I N E V I T A B L E CAPITULO: O61.

70 7 3
                                    


Llegamos al hospital, nunca antes lo había visitado, no que lo recordara al menos, pero parecía ser elegante, aunque eso no me importaba mucho en estos momentos, solo quería hablar con Ally y convencerla de que todo esto era una tontería, aunque si la conocía un poquito tenia que ser prudente y esperar el mejor momento, por ahora lo mejor era centrarme en lo que verdaderamente venia a hacer aquí; deschavar a mi padre.
-Quisiera una cita con el Doctor Sammuel James, si pudiese ser para ahora mismo, por favor – le pedí a la recepcionista que atendía varios llamados telefónicos –
-El doctor James tiene una agenda ocupada, puedo darle cita para la próxima semana – contesto con desinterés –
-¿no hay algún horario libre? Es solo por un par de minutos, mi novia tiene un fuerte dolor de espalda y creemos que el va a poder ayudarnos – señale a Ally que leía una revista sentada en una silla –
-puedo derivarlo a un traumatólogo si desea – contestó mirando la computadora -
-¿Cuánto quiere? – pregunté sin dar más vueltas –
-¿disculpe? – me miró interesada – nosotros no trabajamos bajo esas condiciones… - anoto en un papelito y me lo entregó por debajo de la ventanilla – tiene hora para el jueves a las 9am, si tiene alguna duda diríjase al – abrió los ojos como avisándome algo – tercer piso, segunda puerta a la izquierda y podrá hacer la queja… - leí el papel al instante y tenia anotado el numero 50 –
-¿50 dólares?... ¿Qué me ven, cara de rico? – Protesté y saque de mi billetera un billete verde-
Camine directo donde Ally se encontraba y la llamé para que subiéramos por el ascensor hasta el tercer piso, ella seguía sin hablarme y había tomado como excusa que leía muy entretenidamente una revista y por ello no me prestaba atención.
-¿es interesante? – Miré una de las páginas por detrás de su hombro –
-muy… - sin sacar la mirada de las hojas –
-negocios y amplitudes laborales en ámbitos internacionales… - leí la portada – tu sí que sabes cómo divertirte – reí, era tan absurdo –
Camine directo al ascensor y ella me siguió tirando la revista sobre los sillones, presione el botón que indicaba el piso al que debíamos ir y le sonreí cruzándome de brazos, quería hacerla sentir incomoda, al menos por una vez.
-y entonces… - me acerque más a ella mientras su intención de esquivar mi mirada la hacía sentirse aun más absurda –
-3er piso – sonrió con sutileza y abandono el ascensor tras el sonido de una campana que indicaba que había llegado al destino –
-segunda puerta a la izquierda… ¿su izquierda o mi izquierda? – observé dos pasillos opuestos sin saber dónde ir –
-tal vez sea esa – señalo una que curiosamente traía el nombre del doctor que lo indicaba -
-sí, yo sabía, solo que no había observado las puertas – conteste en un tono superado dirigiéndome a ella –
Di un golpe avisando que estábamos allí y esperé sin dejar de mirar a Ally hasta que un hombre abrió la puerta. En ese momento me di cuenta de que no tenía idea de cómo iba a encarar la situación. Pobre cobarde.
-¿desean algo, muchachos? – un hombre de aproximadamente 50 o 55 años se hizo presente y desconcertó mis pensamientos –
-hola – sonreí con un poco de nervios creciendo dentro de mi – joe jonas, mucho gusto – estreche mi mano con la suya – y ella es… mi amiga, Allyson.
-Sí, no atiendo ninguna cita por el momento – bajó la mirada y tartamudeó –
-yo sé, pero necesito hacerle un par de preguntas… - entramos al consultorio sin pedir permiso, de verdad lo necesitábamos –
-no sé si comprendió señor, no tengo tiempo, saque una cita – mantenía la puerta abierta esperando a que saliéramos -
-La tengo – mostré el papel que me había dado la recepcionista – ahora escúcheme…
-No vienen por problemas de salud – se autoconfirmó al ver mi rostro – juro que no puedo ayudarles en nada, lo siento.

-Doctor, esto es importante – reacciono allyson invitandolo a sentarse – tiene que decirnos todo lo que se acuerda desde el dia en que el señor Kevin Jonas le pagó para deshacerse de los niños Blair.
-No, en serio no se de que me hablan, no entiendo de que niños habla, yo no soy pediatra...
-Doctor – intenté guardar la calma – yo soy Joseph Jonas, hijo de Kevin Jonas… No tenga miedo porque todo lo que quiero hacer aca es hundirlo a él, usted no tiene nada que ver…
-Dejemos algo en claro – estab notoriamente nervioso – yo no se quien es el tal Kevin Jonas, quien es usted, ni quienes son esos niños, porque yo no soy y nunca fui pediatra, nunca antedí niños, me especializo en problemas fisicos, solamente para adultos.
-No me haga tener que denunciarlo a usted tambien – le hablé claro y conciso – porque tengo suficientes pruebas de que usted fue contratado por mi padre para hacer lo que hizo.
-Voy a llamar a seguridad – se levanto con brusquedad –

-¡No! Doctor escuche – Ally estiro su brazo y coloco su mano sobre la mesa del escritorio – Mi compañero no actuo de la mejor manera – me miró de reojo – el no va a hacer nada, porque ese no es nuestro proposito, ¿de acuerdo? Por favor, tome asiento y hablemos como gente grande – el hombre obedeció en silencio, como si ella pusiese la autoridad dentro de la habitacion – por favor… vamos a contarle la historia de todo esto y usted va a ayudarnos, porque hay una familia que esta sufriendo demasiado y un hombre que intenta buscar su verdadera identidad… hagalo solo para quitarse de encima aquel peso que seguro viene cargando hace 25 años y va a quedar libre de todo.
-Me estan pidiendo algo imposible…
-Él es Joseph Jonas, solamente porque su partida falsa de nacimiento lo indica – continuó ella haciendo oído sordo al comentario anterior – su nombre verdadero, aunque no reconocido ante la ley es Kyle Blair, un bebe que supuestamente falleció hace 25 año atrás. Usted ya conoce esa historia, solo necesitamos que acepte todo lo que paso y que nos ayude.
-esto no puede ser verdad – reposo los brazos sobre la mesa y tapo su rostro – ustedes van a terminar mandándome preso…
-No señor. Prometemos que si usted nos ayuda no va a tener ningún cargo, absolutamente ninguno – respondió la líder de la situación mientras yo escuchaba atentamente –

-¿Cómo se que son confiables?
-¿Cómo sabe que no lo somos?... denos una oportunidad, solo queremos hundir al hombre que acabó con una familia y se adueño de una empresa que no le pertenecía…
-hace muchos años que esto me persigue… - soltó varios segundos después – y ahora que me lo vienen a recordar el remordimiento vuelve y… - suspiró – solo prométanme que no va a pasarme nada, tengo una familia que necesita de mi – señalo un cuadro donde sonreían una mujer y tres niñas – y no puedo dejarla ahora por más que sepa que lo que hice fue terrible…
-No le va a pasar nada – reiteró Allyson ya convencida de que iba a contarnos todo –
-en septiembre de 1989 yo solo era un practicante mas entre todos los expertos, recién empezaba a trabajar en este hospital, aprendía a vivir solo, no sabía cómo manejar mi vida, mis comienzos… y ahí apareció kevin. Me ofreció mucho dinero. Acepté, porque estaba escaso de dinero y tenía que pagarme el departamento… Me solicito junto a tres médicos más, para ese entonces yo ya me había recibido de pediatra y ayudaba en la sala de neonatología. Yo había escuchado y visto en las noticias la noche anterior que los dueños de la cadena Gibson habían muerto en un accidente automovilístico y que sus dos hijos gemelos estaban en cuidados intencivos de neonatología en el hospital.

- Cuando kevin me contrato nunca me dijo que era lo que debía hacer, pero me entere cuando leí el parte medico de los gemelos, que se recuperaban favorablemente con el correr de los días y que serian dados de alta para entregárselos a sus abuelos lo mas pronto posible, mi misión era deshacerme de ellos a como diera lugar, yo era un joven, alguien a quien no le importaban mucho las cosas, asi que acepté, sería simple, podía dormirlos y desconectarlos, a la mañana siguiente ambos estarían muertos y nadie imaginaria porqué y bueno, yo seria un hombre con muchos billetes…
-¿Entonces usted los desconecto del respirador? – preguntó Allyson aun sin poder creer lo que oía –
-No tuve el valor de hacerlo – contestó con rapidez – no era un mal hombre, me di cuenta momentos antes de hacerlo… no podía convencerme de lo contrario, tenia valores, no iba a acabar con una vida, es solo que no me lo había puesto a pensar antes…
-¿entonces como fue que William Blair murió ese dia?
-Escucha muchacho – me miró con firmeza y duda – si tu eres realmente un Blair te aconsejo que te alejes de toda la familia con la que te haz criado porque no son de confiar… busca tus caminos, olvídate de todo…
-¿Cómo murió mi hermano? – pregunte con seriedad, quería saber eso mas que nada -
-Dios mio – suspiro rendido – mi segundo plan era deshacerme de los gemelos uno por uno para no levantar sospechas… al deshacerme del primero solo quedo el ultimo bebe. Pero fue muy tarde…
-¿el segundo bebe era él o era yo? ¿Qué hizo con mi hermano?
-Kevin Jonas supo que el primer bebe había muerto, pero que no había podido deshacerme del segundo. Fue cuando su esposa intervino y lo amenazo con denunciarlo si no se quedaban con él. Tuve que falsificar el documento que marcara que Kyle Blair había muerto y crear una partida de nacimiento para la nueva identidad del niño… y aquí estas Kyle, aun me cuesta aceptarlo – comento incrédulo –
-Soy Joseph mientras la ley lo diga – contesté seco, no podía con todo el asco que revolvía mi interior – pero no me contestó como hizo para matar a mi hermano.
-Joseph… - el hombre negó con la cabeza y bajó la mirada – es que no está muerto, William Blair esta vivo, en algún lugar, haciendo una vida como tú la hiciste.
-¿Que?

InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora