-Realmente me llamas la atención- dijo Oliver mientras me sonreía. No hice nada más que reírme.
-Oliver...-
-¿Qué pasa?-
-Tengo miedo de querer a alguien-
-Yo te voy a querer a ti, y tú vas a querer a ese bebé-
-Todas las personas que quiero, mueren...
Ya pasé por casi todas las clínicas, hospitales, salas de urgencia, todo de Jacksonville.
Y ¡NADA! ¿Cómo es eso posible? Si no encuentro algo, tendré que hacer un aborto casero. No importa el riesgo, si funciona podré ser profesional.
Hoy, iré a la última clínica.
Tomé un taxi y me dirigí hacia la clínica. Me encontraba nerviosa, era necesario encontrar alguna manera.
-Hola- saludé a la secretaria de ahí.
-Hola, ¿que necesita?- me preguntó ella muy cabreada. <<Hoy no le tocó>> pensé.
-¿Habrá alguna hora con un ginecólogo para ahora?-
-Ahora...- comenzó a revisar unos papeles- Está desocupado el doctor Hawkins.
-Perfecto... ¿a que hora sería?-
-A las 3:10...-
-Perfecto solo quedan...- miré mi celular- media hora.
-Sí-
-Muchas gracias-
Me fuí a sentar, pero no comencé a jugar Pou. Si no, comencé a pensar por mi primera vez que le diría al doctor.
<<Quiero abortar, no estoy preparada. Necesito su ayuda, esta criatura sería hija de un violador y no tendría el cariño suficiente de su madre. Entiéndame, no quiero ser como mi madre. Necesito, salir adelante. Conseguir una carrera, no tengo el apoyo de nadie. Debe entenderme.>>
No no, mejor así. <<Haría lo que fuera por abortar, se que es un delito pero necesito hacerlo. Para mi es muy importante mi vida, necesito sacar una profesión. Necesito salir adelante... por favor>>
Rápidamente se pasó el tiempo, y la secretaria ya me estaba llamando para que pasara.
-Hola, permiso- ¡Pero que ven mis ojos! Un joven doctor, ojos verdes, cabello dorado, perfecto.
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-Adelante- ambos nos quedamos mirando como por 5 segundos. Ví el paraíso.
-Con permiso- pasé y me senté.
-Hola Dharma-
-Hola doctor-
-Cuéntame, ¿que pasa?- no lo creo aún. Es tan joven, y es perfecto en su trabajo.
-Pues...- le pasé el test.
-¡¿Embarazada?!- me preguntó con cara de desilusión.
-Producto de una violación- le dije apenada.
Como lo creí, el también quedo con la boca abierta.
