-Realmente me llamas la atención- dijo Oliver mientras me sonreía. No hice nada más que reírme.
-Oliver...-
-¿Qué pasa?-
-Tengo miedo de querer a alguien-
-Yo te voy a querer a ti, y tú vas a querer a ese bebé-
-Todas las personas que quiero, mueren...
-Hola buenas tardes- dijo la enfermera, que estaba con una mascarilla.
-Buenas tardes, Oliver- le dio la mano.
-Hola buenas, Dharma- le sonreí.
-¿Ella es la pequeña Cassie?- sonrió al verla.
-Así es-
-Bueno, tienen que saber que como es un ser tan pequeñito estará con dolores por mínimo dos días. Está más de seguro recordarles, que llorará al sacarle sangre.
-Ya lo tenemos asumido- dijo Oliver.
-Muy bien, por favor recuestela aquí- miró a Oliver.
El obedeció, y la recostó en la camilla.
La enfermera de lindos ojos celestes, sacó una aguja que hasta a mi me dió miedo. Rápidamente me puse al lado de Cassie haciéndole cariño en la cabeza, ya me imagino su llanto. Se me parte el alma.
La doctora rápidamente, le entierra la aguja haciendola llorar.
-Ya ya mi pequeña- no podía verla sufrir.
-Listo, ya está- dijo la enfermera con un pequeño frasco con sangre de Cassie.
Le puso un algodón y lo apretó mientras la tenía en brazos.
-Tranquila pequeñita- le decía Oliver para calmarla, claro que no funcionó mucho.
-Eso es todo- sonrió la enfermera, dándome un "tete" de caramelo.
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Se lo dí a Cassie y dejó de llorar.
-Bueno, muchas gracias- le sonreí y le dí la mano.
-Nos vemos, adiós- dijo Oliver.
-Oh, disculpe- me detuve un momento- ¿Cuando estará lista esta prueba?
-Mañana al mediodía-
-Esta bien, muchas gracias- salí de ahí y de la clínica.
El camino a la casa estuvo silencioso, Oliver sabía que me había puesto un poco celosa por esa doctorcita que lo miraba tanto.
-Espero encontrar a ese hombre luego- dijo Oliver intentando salir de ese momento incómodo.
-Hmm- le respondí sin mucho interés.
-¿Qué pasa? ¿Es por lo de la chica?- me preguntó.
-Claro-
-¿Quieres que te demuestre que solo te amo a ti? - me miró y levantó una ceja.
-Si te refieres al sexo, puedes dárselo a cualquier persona que quiera que la ames-
-No. No te daré sexo, te haré el amor y eso nunca se lo he hecho a nadie- agarró mi mano.
No pude evitar sonrojarme, y sonreír un poco.
Al llegar a casa sentí una rara sensación de incomodes.
Cassie se había dormido, así que la llevé a la habitación para que durmiera mejor.
-Mi pequeña...- sonreí al hacerle cariño en la cabeza.
De pronto sentí unas manos rodeando mi cintura, no pude no asustarme.
-Me asustaste- reí nerviosa.
-¿Ah si?- me dio vuelta dejándonos frente a frente.
-Eh, sí- dije mirando hacia otro lado intentando salir de su agarre.
Comenzó a besarme lentamente, de esos besos que nos dábamos cuando recién estábamos conociéndonos.
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Bajó lentamente su mano hasta mi trasero, y un escalofrío recorrió mi cuerpo y pude "reaccionar".
-Oliver- dije alejándome de el.
-¿Si?
-Creo que, aún no estoy lista- hice una mueca y salí de la habitación.
