreció su brazo y salimos hasta llegar al vehículo que nos llevaría hasta la iglesia. 

El camino se me hizo eterno. No veía las horas de por fin llegar y decir si quiero.

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Después de hacer mi gran entrada y toda la charla del cura, por fin llego la pregunta.

- ¿Acepta como esposo al Enzo Parks? - sentí como mis piernas se me acalambraban, las manos me sudaban y las palabras no salían de mi boca.

- Sí, acepto.

- Puede besar a la novia.

Enzo se acercó  y me beso, fue una beso lento y suave. Todos de pie aplaudieron y salimos de la iglesia, afuera nos esperaba el chofer para llevarnos a la fiesta.

- Te tengo una sorpresa - rodeo su brazo sobre mi cintura y me inclino hacia el dándome un suave beso.

Estuvimos dentro de ese auto unos quince minutos, pero para mí fueron horas. Cada minuto a su lado era maravilloso.

- Cierra los ojos - me indico antes de llegar al lugar.

Me ayudo a bajar del auto y caminamos unos cuantos pasos hasta llegar al lugar. Abrí los ojos y estábamos en el lugar que me trajo el día de mi cumpleaños. Estaba esa hermosa cascada que tanto me gustaba, era hermoso.

- Está no es la sorpresa - Se arrodillo sobre el césped húmedo y saco una bolsita de su traje - Ábrelo.

Lo abrí y adentro había un juego de llaves.

- ¿Qué es esto? - sentí como me iba ruborizando y me empezaban a sudar las manos.

- Nuestra casa - Me abrió los brazos y hundí en ellos - Te amo.