CAPITULO XXI.

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El sujeto robusto y castaño camino lentamente hacía la incubadora donde estaba Carleth encerrada mientras la chica ponía las manos en el cristal esperando su inminente muerte por parte del sujeto con el bastón en su mano que se sentía el más poderoso del planeta ¿Y si en realidad lo era? De todas formas ¿Qué hubiera podido hacer Carleth estando liberada? Ni siquiera podía utilizarlos... o controlarlos.

Un dejo de tristeza hizo a Carleth bajar la mirada a sus manos, negras y lastimadas con quemaduras que posiblemente jamás podría borrar de su piel, ni siquiera quería imaginar cómo tendría la cara en esos momentos, su pecho comenzó a hincharse advirtiéndole que estaba comenzando a llorar. Entonces se obligó a endurecer la mirada y alzarla contra el hombre que estaba a punto de torturarla.

—Pueden hacer lo que quieran conmigo, ya no pueden hacerme sufrir más... Espero que les satisfaga lo que hacen— escupió Carleth con una sonrisa irónica pero triste, recordando en su mente a las personas que le importaban y entre ellas un pequeño reflejo mostro el rostro de Darian, un viejo amor.

—Contigo, toda tu familia ha estado a mi merced— dijo la mujer rubia haciendo que Carleth echara llamas por los ojos pero no era suficiente como para destruir esa incubadora con sus poderes incontrolables, no le habían dado buenos motivos por los cuales desatarlos o al menos no los suficientes, independientemente si ella quería hacer cenizas todo ese lugar su ser interior no lo permitía.

Entonces comenzó.

...

El cuerpo de Darian comenzó a convulsionar sintiendo una clase de electroshock por todo su cuerpo, estaba claro como el agua que estaban comenzando a torturar a Carleth. Lo cual hizo enfurecer más a Darian sintiendo todo lo que la chica estaba sintiendo, el ardor en la piel, su corazón nostálgico extrañándolo y las llamas encerradas en sus ojos, todo lo que necesitaba hacer era... que lo dejará entrar.

—Carleth.... Escúchame... Por favor...— las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos por el dolor de ser torturado junto con la chica y la añoranza de aquellos momentos cruzaron por su mente con el corazón abierto a cualquier posibilidad de contactar con ella —Recuerdas... ¿Recuerdas ese día en clase de Ingles donde te enseñé que había visto dos árboles que formaban un corazón? Al final los cortaron... Igual que el árbol donde pregunté tu nombre por primera vez...— comenzó a hablar mientras se aferraba al pasto por debajo de su piel.

Todo estaba en su contra, sus poderes estaban fallando al igual que él... Estaba permitiendo que el otro sujeto entrara y si lograba hacerlo miles de personas a su alrededor o alrededor de Carleth podrían morir. Entonces cerró sus ojos zafiro mientras musitaba las palabras "Para, Corre y búscame... La sangre nos une y un beso nos destruye... Darian Edevane y Carleth Howland somos... el olvido queda en el pasado y nosotros en el presente, somos uno solo"

Los ojos de Darian se abrieron, encontrándose dentro de ella.

...

De repente el dolor se había ido, era como si le hubieran conectado una droga en la cual aquellos relámpagos azules se convirtieran en ella mientras escuchaba la voz de Darian, esa voz que siempre apareció para calmarla estaba incitándola a liberar todo en ella y... en él. La incubadora ahora parecía un instrumento de plástico el cual podía manejar con facilidad, involuntariamente puso su mano en el cristal de la incubadora derritiéndolo como plástico creando un agujero en el que el pequeño cuerpo de Carleth podía atravesar.

— ¡¿Qué está sucediendo?! ¡¿Por qué no se desmaya?! — dijo la mujer rubia con pánico en sus ojos, Elm también se sentía desconcertado mientras tocaba una y otra vez la incubadora con aquel bastón que no tardó en ser destruido como si fuera un líquido... Como agua.

Viajeros del Sueño: Línea De Almas. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora