Cuando se despertó su madre ya no estaba a su lado se había ido. Una barrera de color naranja la cubría como una manta que no le permitía sentir frio. Con los ojos somnolientos toco el borde del campo de fuerza y supo de inmediato de que se trataba de su madre.
El campo de fuerza se desintegró en cuanto hizo aquello y se levantó de la cama bajando las escaleras hasta llegar a la cocina en la planta de abajo. Su madre cocinaba tranquilamente tarareando una canción perfectamente conocida por Carleth.
–Ya despertaste... ¿Tuviste un lindo sueño? – preguntó su madre sin siquiera mirarla, su rostro denotaba alegría pura como si en cien años no hubiese dormido tan bien como esa tarde.
– ¿Y ahora qué? Piensas hablarme como si nada de lo que acaba de pasar hubiera siquiera existido ¿No? – dijo ella bostezando y recargándose en la pequeña barra que estaba delante.
–No, es solo que me emociona que por fin te unas a nuestro mundo, estoy feliz– parecía como si la actitud que su madre había adoptado hace un rato se hubiera esfumado por completo. Como si nunca hubiera existido.
–Mamá... ¿Hasta cuándo pensabas decírmelo todo? – su madre dejo de picar verduras y la miró seria una vez que se había dado la vuelta hacia ella.
–Realmente no tenía edad especificada...– Carleth se paró rígida y con paso acelerado se dirigió hasta donde estaba su madre.
–Estoy por cumplir dieciocho ¿Cuándo era la edad? – preguntó la castaña recordando las palabras de su madre, había esperado el momento en que ella y su madre se encontraran solas para poder discutirlo.
– ¿Por qué esperas hasta ahora para discutir sobre esto? – su madre se había dejado de recargar en la encimera y ahora estaba a la par con Carleth aunque al estar frente a frente Carleth era mucho más alta que Alene.
–Porque no quería que ese tal Joseph y ese sujeto Erick se entrometieran, por cierto ¿Qué fue lo que me dieron a tomar? Sabia asqueroso– dijo ella haciendo una mueca de asco, recordando aquel sabor amargo de aquella agua incolora.
–Oye no los llames de esa forma son tu familia después de todo– discutió su madre volviendo a utilizar el tono que había utilizado en Reve.
–Familiares que después de 17 años tengo el gusto de conocer, gracias por recordármelo, no has respondido la pregunta Mamá– discutió Carleth desesperada. Su madre suspiró alejándose de ella.
–Es... un té especial la segunda prueba para saber si eres digno... Esta hecho con una mezcla de plantas que solo crecen en Reve y que dan un sabor amargo– contestó su madre resignada a los alegatos de su hija pues comprendía que no era justo de su parte haberle ocultado su segunda vida.
– ¿Saber si eres digno? ¿Digno para qué? – preguntó Carleth agarrándose la cabeza y comenzando a dar vueltas en el pequeño espacio.
–Para ser reclutado y poder ser oficialmente un Viajero del Sueño– una tercera voz salió en escena, su padre entro en la cocina dejando su estuche en la mesa.
– ¡¿Cómo dices?! ¿Seré reclutada para ser un Viajero del Sueño y hacer sabe que tantas cosas?... Espera, espera, espera... Según lo que entendí el reclutamiento empieza hasta la mayoría de edad ¿Por qué a mí ahora? – la chica no dejaba de halarse los cabellos claramente irritada.
–Hija, conoces tu situación, no estaba en nuestros planes que te reclutarán antes de tiempo pero... Ella ya te localizó y ahora debes estar más protegida que nunca es por eso que serás reclutada, para que sepas protegerte– explicó su madre con prisa.
–Siéntate, lo hablaremos con calma... Ven...– su padre intentó tomarla por el antebrazo y guiarla a la mesa para que se sentara en una de las sillas pero Carleth se lo impidió.
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Viajeros del Sueño: Línea De Almas. [Terminada]
Science Fiction"Mi realidad se convirtió en un sueño, y mis sueños se volvieron realidad" 》Nuestra posible extinción comenzó cuando en la edad Media, dos de los nuestros hicieron uso de un don "especial" el cual cada Viajero del Sueño posee pero en cantidades limi...