-Realmente me llamas la atención- dijo Oliver mientras me sonreía. No hice nada más que reírme.
-Oliver...-
-¿Qué pasa?-
-Tengo miedo de querer a alguien-
-Yo te voy a querer a ti, y tú vas a querer a ese bebé-
-Todas las personas que quiero, mueren...
En mi cumpleaños me la pasé genial. Oliver me invitó a cenar y todo estuvo muy lindo. De pronto todo iba bien hasta que llegó el camarero con una torta.
*Flashback*
-Hola Dharma, feliz cumpleaños- dijo el camarero de cabello dorado dejando una torta gigante, de color blanco con partes de chocolate.
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De un momento a otro mis mejillas se tornaron color rosado, Oliver me miraba con una sonrisa en su rostro y yo moría de "vergüenza". Las luces se apagaron y solo quedaba nuestra mesa iluminada gracias a las velas del pastel.
Y todos, comenzaron a cantar "cumpleaños feliz, te deseamos a ti[...]". Mientras que yo no sabía a quien mirar, típico. Pedí un deseo y soplé las velas y todos aplaudían.
-Feliz cumpleaños, amor- dijo Oliver pasándome un regalo.
-¡Que lo abra!- decía la gente que estaba en las mesas de los lados y me ponían más nerviosa.
Rompí el envoltorio, y luego había una cajita que suponía que adentro traía alguna joya o un anillo. No Oliver, aún no me pidas matrimonio por favor. Suplicaba en mi mente.
Abrí la cajita y ahí estaba un collar, estupendo collar que me lo regaló mi novio.
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-El collar más costoso, de diamantes y zafiros para la mujer de mi vida- dijo Oliver haciéndome quedar con la boca abierta.
*Fin flashback*
Ya ha pasado bastante tiempo de eso, ya tengo 8 meses. Según mis doctores, mi pequeña está en perfecto estado lo que me tranquiliza.
¡Oh! Casi lo olvido, conocí a Caitlyn. Estuvimos frente a frente, ¡Es un amor! Tan solo si supiera que en algunos momentos deseaba matarla.
-Cariño- me dijo Oliver sentándose en el sofá.
-¿Si?- le pregunté preocupada.
-Tenemos que tomar una decisión- me dijo con cara seria.
-¿Cuál?- le pregunté.
-¿Qué nombre tendrá nuestra pequeña?- me pregunta mirando mi vientre.