- Y si le regalas empanadas?
- Lynn eso no.
- Pero pueden gustarle, Benjamín a las mujeres, a todas, se le conquista con comida: repito A TODAS!!.- grita Evelyn a todo pulmón.
- Solo tu piensas en comida Lynn; Benjamín regalale flores.
- El polen le activa sus alergias Marcy.- la cara de mi hermano cae con tristeza - y ahora como le digo que sea mi novia? - hace un tierno puchero que me causa risa.
- No aprendes nada enano. - y me levanto para salir de casa. - En la biblioteca esta la saga de los juegos del hambre, coloca les un lazo negro y una nota.
- Eso es!!!! Y que escribo en la nota? - se queda pensativo y por su gesto pongo los ojos en blanco. Regreso al despacho tomo una pluma y una hoja de stikers rojo, escribo una frase y la planto en su cara.
- Con tu caligrafía Benjamín, ahora déjame en paz. Voy a salir.
- Meg pero esto es.... Wow!! Eso es!!!!- me mira perplejo- como haces esas cosas?
- Leyendo.- me causa risa su forma de ver el mundo. - Dijiste que era lectora ¿no? - asiente - entonces, con eso te dará el si. - en la nota decía:
"No soy Patch, Travis, Tobías, Cristián, Damon, Jace, Augustus, Erick o cualquier otro de esos chicos perfectos de tus libros, pero quiero que nuestro infinito sea mas grande que todos esos infinitos; ¿Quieres ser mi novia pequeña come libros?"
- Tu crees?
- Si dice que no, no es lectora. Hasta luego familia, Evelyn en el refrigerador hay comida, Marcy en los gabinetes hay galletas y Benjamín vigilalas. Nana!! - grite y sale a mi auxilio - Ya sabes donde voy, cuidense si? - asiente, me sonríe y a algo de casa. Esta vez tomo el Audi R8 Coupe que pertenecía a mi padre, recordarlo me gusta; aunque sea doloroso.
Estaciono el coche en el estacionamiento del consultorio del doctor Frederick Arthur; un señor de unos cincuenta años de edad, hace un tiempo Vanegas, me lo había presentado en su clínica, y el conocía un poco de mi caso, hoy sera un tanto difícil no tener a Vanegas. Esto sera muy aburrido. Al entrar un hombre de no mas treinta años me atiende.
- A la orden.
- Tengo una cita con el Dortor Arthur a las dos.- Teclea algo en su computadora y sus ojos abren como platos; caraspea la garganta.
- puede pasar el doctor la espera.
- Gracias.- me dirijo hasta donde me señalo el chico. Al entrar a la oficina, Arthur sonríe, me saluda con la mano, y con un gesto me propone recostarme en el sillón de la sala, y me niego.
- Bien, Megan; como estas?
- Bien.
- Que tal tu hermano?
- Bien.
- Y tu nana? Tus amigas?
- Bien.
- Bueno, hablemos de ti; como te sientes emocionalmente?
- Vacía.
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Triste ArcoIris (EDITANDO)
Teen FictionMientras buscaba en la biblioteca de la casa de mi tia Luna, un libro forrado en piel con un pequeño listón rosa llamó mi atención. Al sacarlo de la estantería y abrirlo, una fotografía y unos pétalos de girasol ya negros, salieron de el. Era un lib...