- Querida señora...
- ¿Quieres dejar de decirme así?
- Entonces, ¿Como le digo?
- Mérida, es mi nombre.
- Puede que no; sabe, en el mes que tenemos hablando únicamente por teléfono, he llegado a la conclusión sobre como es usted.
- ¿Y? - un risita irónica se escucha den otro lado del celular.
- Es arrogante, orgullosa, autoritaria, amargada, segura, mandona y amargada, si doblemente amargada. - Sonreí
- Eres consciente que me haz insultado.
- Si.
- Tienes alguna segunda intención, ¿verdad? - una carcajada sale de su boca.
- También, Mérida - nunca nadie había mencionado mi nombre con tal sensualidad; o solo son imaginaciones mías?
- Buen intento, niñato.
- Eres un hueso duro, de igual modo gracias.
- No he hecho nada por ti, ¿o si?
- Ha hecho usted demasiado; ¿aun no tiene sueño?
- No; es difícil dormir para mi.
- ¿Porque?
- Fantasmas del pasado
- ¿Quiere hablarlo? - trago saliva y es como un gran bocado de tierra rasgando mi garganta.
- No, y tú ¿quieres dormir?
- No, escuchar su voz; aun a través de un deformador, me da a imaginar que tiene una voz dulce y cálida. - aunque se que no me esta viendo, pongo los ojos en blanco.
- Solo por eso no quieres dormir?
- Usted lo a dicho, y tampoco quiero hablarlo. - un risa salio de mi, y al darme cuenta, gruñí.
- Entonces narra un cuento a ver si es tan aburrido y me causa sueño.
- No soy de princesas, castillos y con un final de "vivieron felices para siempre" - Sonreí.
- Yo tampoco, pero inventa algo.
- Vale - aclara su garganta y comienza - había una vez un niño de ocho años el que vivía con sus padres y su hermana en una gran casa, con todos los lujos, se podría decir que felices - hizo una pausa, y un suspiro se escuchó al otro lado de la linea - un día, al niño llegar del colegio vio que su papa golpeaba a su madre brutalmente y la violaba, pero la pequeña mente del niño, no supo que hacia y solo obedeció a su padre cuando le ordenó que fuera con su hermanita; y así paso hasta que el niño cumplió sus diez años e investigo que pasaba en su casa, quiso enfrentar a su padre para que dejara a su madre en paz y como resultado recibió una paliza; su madre un día intento escapar con el y su hermana, pero su padre llevo en ese momento y los maltrato a los tres. Su madre por protegerlos los abrazaba pero su padre nunca se detuvo hasta que dejo su cuerpo pesado sobre sus dos hijos - su voz se quiebra, suspira y vuelve a aclarar la garganta - después de un tiempo, sin tener quien los proteja, el niño cuidaba a su hermana de los golpes de su padre, quien le daba fuerzas era una pequeña niña que conoció desde lejos en un parque cuando llevaba a su hermanita a jugar, era hermosa, pero un día dejo de verla. Con su papa, las cosas siguieron igual hasta que cumplió trece años, el día de su cumpleaños decidió que mataría a su padre de igual manera como lo hizo con su madre, pero ese día le encarcelaron y nunca supo las razones, tuvo que vivir con una tía, que abusaba de el cada vez que le daba la gana - sonríe irónico - a lo mejor ya esta dormida con mi aburrida historia y para completar mal narrada, soy súper malo en esto.
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Triste ArcoIris (EDITANDO)
Novela JuvenilMientras buscaba en la biblioteca de la casa de mi tia Luna, un libro forrado en piel con un pequeño listón rosa llamó mi atención. Al sacarlo de la estantería y abrirlo, una fotografía y unos pétalos de girasol ya negros, salieron de el. Era un lib...