Flashback
— NANA!!!! — baje las escaleras — ¿donde estas?
— En la cocina, cariño.
— Que rico huele — me acerco a ella y pongo mis manos en la isleta.
— Dilo — no pude evitar sonreír. Me conocía también a mis 10 años, que era imposible ocultarle mis cosas.
— Nana!! Eso enserio huele rico — dije tomando un bote de dulce de leche que ella trajo hace tres días de Dominicana.
— Odias los vegetales, es imposible que no digas eso con un propósito, leona — dijo mientras me tendía una cuchara — mucho habías durado, anda pregunta ya.
— ¿Que tal las cosas en dominicana?
— Bien, todos están bien.
— ¿Por qué se quedó mi papá?
— Trabajo, cariño — respondía mientras picaba los vegetales que le faltaban.
— ¿Por qué no tienes hijos? — dejó caer el cuchillo al suelo. La observaba desde mi lugar en el desayunador. Sus manos temblaban, sus pies le fallaron y se giró quedando frente a frente a mi. Sus verdes ojos reflejaban dolor, odio y mucha angustia. Estaban cristalizados y un par de sollozos salieron de su garganta.
— Si tengo una hija — su voz tembló y sonrió — es hermosa.
— Entonces, ¿donde esta?
— Te contaré una historia — dijo mientras se volteaba a apagar la estufa. Tomo un taburete y se acomodó a mi lado — hace diez años tuve una niña, a los cuatro días de tu nacimiento. Era un pequeña muñequita de porcelana — observaba a la nada y sonreía — luego de dos meses con las dos en la casa, poniendo de cabeza a tu madre; cada noche luego de acostarte a ti, porque eras la mas perozosa; bajaba con Yamile a jugar, cantarle y hasta a contarle historias sobre nuestras raíces; esa noche hubo un asalto a la casa — cerró los ojos con fuerza y suspiró — Se robaron muchas cosas importantes, como joyas de tu madre, ropa, cuadros... pero lo mas importante fue mi bebe — sus lágrimas no le permite continuar. Suspira e inhala con fuerza — desde esa noche, la he buscado, y le he encontrado pero esta feliz con su familia tiene hermanos, un perro y una hermosa casa; cosa que yo no ten... — un estruendo se escucha en la parte trasera de la casa, seguido de decenas de disparos. Me tomó del trazo y me encaminó hasta las escaleras — encierrate en el gim, busca tu hermano y no salgan hasta que yo vaya a buscarlos, de lo contrario — me tiende su blackberry — llama a tu padre.
Corro lo mas que puedo y los disparos no seden, al contrario, aumentan la intensidad. Entro al cuarto de Benjamín, lo tomo en brazos acunandolo para que se calme y nos encierro. Me siento en una esquina. No puedo asimilar las cosas. El ruido desaparece, me acerco a la puerta para intentar escuchar algo pero solo se escuchan pasos y el ruido de las puertas al abrirse. Corro a donde dejé a mi pequeño hermano, lo cargo e intento esconderlo y calmarlo dentro del baño de esta habitación; tengo que cuidarlo y si su vida depende de la mía, la daré. Lo calme, lo deje recostado en la alfombra y salí a buscar a la nana. Tomé un bate de baseball mientras me encamino hacia la puerta contando mis pasos.
Seré pendeja. Me detengo a unos cinco metros de la puerta y esta se abre con fuerza; un gigante de piel morena como el café, me apunta con un arma mientras la sonrisa de su rostro se agranda.
— Mira que tenemos aquí! Si es la muñequita Cornielle, ¿donde esta el niño? — apreté el bate en mis manos y alce mis hombros, restándole importancia — ¿me retas? — una sonrisa aparece en sus labios — mira mocosa, en este momento vas a buscar a tu hermano y se van conmigo, no hay nadie que venga a buscarlos — sus palabras son como dagas.
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Triste ArcoIris (EDITANDO)
Teen FictionMientras buscaba en la biblioteca de la casa de mi tia Luna, un libro forrado en piel con un pequeño listón rosa llamó mi atención. Al sacarlo de la estantería y abrirlo, una fotografía y unos pétalos de girasol ya negros, salieron de el. Era un lib...