Entrenamiento

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La fiesta finalizo como lo que realmente era, un evento para celebrar, todos estábamos más felices y tranquilos, solo Bella parecía sufrir de estreñimiento porque no paraba de hacer mohines malhumorados todo el tiempo. Tenía algunas horas para prepararme y necesitaba hablar con Jazz primero, lo que se me hizo sencillo cuando fue él quien se presentó en mi cuarto

-Hola Eff, creo que tú y yo debemos hablar

-Estaba por bajar a buscarte, cuándo dijiste que necesitarías mi ayuda, ¿lo decías en serio?

-Claro que sí, de toda la familia eres la más indicada para tratar con los licántropos, lo ideal sería que lo hiciera Edward, pero ya sabes que las cosas entre él y Jacob no son del todo pacíficas y tú eres joven y poco impulsiva, puedes lograr dominar la situación, ya hable con Carlisle y estuvo de acuerdo

-Vaya, no puedo creer que mi papá no esté esperando encerrarme en el sótano para mantenerme alejada de todo

--Carlisle y Edward coincidieron en que tienes afinidad con los licántropos, una tolerancia de la que el resto carecemos, incluso con su efluvio

-No es tan molesto, solo es diferente a los olores dulces de los humanos

-En fin –dijo mirándome como si hubiera perdido la cabeza –deberás pasar un poco más de tiempo con los perros, por lo que creo que lo mejor es que te prepares, Edward y Carlisle quieren coordinar con Sam sesiones de entrenamiento, y tenemos la sospecha que solo aceptara si asistes únicamente tú, no hay nada de qué preocuparse, tú sola puedes con todos esos cachorros

-No estoy preocupada –dije lo más seria que podía aunque en realidad lo que estaba era terriblemente emocionada

-ya casi nos vamos –me dijo mirándome de reojo mientras salía de la habitación –No creo que quieras vestirte de esa manera, arruinaras la ropa, además pareces más una modelo que una entrenadora

-Me cambio y bajo enseguida –le dije de manera despreocupada, pero Jazz me había dejado pensando, ahora ¿Qué demonios me iba a poner? Y debía vestirme lo más rápido posible, di una revisión súper rápida a mi closet y no se me ocurría nada, hasta que decidí por unas converse rojas, y un juego de chándal deportivo negro, mi cabello recogido en una coleta alta.

Llegamos todos juntos a nuestro campo de béisbol y minutos después llegaron Edward y Bella tomados de la mano, Alice estaba haciendo un berrinche porque no podía ver nada debido a la presencia de los licántropos y jazz la consolaba, era increíble lo amable que mi hermano podía ser a veces

Los quilleute no tomarían forma humana, no confiaban en nosotros todavía por lo que Edward sería nuestro traductor, lo que en realidad no me causaba gracia, porque aunque ver al lobo Embry me parecía fascinante, no se podía comparar a ver al sexy humano Embry, que era el que la verdad ganaba mi mayor atención

—Preparaos, estarán a la que salta.

— ¿A qué te refieres? —quiso saber Alice.

—Silencio —le advirtió; luego, la miró de pasada cuando dirigía la vista en dirección a la oscuridad.

De repente estábamos todos en una línea de defensa que me parecía absurda, y bastante intimidante, pero intimidante era el número de lobos que estaba aquí, había diez, no los seis que esperábamos

—Maldita sea —masculló Emmett en voz baja—, ¿habías visto algo así?

Mamá y Rosalie intercambiaron una mirada. Ambas tenían los ojos desorbitados por la sorpresa.

La menor de los CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora