La Cita

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Estaba horriblemente nerviosa, no sabía qué hacer, había revisado la cartelera del cine de Port Ángeles, me había probado todo lo que había en mi closet, me había peinado y vuelto a peinar de muchas formas distintas y aun así no tenía idea de cómo iba a lucir esta noche, no quería verme sobrearreglada, pero quería verme linda y ya era un poco tarde, así que opté x lo neutro y sencillo, jeans y una cazadora de cuero con botas altas y el cabello suelto para luego darme cuenta muy tarde que era la misma ropa que había usado para conocer a los Vulturis, pero no me cambié, ese día no había estado mal

Tome mi auto y conduje hasta la reservación y al estar en la carretera le envié un mensaje de texto

¿Listo?

Si, ya llego

Unos minutos después él estaba ahí, con unos vaqueros, una camiseta negra y una camisa de franela de cuadros rojos y unas botas militares, en todos mis años no habían visto algo tan perfecto

-Hola

-Hola ¡oh diablos, enserio conduces un Audi!

-Hoy lo conduces tú –le dije mientras le arrojaba las llaves y él las atrapaba con pericia

-No puedo creer que me deje manejarlo

-Muévete a menos que quieras quedarte a saludar a toda la reservación, por mí no hay ningún problema

–No, muero por probar ese motor de 610 caballos de fuerza

Subí al auto muy poco acostumbrada al asiento del pasajero y me deleite con los nervios de Embry

-¿Sabías que un motor V10 acelera de 0 a 100 en 3.2 segundos?

-La verdad es que no lo sabía, solo me gusto el auto, tiene un color bonito

-¿Me tomas el pelo verdad?

-Siii

Creí que Embry iba a morir de emoción cuando acelero y empezamos a ir a máxima velocidad, por suerte la carretera estaba despejada, porque él se encontraba en su elemento, no paraba de sonreír y yo tampoco, si lo aceptara se lo obsequiaría enseguida solo para seguir viéndolo así de feliz, pero eso era algo imposible. Llegamos a Port Ángeles en tiempo record y mi cita no parecía querer bajar del auto, no paraba de contemplar cada detalle y me había dicho unas cuantas curiosidades del modelo, que por supuesto yo ya conocía

–Ok, es un hecho, te gusta más mi auto que yo

–Eso es imposible –dijo de manera seductora y me besos como nunca antes, posesivo e intenso

–¡Wow! Creo que te dejare conducir más seguido si mi premio son besos así

–Vamos Eff que me voy a sonrojar, y te vas a reír de mí

–Yo no me río de ti

–Claro que lo haces, siempre que me sonrojo te ríes y tratas de disimular y es trampa, tú no te sonrojas

–Oh, créeme que me sonrojo de manera interna –le dije riendo

–Andando tramposa

Salimos del auto y para mi sorpresa me tomo de la mano, y nunca lamente tanto no llevar guantes puestos, aunque no parecía no molestarle el frio de mi piel, era la primera vez que caminaba tomada de la mano de un chico que no fuera alguno de mis hermanos. Llegamos a la boletería y de manera autoritaria se paró frente para darme a entender que no me permitiría pagar los boletos

– ¿Qué quieres ver?

–Mmm no lo sé

– ¿Te parece bien si vemos la de carreras? La quiero ver desde que la anunciaron

La menor de los CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora