Marcada en la piel.

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Un escalofrío lo recorrió cuando la vio cerrar la puerta y quedarse justo frente a él, no parpadeaba por temor a perder algún detalle de su cuerpo, los labios parecían estar ardiendo, deseaba tanto probar los de ella.

Y es que había pasado tanto tiempo desde la última vez que la vio, salió despidiéndose con la mano un hasta pronto que le había parecido casi eterno.

Pero ahora estaba ahí, frente a ella, apuntó de tocarla, de despojarla de todos los tabúes que los habían rodeado desde siempre y la haría suya por qué la había deseado desde la primera vez que la vio y el aroma de su perfume se adueño de sus pensamientos y de sus noches a solas en donde solía visualizarla con claridad hasta que la mañana la hacía desaparecer entres sus suspiros.

Ella tomó su mano estaba tan ansiosa como él pero sabía bastante bien disimular su fuego, cuidadosamente llevó sus dedos hasta sus labios, él pareció estallar de repente al sentir el toque sensual de su boca, cerró los ojos por instinto pero aún siguió viendo el fulgor de sus ojos esperando por él.

Las manos comenzaron la exploración definitiva del cuerpo ajeno, las curvas de los senos que tantas veces sintió entre sus sueños ahora los palpaba casi como si le parecieran irreales, el perfil de su cintura era un iman y solo pensaba en frotar su piel contra la de ella.

Cuantas veces ella también lo había deseado, desde que sus cabellos obscuros rozaron sin querer su hombro y entonces la atracción fue definitiva, un delicado toque casual casi sin querer pero muy a tiempo, los dedos cómplices de un secreto mutuo que buscaba gritar quiero ser tuya.

Y cuando hablaban en público y la gente los notaba teniendo ese tipo de intimidad que se puede tener solo con alguien con quien te complementas, nadie existía para ellos dos más que quien estaba frente, justo como en ese momento.

Cuando por fin estuvieron desnudos, no solo de cuerpo sino de alma, tomaron un segundo para meditar si aquello que estaba por pasar debía ser.

Con un beso rompieron cualquier duda y se envolvieron en las caricias mutuas, paisajes de rosas blancas y rojas los rodearon era estar en el mejor lugar con la persona indicada.

Que más daba lo que pasaría mañana, cuando volvieran a sus vidas comunes, cuando solo el recuerdo de aquello les quedará como huella marcada en la piel. 

Caryl one shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora