I N E V I T A B L E CAPITULO: O68

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- si eres capas, si realmente lo sientes, niega que me quieres, niégamelo en serio y te juro que me olvidaré de ti y no te buscaré ni siquiera para saludarte, pero júramelo…
-No, Joe, - vaciló y un escalofrío recorrió su cuerpo - no te quiero… - una lagrima corrió por su mejilla y un suspiró resonó en su piel – te amo.
-Me amas – pensé desilusionado con un vacio en la boca del estomago, hasta que analice lo que acababa de decir y reviví ¿me amas? ¡me amas! ¿lo ves? – reí obligando a que sus ojos me miraran – entonces no hay nada malo…
-si hay – se defendió – no quiero amarte, ¿no lo entiendes? Por eso intento distanciarme de ti, porque en cada momento que te miro, que ve como sonríes, como hablas, me enamoro más…
-Escúchame, esto es todo lo que quería escuchar – le sonreí acariciando su rostro – es lo que necesito para ser feliz, por favor ya no digas nada mas... – le di un fuerte abrazo y me quede varios segundos oliendo su dulce aroma – yo se que si llego a insistirte algo ahora terminaremos mal, como siempre… solo acuérdate de que te amo con locura y que eres todo lo que quiero, ¿Si? – mire sus ojos que me miraban desorientados – vamos a volver a estar juntos, no lo supongo, lo sé y de eso me voy a encargar yo – se lo aclaré – porque tú también lo deseas, me lo dicen tus ojos…
-no pienses locuras – me susurró rendida – por favor ya no me ilusiones más, Joe…
-Tú con Ashton, yo con Agatha, lo sé, es así, pero dentro de muy poco tiempo dejará de serlo… Lo prometo, es en serio… No te costará dejar a ese hombre, yo voy a encontrar el mejor momento para terminar mi relación con Agh, y tú y yo vamos a ser felices juntos, de una manera… Legal, si quieres llamarlo así…
-Joe – bajó la mirada – no prometas, solo actúa, porque al final a quien le duelen tus promesas es a mí… por favor, solo deja pasar el tiempo…
-No lo haré y lo prometo porque lo sé, Ally, ¿bien?... lo sé, Ahora volvamos al auto… porque si permanezco aquí un segundo más voy a tener que besarte…
Sonrió, sonrió pero diferente a las otras veces, guardaba picardía en la mirada… De repente sujetó el cuello de mi camisa con ambas manos y me atrajo a ella con rapidez, lo sabía, ella iba a besarme…
Junte mis labios con los de ella en un beso completamente desesperado, en un acto que se incrementaba a cada segundo, como si cuanto más intenso fuera más podríamos demostrarnos cuanto verdaderamente nos queríamos…
-te amo – pronuncie con un hilo de voz mientras nuestras respiraciones se cruzaban agitadas –
-camina, Jonas – se separó de mi y con una simple sonrisa caminó de regreso al auto - ¿te quedaras ahí o qué?
Volteó a mirarme, pero yo me encontraba en otro mundo, nuestro mundo, ella simplemente me volvía loco.
Volvimos a la carretera, la música volvió a amenizar el vacio del silencio, pero esta vez era diferente, ya no incomodaba, es más, esta vez me fascinaba… con solo recordar ese beso todo me fascinaba…
Como una hora más tarde llegamos a nuestro destino, luego de perdernos, buscar indicaciones, tener que encontrar nuevamente la carretera y regresar al camino al fin estábamos frente a las puertas de aquel viejo orfanato , grande, antiguo, pero notoriamente cálido…
-¿vamos a entrar? – preguntó Ally mientras observaba como yo miraba cada aspecto de la fachada –
-creo que a eso vinimos – afirmé bajando del auto –
Caminamos hacia las enormes rejas del lugar pisando las crudas y secas hojas caídas de los árboles y cubriéndonos del frio invierno que empezaba a renacer del otoño…
Tocamos el timbre, una camarita nos enfocó y pocos segundos después una voz nos atendió por el intercomunicador.
-Buenos días, orfanato the charity place, estamos a sus servicios, ¿que desean?
-Buenos días – contestó Allyson con una voz tierna – queremos hablar con la dirección, ¿puede ser posible? – pregunto con calidez –
-por supuesto, adelante…
Al instante las rejas se abrieron y nos dieron paso a un enorme jardín verde lleno de arbustos y flores, una fuente marcaba el nombre the charity place y una señora, de unos 50 años de edad nos esperaba sonriente en la puerta, con un delantal rosa y las llaves de aquel enorme establecimiento…
-Buenos días – saludamos en cuanto llegamos a la puerta –
-bienvenidos, pasen, dirección estará encantada de hablar con ustedes – respondió pacíficamente dándonos la entrada al lugar –
En cuanto entramos un olor a galletas recién orneadas nos invadió y un par de niños corriendo nos pasaron por en frente, al imaginar un orfanato lo primero que se te viene a la mente es un lugar triste, misterioso, típico de películas de terror donde siempre, pero siempre ocurrían cosas paranormales, sin embargo visitar uno real daba una impresión completamente diferente, algo más parecido según mi visión a un Kínder Garden.
-Pareja de jóvenes – avisó aquella señora asomando la cabeza dentro de la dirección –
-pueden pasar – accedió casi al mismo tiempo una voz desde adentro –
Entramos a la oficina principal, llena de fotografías de grupos de niños, algunas en blanco y negro, otras notoriamente antiguas y otras muy recientes, todas ellas mostraban unión, alegría y nosotros no pudimos evitar contemplarlas justo después de entrar…
-son todos los pequeños que hemos tenido desde el inicio – comentó la directora desde su escritorio – buenos días, ustedes deben ser…
-Jonas – estiré la mano para estrechar la suya – Joseph Jonas, y ella es Allyson Lefkon.
-Mucho gusto – saludó Ally siempre con ternura –
-y díganme, ¿desean adoptar?...
-¿Adoptar? – Preguntamos al unísono y nos miramos frente a frente, que locura – no, de hecho venimos por algo más complejo que eso – le comenté –
-necesitamos que nos ayude con algo – pidió Allyson con seriedad – Joe, es mi amigo, y estamos buscando a su hermano.
-oh, ya veo…
-los separaron de bebes, el tenia un hermano gemelo y según los datos que llegamos a juntar el bebe llegó aquí en septiembre de 1989…
-oh, pero lo que me dicen es algo increíble – negó con la cabeza si me piden que les de algún dato será muy difícil, ¿saben cuántos niños llegan aquí por año?

-imaginamos que muchos – respondió Ally – pero es una búsqueda muy importante… si tan solo pudiera ayudarnos con algunos datos, solo los niños que llegaron en septiembre de ese año, por favor…
-aunque quisiera, esa información es muy antigua, tiene más de 20 años… debe estar archivada en los documentos y… es muy complicado de recopilar – excusó –
-Señora – hable ya con la voz casi quebrada – estamos hablando de mi único hermano… es lo único que tengo en la vida… si desea que nosotros busquemos, lo que sea, haremos lo que quiera, contribuiremos con el lugar, ayudaremos, donaremos, lo que sea… solo ayúdennos, por favor…
-muchacho – su mano compadecida sujeto la mía en gesto de fuerza – mucha gente viene con tu misma esperanza…
-lo sé y no encuentran nada… - asintió – pero no puedo perder nada con intentar… ¿o sí?
-es cierto – nos dio la razón y llamó por intercomunicador a la señora que nos recibió en la puerta – Amanda, por favor acompaña a los jóvenes al salón de expedientes y enséñales los documentos de septiembre del año 1989… - luego nos miró sonriente y acotó – espero que tengan suerte…
Eso mismo esperábamos nosotros, no sabíamos a lo que nos enfrentábamos, no teníamos idea del reto que significaba tener que encontrarlo a él, en donde fuese, en cualquier rincón existente del planeta

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