Capítulo 4.

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La razón por la que odiaba a Enzo era por todas las vergüenzas que me había echó pasar. Hace dos años teníamos un "juego". No era "nuestro" era de "El". Me había metido en algo que yo no quería jugar.

Otra de las razones era por irse de la ciudad esa noche, cualquiera podría pensar que él era el culpable, tenían antecedentes necesarios para encerrarlo.

 Se decía que él había estado involucrado en la muerte de Amanda. Era una chica de la escuela, muy popular. No todos la querían, a veces era muy odiosa. Un día para otro había desaparecido y a los dos meses encontraron su cuerpo sin vida. Tenía marcas y había huellas que coincidían con él.

Por alguna razón sentía que el no era el culpable de la muerte de mi hermano. Había alguien más. Alguien que hacia unos cinco meses me seguía, me espiaba, y no dudo que algo quería conmigo.

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Hoy es sábado, amo los sábados. Dormir hasta tarde, sin tener que ir a clases, sin tareas. Anoche estuve hablando con Tomas para salir de fiesta, iba a ser en su casa. No me quedaba tan lejos solo a 2 cuadras, hablé con mi mamá y estuvo de acuerdo para dejarme ir.

Fui al centro comercial a comprarme un vestido para esta noche, con Melissa habíamos acordado de juntarnos y la llamé para saber si podría ayudarme a elegir uno. Antes de la muerte de mi hermano éramos las mejores amigas, siempre estábamos juntas, nos contábamos absolutamente todo. Pero después de lo sucedido me aleje de todo el mundo, ella tampoco busco hablarme y solo dejamos de saludarnos.

Recorrí todas las tiendas que había y no encontré ningún vestido que me gustará o que me quedara bien. Termine decidiendo buscar algo en mi armario.

Como todavía era temprano fuimos a tomar un helado, llegando al local vi a alguien sentado que me parecía conocido, cuando se dio la vuelta era él. ¿Por qué me lo tenía que cruzar justo hoy? No se había dado cuenta de mi presencia, tampoco quería que me viera. Solo salí corriendo de ese lugar. Llegue al baño de mujeres y recibí un mensaje.

- ¿Te asusté?

- No - camine en dirección a Melissa.

- ¿Y por qué sales corriendo?

- Vi a un monstruo - escribí riéndome.

-Tienes que saber algo.

*5 minutos después*

- Bien, ¿Quieres saber? Abre el paquete que te deje.

¿Otro paquete? ¿Qué tanto misterio? De en verdad dudo de que sepa algo de la muerte de mi hermano; pero tengo que averiguarlo.

Salí del baño y no encontré a mi amiga por ningún lado. Pero estaba él.

- Tu amiga tenía que irse - se fue acercando poco a poco a mí.

- Aja... - no hice ningún movimiento.

- ¿Te puedo llevar a casa? 

No quería ir con él. No quería que me llevara a casa. Pero tenía que terminar con este misterio. Me estaba volviendo loca. 

- Claro - mire su cara y se le dibujo una sonrisa.

Salimos del centro comercial y caminamos hasta su auto. Yo solo lo miraba. Ninguno de los dos hablaba.

- ¿Qué sabes? - hable directa.

- Pensé que no te interesaba - encendió el auto y condujo.

- Si me interesa. ¿Vas a hablar? - me gire y lo observe.

- No puedo. No puedo decírtelo. Tienes que adivinar, para eso son las pistas - hablo serio.

- Un bolígrafo, un montón de papeles y un pedazo de tela ¿Esas pistas? - me puse furiosa, porque no solo me decía en ves de darle tantas vueltas a todo.

- Sí. Todas están relacionadas, descífralo. - estaciono enfrente de mi casa.

 No entendía nada ¿Cómo puedes relacionar un pedazo de tela con un bolígrafo? Estaba loco, literalmente. Entendí que él no había matado a mi hermano, pero ¿Volvió para decírmelo?

No quería pensar en eso hoy, tenía que concentrarme en la fiesta de esta noche. Subí a mi habitación y había un paquete, el que Enzo había mencionado. Saque el envoltorio y era una caja rosada.¿ Por qué me daría una pista en algo tan lujoso?

Abrí la caja y para mi sorpresa era un hermoso vestido azul, y tenía una nota:

"ESTA NO ES UNA PISTA. ÚSALO ESTA NOCHE. PASO POR TI A LAS 11."

Realmente estaba demente, ¿sé pensó que yo saldría con él? No lo creo, no puedo llevarlo a la fiesta. De sólo pensar en la reacción de Tomas, no era mi novio pero si mi amigo y siempre me defendía. Sabe lo mucho que lo odiaba. ¿Odiaba? ¿Por qué ya no lo odio? No porque me ayude con esto significa que lo perdone por todo lo que me hizo pasar.

- No voy a ir contigo a la fiesta - mandé el mensaje y espere su respuesta sentada en mi cama.

- Claro que sí. ¿No queres saber más? - odiaba que sea tan misterioso.

Esto era chantaje. No respondí, solo suspire y que sea lo que tenga que ser. Eran las 10 PM y ya estaba lista, no me quedaba nada mal el vestido. Nunca había probado uno largo, no se me ve tan mal. Baje las escaleras para encontrarme con mi papá.

- ¿Vas a la fiesta de Tomás? - se acercó a mi para sacarme una foto.

- Sí, ¿Te gusta el vestido? - di unas vueltas sobre mis zapatos para lucirlo.

- Me encanta. ¿Con quién vas? - acomodo la cámara y saco la foto.

- Enzo dijo que me pasaría a buscar - me acerqué a la entrada para esperarlo.

- No vas a ir con Enzo - se acercó a la puerta echó una furia.

- ¿Por qué? 

- Por qué no. Yo te llevo - agarro las llaves de su auto y se dirigió a la puerta.

- Pero pa... - Tocaron el timbre, pase a su lado y abrí la puerta.

 No sabía porque mi padre habría reaccionado así. Antes le caía bien y ahora no lo puede no ver.

- Hola, Estás hermosa - dijo mirándome a los ojos.

- Eh, gracias - había logrado sonrojarme.

Mi padre se cruzó de brazos mirando a Enzo.

- Hola  - Le ofreció la mano pero no tuvo ninguna respuesta de él.

Después de unas miradas incómodas agarre del brazo a Enzo y salimos por la puerta. Pude ver el enojo de mi padre en sus ojos. No le agradaba que Enzo volviera, ni que me llevara a esa fiesta. 

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