Capítulo 17

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Hoy era mi cumpleaños #18.

Sentí que era el peor día de mi vida, estaba sola, completamente sola. Enzo me había dicho que tenía todo planeado, pero sólo quería estar acostada todo el día. No quería salir de casa, no me quería levantar, no quería comer.

Lo primero del día, era desayunar. Preparo unos ricos waffles con chocolate arriba, era mi comida preferida pero no tenía hambre; Pero los comí igual, el estuvo planeando este día toda la semana, no iba a arruinarlo. Lo acompaño con un café, amaba el café.

Después de desayunar y cambiarme, me llevo a las afueras de la ciudad. Había un camping para pasar el día, tenía una hermosa cascada, canchas de tenis y vóley. Llevo una sabana y la puso sobre el pasto, dejo la canasta con comida que llevo y nos fuimos al lago. Odia meterme en el agua, pero él no lo sabía. Solo lo seguí a él sin quejarme de las plantas que tenías que pisar al entrar, o pisar todas esas piedras  que te golpean las rodillas. Después de todo no era tan malo.

Para almorzar llevo unos Sánguches y dos refrescos. "Teníamos que comer liviano" ¿Qué más se le ocurrió? Al terminar junto todo y nos subimos al auto. Me dio un sobre con dos entras para ir al parque, algo que me gusta. Teníamos 10 juegos cada uno; dejamos todo en el estacionamiento y entramos. A los primeros juegos que fuimos, eran las montañas rusas. Había 4 y fuimos a las 4. Me di cuenta de que esto no era lo de él, de la última salió vomitando. Me sentí culpable de obligarlo a subirse a todas. Después fuimos a los autitos chocadores, creo que rompimos un poco algo mientras chocábamos; Nos bajamos corriendo cuando termino para que si estaban rotos, no supieran que estábamos nosotros. Después fuimos a la rueda gigante, Enzo le tenía miedo a las alturas; Cuando bajamos se fue directo al basurero, pobre. El siguiente fue uno de embocar unos aros en las botellas, emboco todas y me dejo elegir el peluche. Después fuimos al Samba, por suerte esta vez no llego a vomitar. Tomamos un descanso para ir al último juego mientras comíamos unas palomitas. Vi un cartel de la casa embrujada, le pregunte si le gustaría ir a ahí y fuimos. Fue mala idea llevar las palomitas, quedaron todas en el camino. Nuestras caras en las fotografías eran muy feas, pero las compramos igual. Yo me quedé con dos y el con una. Ya se estaba asiendo de noche y teníamos que volver, pero por último quería ir a la cabina fotográfica. Pusimos una moneda y entramos. Esas fotos sí que eran lindas, me dejo quedármelas.

Subimos al auto y fuimos a mi casa. De cenar había comprado sushi, amo el sushi. Bueno, amo todo tipo de comida. Cenamos mientras veíamos una película. Cuando termino, juntamos todo y fuimos a acostarnos.

- Te quiero... - dijo abrazándome. 

- Yo también - me acerque y le di un beso.

- Estoy enamorado de vos – confeso mirándome a los ojos - ¿Quieres ser mi novia?

- Si – Dije abrazándolo yo esta vez.

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