La caida del rey.

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Que frío se sentía aquella tarde, hablaba no solo del clima que sin duda nos quemaba la piel con cada gélida ventisca que nos alcanzaba. Hablaba de ella y su indiferencia.

Me había enamorado muy rápidamente no supe ni siquiera cómo fue pero me descubrí un día pensando solo en ella, el color de su piel, el brillo de sus ojos, la ligera sonrisa con la que se dirigía a mi tratando de contener algo más que sabía perfectamente bien era una carcajada sarcástica, ella odiaba este juego y aún así me arriesgué.
Conocía sus sentimientos por mi y aunque nunca quise detenerme a pensar en eso había llegado el momento de hacerlo, sentía que la estaba perdiendo.

La muerte de nuestro hijo había marcado fuertemente nuestras vidas, el impacto y el vacío no se llenaría ya jamás con nada pero yo aún la amaba, amaba a Carol con todas las fuerzas de mi ser.

Debimos seguir nuestro camino, emigrar, la caída del reino había sido inevitable quizás tanto como el olvido de aquella mujer que ahora no cabalgaba a mi lado.

Logré escuchar su voz a mis espaldas cuando voltee el rostro la vi, como hacía tiempo no lo hacía parecía tranquila y sino aliviada al menos segura de caminar justo a lado de él. 

Le sujetaba del brazo volviéndome a ignorar, una espantosa punzada me cruzo de la garganta hasta el estómago algo que nunca había sentido con tanta fuerza. La necesidad de bajar del caballo y tomarla de la mano casi se apoderaba de mi afortunadamente Jerry siempre me a salvado de las peores situaciones aunque no pensaba en una peor en ese momento.

Se habían sincronizado hasta para matar a los malditos caminantes que lograban acercarse entonces lo vi alejarse y antes de que mi mujer decidiera alcanzarlo lo hice yo. Tenía que decirle, tenía que alejarlo.

Jamás había sido un tipo celoso, esa palabra me molestaba sobre todo al saber que significaba el desconfiar de la persona que más amabas, pero podía ver en los ojos de Carol que no era yo a quien ella deseaba a su lado y eso dolía debía intentarlo una vez más.

–Quiero recuperar algo de lo que perdimos. –dije firmemente mostrándome tan seguro como siempre. –y preferiría si sólo fuéramos Carol y yo.
–¿Eso es lo que Carol quiere? – su voz gruesa y su intension no lograba inquietarme o eso era lo que trataba de aparentar para que se diera cuenta de mis intenciones.

Podía verlo claramente  yo  jamás le había agradado ni él del todo a mi, quizás era por que podía notar lo que existía entre él y Carol  algo que sinceramente no me importó demasiado cuando decidí comprometerme y hacerla mía abusando quizás un poco de mi propia vulnerabilidad.

–Carol quiere lo mismo que yo, volver a abrazar a nuestro hijo.

Era el dolor de perderla a ella también lo que me obligaba a hablar.
–Solo quiero recuperar parte de lo que perdí, de lo que perdimos. ¿ Puedes darme al menos eso?

Era una súplica sabía que Carol se marcharía si él se lo pedía, sabía que lo que había entre ellos crecería más rápido de lo que lo nuestro jamás logró crecer en estos años, pero quería intentarlo debía hacerlo no quería perderla, era lo único que me quedaba.

Solo espere pero aún así volví a mirarlos juntos cuando la tormenta llegó, el frío me quemaba con más fuerza que antes al notar mi soledad acercándose de nuevo como vieja amiga envolviéndome en sus brazos mientras veía a la mujer que amaba perderse en la mirada de otro.

Había perdido también esa batalla qué tal vez nunca gané. Termine con cualquier dejo de esperanza cuando Carol me dijo que regresaría a su hogar, con él, intentó devolverme el anillo y yo solo pude despedirme recordándole cuanto la amaba.

Ahora solo espero que Daryl pueda hacerla muy feliz, tanto como ella lo merece.

Caryl one shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora