Cuestión de segundos

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Escribir un relato que comience con la frase «Se giró al escuchar el grito».

Los exámenes finales habían terminado y antes de recibir las esperadas o temidas notas, y que pasaran el verano preparándose para ir a la universidad, castigados, en el pueblo con los abuelos o en cualquier otro lugar aburrido; el grupo decidió juntarse y pasar un fin de semana de acampada en un bosque cercano. La mayoría se conocía desde que comenzaron el instituto y formaron una pandilla para salir los fines de semana. Después vinieron las novias... los desamores... los intentos de olvidar... más novias... y todo lo demás. Salieron en dos coches, las dos parejitas en uno y los tres solteros en otro. Levantaron las tiendas de campaña en un claro despejado y no demasiado lejos de la carretera y al terminar se dispersaron.

Will y Wendy, la última en unirse al grupo debido a su reciente relación, salieron a explorar los alrededores antes del anochecer y a disfrutar de un poco de intimidad, porque viajar con los amigos está muy bien pero estar a solas está mejor, pero aquel momento de felicidad duró el tiempo que tardaron en llegar al campamento y alumbrar con las linternas en la oscuridad de la noche, descubriendo que el resto del grupo había sido asesinado de una forma sangrienta y cruel: desollados, desmembrados y con las vísceras arrancadas de sus cuerpos y esparcidas por el terreno. Ante el horror de la masacre no les llevó mucho tiempo darse cuenta de que aquello no era fruto de una alimaña, por muy hambrienta que estuviera. Era una carnicería. Las lonas de las tiendas habían sido rajadas con un arma bastante afilada, quizá una especie de cuchillo dentado con una hoja de consideradas proporciones al juzgar por el tamaño de los tajos. Como era de esperar, en aquel recóndito lugar no había cobertura por lo que tendrían que darse prisa en llegar hasta los coches para ir al pueblo más cercano y avisar a la policía. Sin embargo, en el silencio de la noche, algo se movía entre los arbustos y echaron a correr instintivamente.

No habían avanzado mucho cuando el pie de Wendy quedó atrapado en un cepo de caza para osos. Will intentaba liberarla entre alaridos de dolor, pues los oxidados dientes de la trampa habían penetrado profundamente en su piel, llegando a alcanzar el hueso y los ligamentos. Cuanta más presión ejercía para abrirlo, mayor era la agonía de la joven. Era imposible liberarla, y si lo conseguía no podría caminar. Se escucharon unos pasos que se acercaban desde la lejanía con gran rapidez.

-Corre... -susurró, antes de que una flecha le atravesara el cráneo.

Aprovechó ese momento intentar moverse e ir hacia los coches para poner fin a esa pesadilla pero un mal paso lo estropeó todo, haciendo que una rama crujiese bajo sus pies y pusiera a los asesinos en alerta, precipitando una muerte segura. Salió corriendo en una carrera frenética para alcanzar su objetivo. Rompió la ventanilla del coche con el codo, sin importarle los cortes que pudiera sufrir, y se sentó al volante. Buscó un segundo juego de llaves en la guantera y lo encontró. Arrancó y suspiró aliviado, pensando que podría escapar, hasta que una flecha le atravesó el cráneo.

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