Ella es una tarta.

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Basado en el episodio 1 temporada 8 Mercy.

Ella es como una tarta, fue lo primero que pensó al mirarla entre aquel grupo de hombres con armadura, no quería distraerse del objetivo que sin duda era tan importante como el mantenerse con vida, aunque que más le daba perder su existencia si no tenía por qué vivir, entonces arriesgarse no le quitaba nada, al contrario le daba valor.

Aunque sin duda le faltaba el valor para acercarse a ella y decirle algo, lo que fuera temía que al acercarse su lengua se soltara y le dijera aquello tan desagradable que pasaba por su cabeza, pero que otra cosa podría pensar al verla tan sonriente, y lo ignoraba a pesar de que él mantenía la distancia ella tenía que mirarlo al menos un poco, no se preocupaba más por él, cómo  saberlo, cómo reprocharle algo cuando había sido él mismo quien se alejó, era en ese instante cuando se daba cuenta de lo que realmente sentía, pero que sin duda se encargaría de esconder como siempre lo había hecho.

Se alejó un poco más cuando vio llegar a Ezequiel al círculo, el tipo que le seguía pareciendo un idiota de circo ahora lucia como un rival al que no podría enfrentar jamás, le pareció notar que la sonrisa de Carol se agrandaba con aquella llegada, bufo en silencio e intentó concentrarse de nuevo en lo que debía hacer, cómo entrar al santuario, era lo más importante, la vida de todos dependía de aquella misión y no fallaría solo por qué una extraña y desconocida sensación le había invadido las entrañas al tener a Carol a unos metros y a la vez mas lejana que nunca.

Recordó, una vez ya había sentido aquello, cuando Morgan hablaba de ella, recordó que al escucharlo mencionar su nombre una punzada en alguna parte de su interior pareció despertar lo que hasta ese entonces dormía, pero no sabía que era, ni lo averiguaría con tanto por hacer aquella sensación lo único que hacía era estorbarle por qué cada que aparecía lo único en lo que pensaba era en protegerla, en cuidarla, en buscar solo su bienestar y a su parecer ahora todo aquello ya alguien más se lo procuraba, ahora Daryl solo debía de ocuparse de sus propios asuntos y tratar de dejar atrás aquello. Pero cómo, aún no lo sabía.

Comenzó la misión, la guerra que apenas empezaba seguramente duraría varios meses, el tiempo perfecto para poder olvidar aquella mierda en la que pensaba, tomó su vehículo y salió por las carreteras para cumplir con su cometido cuando a lo lejos alcanzo a distinguir a la mujer de la que tanto había intentado escapar, disimulo mirando en dirección al horizonte, todos lo hacían cuando la sintió acercarse a él, no titubeó por un par de segundos y después de costado dos pasos pusieron una distancia considerable entre los dos, estaba a salvo de nuevo.

— Diez...

Escucho a sus espaldas la voz de Tara.

— Siete...

De nuevo y Carol dio un paso más hacia él, que le pasaba a esa mujer que pretendía al estar tan cerca, dos pasos más para alejarse de nuevo.

— Cuatro...

El plan funcionara, todo está en orden a pesar de la maldita sensación de mierda que lo volvía a invadir.

— Cero...

Y nada pasó, las miradas de incertidumbre por un momento los obligaron a mirarse, Carol sostuvo la mirada, Daryl escapó de inmediato.

— Ahí...

Dijo señalando en dirección de la horda de caminantes que se alcanzaba a ver a lo lejos, estaba hecho todo el plan estaba en pie.

Daryl tomó la motocicleta y aceleró, los demás le seguían el paso, Carol lo miro al verlo pasar fue ella quien sintió aquella patada en las entrañas, torció la boca. Llegaron y esperaron a la manada, Daryl los esperaba sobre un puente la miro, por qué siempre estaba él a su lado, Morgan, siempre era él, por su mente pasó la idea de dejarlo tumbado sobre la acera con su bara incrustada en el trasero, respiró profundamente.

Ella es una tarta, ellos siempre quieren un pedazo, ellos siempre quieren poner su cuchillo en ella, ellos, siempre van a estar. Pensaba mientras la veía subir corriendo las escaleras, Carol se quedó sin mirarlo a su lado, a su lado otra vez, concéntrate.

Un caminante solitario se acercaba dando tumbos si cruzaba la línea el plan fracasaría, Morgan se ofreció a terminar con él, ahí va el héroe, sin darse cuenta sobre aquel frío barandal sus meñiques se rozaron, Carol no volteo a verlo estaba observando a "su amigo" realizar su trabajo, pero Daryl si lo percibió, un golpe de adrenalina le llenó el cuerpo, que bien se sentía aquello y simplemente había sido un ligero roce de su dedo con el de ella, eso bastó.

El humo los cegó un segundo, corrieron, la horda se acercaba rápidamente, debían continuar cada uno tenía ya una misión prevista con antelación, debían cumplirla.

— Ya comenzó — dijo Carol con los ojos perdidos en la horda.

— Sí, sabíamos que tenía que ser así — Daryl la imito recargándose sobre la motocicleta.

— Fue un placer trabajar con ustedes — Tara se despidió tranquilamente.

— Acaben con ellos. — después Morgan desapareció.

De repente sin previo aviso Carol  se arrojó a sus brazos en un cálido y afectuoso abrazo, Daryl sorprendido contuvo la respiración varios segundos mientras aferraba con fuerza a la mujer con su brazo izquierdo, Carol cerró los ojos deseaba guardar  su aroma, quería guardar aquel momento como uno de los más importantes, era una despedida, pero al mismo tiempo era una silenciosa confesión.

— Ten cuidado — susurro Carol al oído de Daryl, rompiendo aquel instante que les elevó la adrenalina hasta el cien.

— Mierda, esto será divertido. — dijo escondiendo la euforia Daryl.

— No, no lo será — respondió Carol sin dejar de mirarle.

— Pero es mejor que sentarse a esperar ¿no?

—Sí, lo es.

Carol sonrío de forma ligera y siguió su camino, Daryl suspiro rápidamente y la observo hasta perderla de vista, bebió un sorbo de agua y se puso en marcha.

Caryl one shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora