I N E V I T A B L E CAPITULO: 001. c

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NARRA JOE.
-¿Llegaste bien, Joey? - Era imposible no escuchar su voz siquiera por media hora -
-sano y salvo, Agatha, tengo trabajo así que te llamare luego.
-¿Lo prometes? Es que te extraño. - soltó una risita seductora al terminar su frase -
-Lo prometo. - Afirmé - te amo, hasta luego.
Cerré el celular lanzándolo levemente sobre mi escritorio, la oficina estaba desordenada y mi ánimo para trabajar hoy no era de los mejores.
Me quité el saco y lo colgué del respaldo de mi silla, no quería saber nada de la empresa por hoy, solo quería despejarme un poco, tomar aire, un café no me vendría nada mal, así que decidí tocar la puerta de la oficina de mi hermano mayor para avisarle que derivarían todas mis llamados telefónicos a su oficina en mi ausencia.
-buenos días señor Jonas - su secretaria, una mujer mayor como de 50 años abrió la puerta -
-Sarah, ¿como estas? - Sonreí en gesto de saludo - ¿mi hermano ya llego?
-sí, ¿quiere verlo? Puedo llamarlo si desea.
-por favor, si no es molestia. - me apoye bajo el marco de la puerta viéndola desaparecer en el interior de la oficina -
-¡Joe! ¡Entra! -Kevin gritó desde su escritorio -
-Kevin, tengo que pedirte un favor...
-dime hermanito, lo que quieras. - hojeaba un documento mientras me hablaba -
-saldré un rato, quiero tomar un poco de aire.
-¿y porque me avisas? - arqueó una ceja mirándome con duda -
-solo quiero que recibas mis llamadas mientras no esté, nada del otro mundo, di que no estoy y que si pueden hacerme un gran favor podrían extinguirse todos y desaparecer del universo.
-¿estresado? - rió llevando la parte trasera de un bolígrafo a la boca -
-un poco... igual no creo recibir ningún llamado importante el día de hoy.
-error - me corrigió - ayer parece que también desapareciste mágicamente y derivaron una llamada a mi oficina, hoy llamaran confirmando a tu nueva secretaria.
-y eso me importa porque...
-porque será tu nueva secretaria, digo, no sé. A mí me interesaría saber con quién trabajo.
-responda la llamada o no, la misma que confirmen será la misma que venga a sentarse aquí mañana así que para que contestar la llamada.
-buen punto. Tráeme un café si puedes, yo sí trabajo. - me apunto con el bolígrafo, sacándome en cara mi poco empeño en la empresa -
-y estoy orgulloso de eso. - afirme con una gran sonrisa - te veo luego, Kevin.
A una cuadra de la empresa se encontraba la mejor cafetería que podía existir en el planeta. "Starbucks" ese lugar era mi opción numero uno al escapar de la empresa, el lugar más cercano, más cómodo y delicioso.
Mientras esperaba el café prendí mi Notebook y revise mi correo, nada importante, siempre lo mismo, casi todo relacionado con la empresa, emails de mama o papa escribiéndome desde new jersey, fotos nuevas, etc. Cosas que vería tal vez algún día, no ahora...
Mi hermano menor estaba conectado así que pensé en hablarle, Nicholas se encontraba en el último año de la universidad y dentro de poco se uniría a nosotros en la empresa, esa cosa por más patético que sonara era nuestra vida y estábamos destinados a sobrellevarla al menos hasta tener algún heredero en camino, cosa que de mi parte no sucedería por el momento y por parte de Nick tampoco, así que solo Kevin podía salvarnos de ese infierno, estaba casado con Danielle hacía un par de años, una chica que conoció en new jersey en la adolescencia, a eso le llamaba amor de telenovelas.
Danger dice: hey bro, que haces?
Mr.President dice: joe! Es un milagro encontrarte conectado! No estás en la empresa?
Danger dice: me tome un par de minutos libres, tú no estás en la universidad?
Mr.President dice: es hora del almuerzo... cuando vamos a vernos?...
Danger dice: cuando quieras! Yo estoy feliz si salgo de la empresa!
Mr.President: tú no cambias joe! Pasare por tu casa esta noche, quiero preguntarte algo, solo asegúrame que Agatha no estará contigo, perdóname, pero no la soporto.
Danger: ojala no este bro, ojala... te espero esta noche, pero dime, que quieres preguntarme?
Mr.President: nada importante, debo entrar a clases, adiós joe.
Danger: Adiós.
Mr.President se ha desconectado.
Justo a tiempo. Mi café llego acompañado de una deliciosa galleta con chispas de chocolate, olía de maravilla, pero claro, algo debía interrumpir el momento...
-Kevin, ¿qué sucede? - respondí el celular con desgano -
-bro, tienes que venir a la empresa ahora mismo, tu secretaria acaba de llegar.
-¿no llegaba mañana? Bro, estoy bebiendo un delicioso café en estos momentos.
-yo desearía estar tomando un café ahora en vez de responder tus llamados, Joseph.
-yo siempre quise un perrito y mama nunca me compro uno. - bebí un sorbo de café -
-Joseph, aquí en 10 minutos. - Fin de la llamada -
No podía hacer nada contra eso, si papa llegaba a enterarse de todas las veces que salía de la empresa perdería mi trabajo y dejaría de ser uno de los dueños de Gibson Company, detestaba esa empresa, pero era mi futuro y lo único que me daría de comer en la vida.
-Kevin, aquí estoy - entré a su oficina, esta vez sin preguntar -
-ella está en tu oficina, suerte y no la despidas tan pronto esta vez.
-no me parece justo - reí - la anterior no hacía más que seducirme, era abrumador viniendo de una mujer de 40 años, casada y con dos mocosas que escuchaban música y peleaban entre sí cuando las traía al trabajo.
-se feliz, esta parece más joven.
-¿Qué tan joven?
-no lo sé, yo le doy 39 - rió -
-¿se supone que ahora eres gracioso? - con un toque de ironía -
Me di media vuelta y desaparecí con un nuevo rumbo; mi oficina.
¿Quién como Kevin? El tenía una de las mejores secretarias en todo el establecimiento, Sarah lo trataba como a un bebe, podía actuar como nuestra madre en su ausencia, en cambio cada una de las que yo tuve lo único que intentaron fue hurtar algo de mis pertenencias o simplemente ganarse al "mejor postor" y es que de una u otra forma esa era la realidad.
Kevin al estar casado y tomando en cuenta lo fiel que era jamás se le hubiera cruzado por la mente la idea de una "aventura" con alguna secretaria y al ser solo dos los jefes a cargo de Gibson Company todas las miradas recaían en mi, Joseph Jonas; el gracioso, el inmaduro, el "nene de papa" según algunos conocidos... No había una sola persona que no supiera de mi relación con Agatha, la típica niña ganadora, materialista, consentida tal vez... Hacíamos una buena pareja, eso era importante, la sociedad nos encontraba adorables, pero la gente que en verdad nos conocía sabía perfectamente que nosotros funcionábamos más en cuestiones públicas que sentimentales. Ella era encantadora, pero jamás seria mi tipo de mujer, no la llamaría "hueca" ni nada por el estilo, pero era de las que preferían pasar 5 horas dentro de un SPA a pasar un lindo momento con su novio. Y mis secretarias al darse cuenta de eso intentaban ganarse mi atención con cualquier cosa, sin importar la edad, siempre había alguna que intentaba seducir al Jonas desafortunado.
-Buenos días - dije mientras entraba a mi oficina -
-Señor Jonas, ¿Como esta? - ella estiro su mano para estrechar la mía, al contrario de las otras ella tomaba distancia; buen comienzo -
-¿Usted es? - pregunte mientras tomaba asiento en mi escritorio teniéndola a ella al frente mío -
-Lefkon. - Dijo con seguridad - Allyson Lefkon.
Sonreí en gesto de aprobación, la mantendría a prueba, no quería correr el mismo peligro con otra más, además mirándola detenidamente y calculando al azar yo no le daba más de 27 años, o tal vez menos.
Y lo comprobé al leer parte de su curriculum, 26 años, estudios culminados, con experiencia en secretariado y con una maestría a medio acabar, nada mal para su edad, contando que yo recién cumplía unos jóvenes 25 y ya era jefe y heredero de una empresa.
-y cuéntame de ti, Ally, si no te molesta que te llame así. Me agrada saber acerca de la gente con quien trabajo - sonreí amistoso mientras firmaba el contrato de trabajo en distintos puntos -
-Nada fuera de lo común - sonrió - aparte de lo que ya ha logrado leer de mi curriculum no puedo decir mucho, fui cajera de un supermercado hace un par de años y niñera en la adolescencia, nada que sirva para este puesto.
- ya veo - reí - ¿y qué me dices en lo personal? Tu familia, tu entorno, ¿casada, soltera?...
- ¿y eso en que adelantara mi trabajo?
- en nada, pero como ya te comente me agrada saber de la gente con quien trabajo.
- pues mi familia es pequeña - dijo con rapidez - vive en Arizona, yo vivo aquí desde que voy a la universidad. No conozco mucha gente, al culminar la universidad pierdes contactos, solo mantengo el de un par de amigas y bueno, el de mi novio.
- oh, así que vives sola aquí en L.A.
-sí. Suelo viajar de vez en cuando a ver a mi familia, solo a mi madre y a mi pequeña hermana, son las únicas personas que tengo en el mundo.
-realmente interesante. Espero que nos llevemos bien, Ally. - esboce una sonrisa rápida mientras jugaba rodando mi silla hacia los costados -
-igualmente señor Jonas. - se levanto de la silla dispuesta a instalarse en su puesto de trabajo -
-Ally, aguarda un momento. - ella se detuvo y volteo a mirarme - ¿te parezco anciano o algo así?
- ¿Porque lo pregunta? - Rió entrecerrando sus ojos -
-solo tutéame, de verdad me haces sentir viejo, el señor Jonas es mi Padre.
-De acuerdo, Joseph.
-Joe, si no te molesta. Joseph aun sigue sonándome a viejo. - Ambos reímos por mi comentario -
-Joe será entonces.
Se dirigió a su escritorio, a unos metros de la puerta al otro lado de la oficina, en fin, algo lejos de donde yo me encontraba.
Revise un par de papeles, nada importante, solo la aprobación para sacar un nuevo modelo de guitarra, la firma de mi hermano ya estaba plasmada en la hoja y yo sin ningún problema lo firme, solamente pedí un requisito; ver ese modelo lo más rápido posible en mi oficina, las guitarras me apasionaban desde pequeño al igual que a mis hermanos.
Levante la mirada y ahí estaba ella, Allyson hacia apuntes sobre su escritorio, concentrada, ni siquiera parecía tener en planes mirarme, aunque fuese de reojo. Eso me dejo tranquilo, aunque por alguna razón me hubiera agradado que respondiera a mi mirada, ella me agradaba, parecía ser una buena persona.
-Dime Ally, ¿Qué sucede? - Presione el botón rojo que activaba la inter-llamada de mi secretaria desde su ubicación -
-La señorita Agatha lo busca. ¿La hago pasar?
¿Agatha? pero, ¿qué hacía ella aquí ahora?...
-si Ally, déjala entrar.
Lo más notorio de su presencia fue sin duda ese bolso color oro brillante que traía colgado del hombro y esas gafas de sol tan grandes que cubrían casi todo su rostro, camino directo hacia mí de una forma extravagante a la vez que se quitaba las gafas y sonreía con la mirada clavada en mi.
-¡Joey! - rodeo mi escritorio para sentarse sobre mis piernas y darme un corto beso -
- Agatha, estoy trabajando. - Ella pasó sus brazos alrededor de mi cuello y sonrió tiernamente -
-¿Quien es ella? - susurro en mi oído -
-Mi secretaria tal vez - reí - ¿qué paso? ¿Te pusiste celosa?
-¿Yo? ¿De ella? Si claro. - Ella era la dueña de los sarcasmos - Joey, solo vine a saludarte de pasada, es que no te veré hasta mañana, Meghan nos llevara a la playa este fin de semana y esta noche iremos a comprar unos nuevos bikinis. Te mandare las fotos, ¿de acuerdo?
-Excelente - sonreí - supongo que... voy a extrañarte - que poco creíble que sonaba -
-Lo sé Joey, pero se fuerte, solo serán un par de días.
-De acuerdo Agatha, creo que deberías irte, sabes que a Melissa no le gusta que la hagas esperar.
-Meghan - me corrigió -
-Eso, es lo mismo...
-Qué gran sentido del humor, Joe, ¡un día terminaras matándome! - recogió su gran bolso mientras reía, me beso nuevamente y se marcho como en la despedida de una pasarela -
Respire en cuanto abandonó la oficina, si había algo que detestaba era que ella me visitara, era desesperante y abrumador.

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