Adrien se sentía destrozado después de que un día su lady lo rechazara de una manera horrible y sin tacto.
Necesitaba sacar ese sufrimiento de su corazón, olvidarse de todo. Y solo había alguien idóneo para eso, una persona a la que no le importara...
Bien, empiezo... Sí, empiezo de nuevo porque escribí algo y no sé por qué se me ha borrado y no me acuerdo de nada de lo que puse.
Ya había llegado a la mansión. Era un más enorme que la de Adrien. Había mucha gente de clase alta, me llegaron a recordar a la antigua nobleza. El lugar tenía una combinación de colores oro y plata, y las paredes tenían encaje dorado. Sonaba una agradable y relajante música clásica. Sobre las grandes mesas había un montón de aperitivos. Era como estar en un sueño. Pero mi fantasía no duró mucho cuando Adrien empezó a hablarme.
-Por lo que veo, esto te gusta, no?
-S-sí...
-Obvio, a saber cuándo volverás a estar en un sitio como este!-Se reía con descaro.
-"Dios, no le soporto"-Ajá.
-Te has ofendido?
-Nah, para nada!-dije con sarcasmo.
-No es culpa mía que seas pobre y yo no~-Decía, con tono burlón.
-Cierto, nadie tiene culpa de eso...-Dije, rechinando los dientes y apretando los puños con fuerza.
-Venga no te enfades! Prueba algunos aperitivos! Vete a saber cuándo saborearás algo igual!
-"Me tienes hasta los cojones"-No tengo hambre.
-Ya te entrará cuando los comas! Anda, ve!
-Está bieen- dije sin ganas.
Fui a donde se hallaban los aperitivos. Lo misterioso es que cuando fui para allá, una chica muy linda se me quedó mirando y cuando la miraba, se giraba nerviosa. Jajaja qué mona...
El caso es que probé uno de los entrantes y acabé escupiéndolo en una servilleta.
-"Dios, esto está asqueroso!"-pensé.
-Qué ocurre?-Se acerca Adrien- No te gusta?
-Es lo más asqueroso que he probado en mi puta vida!-Puse cara de asqueado y saqué la lengua.
-Seh, los aperitivos suelen ser horribles.
-Y para qué me haces que lo pruebe?-pregunté enfadado.
-Para ver si este año estaban mejor y así probarlos yo también!
-"Lo que daría por poder matarlo!"
La chica me vio, y se empezó a reír. Desgraciadamente Adrien también la pudo ver... Mal rollo...
De repente, un montón de chicas de nuestra edad, se acercaron hacia nosotros y se llevaron a Adrien hacia otro sitio mientras lo admiraban y babeaban con él... Si tan solo supieran...
Y después de eso, la chica se acercó a hablarme.
-H-Hola...-Dijo, de manera tímida y sonriendo.
-H-Hola...-Dije, nervioso yo también.
En serio, era bastante bella, pero no más que Marinette. Tenía el pelo castaño, recogido en dos trenzas, una corona de flores sobre su cabeza, un vestido rosado y unos tacones del mismo color.
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